El teatro donde no hay nada escrito

Si quiere ver un espectáculo mejor valorado en portales especializados que el mismísimo 'El Rey León', no hace falta que se meta cuatrocientos kilómetros de carretera entre pecho y espalda y que afloje cincuenta euros para conseguir una bonita entrada en el Lope de Vega. Puede quedarse tranquilamente aquí, en Granada, subirse en el metro, bajarse en la parada de Andrés Segovia, andar unos metros y por diez euritos –doce en taquilla– desternillarse más de una hora en el Teatro Isidro Olgoso del Zaidín con el teatro improvisado de la Tetera Impro!

La 'película' es sencilla. Usted llega. Le piden una frase; por ejemplo, 'no me gustan las lentejas'. Se abre el telón. Los actores lanzan al aire todos los papelitos y eligen uno. Si es el suyo, interpretarán una pieza cómica sobre el maravilloso mundo de las personas a las que no le gustan las lentejas. Y entonces se reirá. Se reirá mucho. Setenta y cinco minutos disfrutando de 'Improv #SoloLosValientes', que así se llama el espectáculo que, con la venia del bicho, La Tetera Impro! ofrece los sábados por la tarde en el Teatro del Zaidín -ahora en suspenso por el cierre perimetral- y que también está representando en otras salas de la comunidad autónoma.

Y no llevan una función, ni dos, ni tres. Suman ya tres años ininterrumpidos en el Isidro Olgoso del Zaidín y otros dos anteriores en el José Tamayo. «Estaremos aquí hasta que nos dejen», aseguran entre bromas los miembros de la compañía, Rafa Villena, Antonio Delgado, José Rodríguez, Álex Aragón, Ana Puerta, Chema Moreno y Blanca Miranda antes del 'entrenamiento', que así han bautizado sus ensayos. Porque el rollo va de inventar una trama sobre la marcha –no existen textos ni guiones que representar– y un argumento que evolucione con un principio, un nudo y un desenlace. «Sólo sabemos la secuencia y cómo se construye la dramaturgia», aseguran. Algo que parece 'sencillo', pero que requiere, eso sí, tres cosas muy importantes: profesionalidad, inventiva y sobre todo mucho oficio. «Todos prestamos la máxima atención, los que estamos en escena y los que estamos preparados para entrar, para ver qué necesita la historia y que la narración siga fluyendo».

Rafa Villena comenta que el hilo argumental «puede dar un giro de 180 grados sobre la marcha, cambios que ninguno nos esperábamos y que nos obligan a agudizar el ingenio y la espontaneidad». Y es que la espontaneidad es clave porque aporta frescura a la acción actoral y «porque mostramos las costuras de la creación». Todo esto se traduce en empatía. «Los espectadores viven como propias esas dificultades para hilvanar los enredos y se meten en tu pellejo», agrega Ana Puerta. «En contra de lo que muchos piensan, los 'errores' suman porque pueden aportar un giro no esperado».

¿Por qué funciona la fórmula? «Nuestra filosofía sobre el escenario –asegura Álex Aragón– es no entrar en el humor facilón; no somos mal hablados y tampoco hacemos comedia a partir de la actualidad, sino a partir de los temas universales que nos plantea el público». Un público que, por cierto, tiene un papel muy activo. Propone las intrigas, resueltas siempre en clave cómica, y en algún momento sube incluso a las tablas para hacer los efectos especiales. Se viven momentos realmente gloriosos. Todo ello sazonado con una cuidada escenografía a base de juegos de luces, acompañamiento musical y generación de espacios imaginados a través de la mímica, al no haber ningún decorado.

Pero la Tetera Impro! no se queda sólo ahí. También trabaja sobre géneros y personajes. Es el caso de 'Otro gallo cantaría', un viaje hasta el mundo de Federico García Lorca a la manera de los dramas de teatro clásico, poemarios, farsas, sainetes y cancioneros populares. «Basándonos en las historias que ya están escritas, exploramos aquéllas que salen de la inventiva de los que acuden a vernos», dice Chema Moreno, quien parafraseando al propio Lorca, recuerda aquello de «cada minuto, cada persona y cada actitud puede ser el germen de una obra». Improvisación basada en la producción literaria de Federico. Ahí es nada. «Las cañas de un río, cinco sillas de enea y una guitarra nos ayudan a adentrarnos en el universo lorquiano», asegura Chema Moreno.

La Tetera Impro! también está detrás del Festival de Improvisación de Granada, Festig, que este año se celebrará del 19 al 21 de marzo. Y es que en la capital granadina hay varios grupos especializados en este palo. Por este evento han pasado los mejores. Entre ellos, Jamming de Madrid, Improductivos de Sevilla o Teatro Indigesto de Zaragoza. También los granadinos Pirómano Teatro, Teatro Ninja,Improperios, La Indecisa y Propón Teatro. El Festival se viene desarrollando en Granada desde 2015. «Se ofrecen abonos y precios muy ajustados con el objetivo de convocar al mayor número de personas», aseguran.

La Tetera Impro! es una compañía fundada en 2008 en Granada, ciudad en la que reside junto con Málaga. Además del Festig, han actuado en los festivales más importantes de improvisación. Entre ellos, el Encuentro Nacional de Impro de Zaragoza o el Festival Internacional de Impro de Baleares. «Llevamos años investigando a través de un trabajo colectivo tanto desde el punto de vista artístico como técnico». «Creemos –prosiguen– en el lenguaje físico y gestual como motor de la improvisación teatral».