Supervivientes de las letras

Quaestio es una editorial granadina nacida en los primeros meses del año y que no ha dejado de trabajar durante la pandemia. No es muy grande, pero ya tiene a un grupo de personas trabajando en ella y en sus dos líneas: Quaestio, la, digamos, primera marca, y Virgulilla, plataforma para nuevos talentos y formas de expresión. A su frente se encuentra Francisco Cardenete, un lector impenitente cuya actividad profesional estuvo durante mucho tiempo en las antípodas de lo literario y que ahora, en la madurez, ha hecho de los libros y su difusión el norte inmediato de su existencia.

Casi una decena de títulos han salido ya de sus talleres: novelas de intriga como 'Cimientos de papel' y 'Ruedas de oro', de Carlos Ignacio Pareja; poemarios como 'La certeza de la nada', de Eva Córdoba; colecciones de relatos como 'Manchas de café', de Estefanía Muñiz o 'Estampas de libro antiguo' de Francisco Barajas; libros juveniles como 'Eferia' de Borja Espejo; de investigación, como 'Teatro oculto' de Lola Poveda, y un largo etcétera de títulos, ya publicados o en preparación. «Empecé solo, pero poco a poco hemos incorporado a un diseñador, corrector... Hay mucho talento literario en Granada y fuera cuyas obras no ven la luz por falta de una plataforma adecuada. Esencialmente, en Quaestio buscamos dar un cauce adecuado para que ese talento no se pierda», comenta Cardenete.

Y añade: «Las circunstancias son muy difíciles, lo sabemos. Pero nos gusta lo que hacemos, y modestamente, hemos conseguido que nuestros autores estén satisfechos de cómo se están editando sus libros. Ese es el primer paso para que los defendamos juntos con alegría, y que los lectores accedan a ellos».

Otro superviviente de las letras y de la cultura es el cantautor Paco Damas. Hace escasas fechas ha publicado su primer libro de poemas, escritos además, en parte, durante el confinamiento. Se llama 'Entropía'. El autor cuenta su génesis: «Tenía muchos poemas escritos en casa, muy dispersos. Cuando comenzó la pandemia y todo se paralizó, pensé en optimizar el tiempo reordenándolos. Lo hice sin ninguna pretensión, por temas, por épocas, etcétera». «Hablé con Rogelio Blanco, director general del Libro, y le propuse la idea de reunirlos en un volumen, y le gustó. Él me escribió el prólogo, y luego Federico Mayor Zaragoza, con quien colaboro con frecuencia, el epílogo. La editorial leonesa Eolas se interesó por la propuesta, y así se ha hecho realidad un pequeño sueño que me ha llevado de la pesadumbre a la alegría», dice.

El volumen se divide en tres partes: una dedicada a poemas propiamente dichos, otra dedicada a letras de canciones, y una tercera donde se incluyen los prólogos que han acompañado a algunos de los discos del artista, escritos por premios Cervantes como Caballero Bonald o Juan Gelman, y por Juan Carlos Mestre. Uno de los poemas más conmovedores es 'Una mujer anciana', basada en la historia de Sagrario Torres de una mujer que se sentaba frente al Palacio de Comunicaciones de Madrid y nunca recibía una carta. «He querido homenajear con él a toda una generación que por culpa de la crisis se ha marchado en silencio sin que hayamos podido despedirles. Personas que con sus sacrificios construyeron este país, y que merecen nuestro homenaje», asegura.

El amor y el desamor, la solidaridad, lo social, están muy presentes en 'Entropía'. «No concibo escribir y cantar si no hay un tema social detrás», dice Damas. «Es el momento de movilizar las conciencias, a partir de esa inspiración que nos llega en los momentos más difíciles. Por lo demás, he ofrecido 14 conciertos este verano, con todas las medidas sanitarias y ni un solo contagio conocido. La cultura es segura, y es algo que debemos tener claro, porque las artes han sido el refugio de la gente durante el confinamiento», finaliza. El libro ya se encuentra disponible en librerías y tiendas digitales.

Y hablando de librerías, hace unas semanas abrió una nueva en Granada, cuya creación se ha ido gestando durante la pandemia. Se llama Inusual, está en la calle Natalio Rivas, 7, y sus responsables son Guillermo y Paula, inmigrantes catalanes –esto también es inusual–, que se han establecido en Granada «cansados de Barcelona, y con el buen recuerdo de la etapa de Paula como estudiante aquí». El nombre del negocio también les viene dado por el entorno –a medio acabar, por dos razones: por dar un toque distinto y como reconoce Guillermo con humor, «porque se nos agotó el capital»–, y también por el contenido de sus anaqueles, donde se pueden encontrar libros bastante inusuales, autores por descubrir, editoriales minoritarias, y donde la labor de prescripción de ambos es muy importante. Guillermo es un gran lector y laboralmente ha sido un buscavidas –«he hecho de todo, desde repartidor a carpintero», afirma– y Paula sí que estuvo trabajando en una librería de la ciudad condal. Han estado esperando a poder abrir la librería prácticamente desde que se inició la pandemia, y llegan con la ilusión de los primerizos.

Llenar las estanterías de cualquier librería con títulos de calidad requiere formación, y a eso se dedica la Escuela de Escritura, un proyecto encabezado por los literatos Alejandro Pedregosa y Alfonso Salazar. En marzo, sus planes se vieron trastocados. «Todo quedó en suspenso con el confinamiento. Estuvimos dos o tres semanas a ver qué pasaba, y tras la Semana Santa, hicimos una adaptación de los talleres que ofrecemos al formato digital», comenta Salazar. El perfil de sus alumnos (mujer, edad madura, libre de cargas familiares, con tiempo libre), no ponía fácil, a priori, la transición a lo audiovisual, pero asombrosamente, todo ha ido muy bien. «El alumnado se acostumbró rápido a herramientas como Zoom, y todo el último trimestre del curso, de abril a junio, se hizo on line con excelente resultado», asegura. La última sesión del curso sí que se hizo de forma presencial a cielo abierto, y de cara al nuevo año, se plantean una fórmula híbrida donde algunas sesiones se podrán hacer presenciales y otras on line, e incluso donde pueden convivir, en la misma sesión, alumnos a distancia y presenciales.

«Donde hay crisis, hay oportunidades», añade. Han mejorado su web para convertirla en un campus de alumnos, y para este curso saltan de los siete cursos que impartían hasta junio, a 16. «Hemos abierto la posibilidad de que se sumen a la escuela alumnos de fuera de Granada o de España, y la línea de seguimiento y tutelaje, con clases personalizadas sobre proyectos personales de alumnos». Para estos profesionales, la supervivencia supone dar un salto adelante.