El talento de Gracia Morales y Piñaki Gómez se une en 'Mal olor'
Una de las parejas de creadores más importantes del teatro granadino construyen una fábula en torno al deterioro de nuestro espacio vital
Una larga y fructífera trayectoria avala el trabajo de la pareja de creadores formada por la dramaturga Gracia Morales y el actor y director Piñaki Gómez. Ambos granadinos, compañeros de fatigas en Remiendo Teatro, y hoy residiendo en ciudades distintas por mor de la curiosa necesidad de llenar la nevera que tienen todos los que no nacen o se hacen millonarios. Y en eso en el mundo de la cultura no es frecuente. Juntos han creado una obra, 'Mal olor', que esta semana se ha estrenado en el Teatro Echegaray de Málaga, merced a las ayudas que el programa Factoría Echegaray pone al alcance de los profesionales de la escena. La presencia futura del montaje en Granada depende, como ambos aseguran, de que alguien ponga el dinero para que sea posible.
El punto de partida de 'Mal olor' es un viaje de lo tecnológico a lo analógico, según Gómez. «Nos encontramos ante un sistema que está colapsando. El texto lanza muchas preguntas, pero quizá la más importante sea hasta dónde estamos dispuestos a mantener algo vivo cuando está pasando por una crisis cercana a su finitud». En el montaje, todo comienza como un cuadro de síntomas como ocurre con cualquier realidad que se deteriora. «El olor, ha cambiado el olor», es la tercera frase de la obra. Todo va acelerándose desde ese punto, hasta que la autora coloca a sus tres protagonistas en la tesitura de entregar su propia vida para proteger aquello que cuidan. Uno usa su delicadeza, el otro la fuerza bruta, y un tercero la inteligencia.
Al fin y al cabo, el teatro refleja la vida, y Gómez señala que el momento en que empezó a pudrirse todo fue cuando, como sociedad, empezamos a admitir que nos mintieran. «La mentira es algo que personalmente me repele», señala. Analizando el texto, hay una escena en que un personaje decide prometer públicamente algo que sabe que no va a cumplir, creando una ilusión que, sabe, generará insatisfacción en la gente. «Esta manipulación, que nos lleva acompañando milenios, es el principio del fin».
Una compañía corta en número de componentes –como tristemente se ha convertido en norma en los últimos tiempos– soporta un montaje en el que, según Gómez, «la puerta hacia la contención, a la huida de la sobreactuación, está en la recomendación de naturalismo que emana del texto de Gracia Morales». La autora, por su parte, afirma que el incienso que está desenmascarando el olor pútrido de la sociedad que retrata la obra, fábula extrapolable a la sociedad real, es, fundamentalmente, «el entretenimiento, el consumismo, y esa sensación que tenemos de estar siempre muy ocupados, luchando contra el tiempo en lugar de disfrutándolo». En este sentido, alcanzar la percepción de 'ser rentables', según Gracia Morales, está haciendo que, como sociedad, descuidemos algunos aspectos fan fundamentales como la educación, la ecología o la cultura.
Valores
La dramaturga granadina pone el acento, igualmente, en la pérdida de valores, «que estamos permitiendo casi sin darnos cuenta». No solo echa la culpa al poder, por más que tenga buena parte de ella, sino que apela a la necesidad de ejercer la autocrítica como sociedad en su conjunto. «Sin ser apocalíptica, no nos podemos permitir el lujo de ser la orquesta del Titanic, tocando hasta el momento inmediatamente anterior a nuestro hundimiento», señala.
En 'Mal olor' están, pues, presentes la ceguera y el miedo al cambio que nos atenazan. «Hay buena parte de la sociedad que es renuente al cambio energético, por ejemplo, y a la implantación de nuevos modelos de movilidad», dice Morales, a modo de ejemplo. Con esta obra, añade, no pretende dar soluciones, sino que intenta, metafóricamente, poner los problemas encima de la mesa, e impeler al público a obrar en consecuencia, bien limpiando, bien haciendo cambios o tirando la toalla y marchándose a otra parte. La conjunción de talentos de Gómez y Morales colocan al espectador ante una realidad más que posible. Ojalá el montaje se pueda ver pronto en la patria chica de ambos.
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