«Yo sufro mucho cada vez que salgo a un escenario»

–Pasó un tiempo acompañando a Marina Heredia.

–Sí, estuve acompañando a Marina un tiempo, fue una etapa bonita de aprender y disfrutar de tan buenos artistas.

–¿Desde cuándo no presenta un espectáculo en solitario?

–Bueno, la verdad es que es mi primer proyecto en el que tengo algo que contar, porque uno tiene que vivir plenamente la vida para contar cosas, lo presenté en el festival de Milnoff hace un año y ahora lo volvemos a presentar en el Teatro Isabel la Católica.

–¿Qué le ha supuesto la pandemia?

–Pues la pandemia me ha hecho valorar más mi trabajo y recordar por qué decidí ser bailaora y el valor de tener una familia unida. Y bueno darme cuenta que somos marionetas en manos de cuatro magnates multimillonarios e insensibles.

–¿De qué trata 'Mariposilla de acero'?

–'Mariposilla de acero' es el título de una canción del bailaor y compositor Antonio Rodríguez que la compuso para mí hace unos 6 años, cuando se cruzan en mi vida personas que me hacen despertar la conciencia hacia mi propio crecimiento personal, para superar miedos, cargas, batallas, aceptar la muerte de mi padre, que fue un palo muy fuerte para todos, pero también me hace seguir creyendo en esa niña soñadora que siempre fui y de eso trata la obra

–¿Qué le queda a Jara Heredia del baile de sus mayores?

–La raíz no se pierde. De mis mayores he heredado el amor a este arte y a mi barrio. Lógicamente, al ser yo de otra época, siento el baile de otra manera; son otras formas, otra cadencia musical también. Al sentirme una persona muy libre en mi manera de ver la vida, he tenido otras inquietudes, pero siempre tengo los consejos de mi padre en mi mente y a mi abuela cuando bailo y algo se me escapa por ahí.

–¿Qué aporta Curro Albayzín a la obra?

–Curro tenía que estar ahí, porque hablo de mí y es una de las personas que mejor me conoce. Es una persona muy importante en mi vida tanto en lo personal como en lo artístico. Sin Curro la obra estaría incompleta.

–¿En qué estado se encuentra La Venta de El Gallo después de las restricciones?

–¡La Venta de El Gallo sigue en pie, señores!, ahí estamos con dos pares de ovarios mis hermanas y yo junto a mi madre sobre todo lo que venga. Con muchas fatiguitas, pero ahí estamos. Ha sido muy duro ver cómo se podían ir a la ruina dos negocios [Venta de El Gallo y Casa Juanillo] por los que se han quitado la vida tus padres tantos años, pero gracias a Dios lo estamos sacando adelante. Ya hemos empezado a ofrecer nuestro espectáculo justo este fin de semana otra vez.

–¿Su hija va también para flamenca?

–Mi hija está todo el día cantando por casa, me tiene loca, y los zapatos se los pone para hacer su operación biquini de cara al verano (risas). Ella quiere sacar una carrera (¡ojalá lo haga!), sabe lo sacrificada que es esta profesión y que además te tiene que apasionar, es otra forma de vida.

–¿Qué le recomendarías a cualquiera que quiera emprender el camino del baile flamenco?

–Que no empiecen la casa por el tejado, que vayan despacito, que aprendan de la raíz, que escuchen mucho cante, mucha música y cada vez que salgan a un escenario disfruten y no sufran, que yo sufro mucho.