Un reencuentro con el Espárrago Rock en forma de libro
La Madraza reunió en un acto a quienes hicieron del evento hueteño una referencia para la música en nuestro país y un grito de libertad
A contrapelo de una sociedad que, aunque se desperezaba tras cuatro décadas de dictadura, tenía a sus espaldas el baldón de costumbres que se convirtieron ... en hábitos, llegó el Espárrago Rock a Huétor Tájar, un pueblo de la vega granadina que había encontrado en un sabroso parásito del trigo una forma de prosperar en lo económico y lo social. Faltaba el componente cultural, y lejos de lo folclórico, este se encarnó en un festival que acabó definiendo lo que los festivales son hoy. La pequeña gran historia de este movimiento ha tomado cuerpo –y qué cuerpo– en el libro titulado, precisamente, 'Espárrago Rock. A contrapelo', que reunió a muchos de los fundadores del festival para su presentación en el Palacio de la Madraza.
Desde el primer momento, se habló de que el libro y todo lo que lo acompaña no son únicamente una mirada nostálgica hacia un pasado en el que todo parecía posible, sino la primera piedra del estudio futuro de este fenómeno cultural y musical que supuso el festival, el cual, seguro, formará parte de más de una tesis doctoral desde ahora. Son más de 350 páginas profusamente ilustradas, no solamente con fotografías, sino con pequeños y grandes recuerdos. Porque al margen de los muchos y muy grandes nombres que campearon en los carteles, el protagonismo de aquel festival también fue de quienes estaban entre bambalinas y de quienes estaban abajo, sudando la camiseta tanto como los que estaban arriba.
Los editores del volumen, Antonio Collados, Marina Hervás, Marisa Mancilla y Antonio Rodríguez Vázquez 'El Boti' –este último perteneciente al núcleo fundador– destacaron la transversalidad del proyecto, plasmado también en una exposición que se pudo observar tanto en el Hospital Real como en el pueblo de origen.
Arte sin etiquetas
Antonio Rodríguez Vázquez recordó a su compañero Francis Cuberos y quiso hacer un alegato a favor del arte sin etiquetas, que sobrevive a los intereses de las grandes corporaciones. «Íbamos a contracorriente, a contrapelo. Innovamos, queríamos crear algo que traspasara las fronteras de lo estrictamente musical. Tuvimos alegrías y problemas, nos divertíamos y el público se divertía». Rodríguez Vázquez recordó sus 42 años en la farmacia –de ahí el apodo con el que se le conoce– y en sus actividades paralelas, y su acercamiento al mundo de la música y al resto de las artes, conectado con aquella expresión en iniciales que llevaban antaño las fórmulas magistrales: «H. S. A.» («Hágase Según Arte»). «Hemos ganado mucho gracias al empeño de muchas personas, almas entusiastas que siguen recordando y manteniendo el espíritu de este festival», agradeció el fundador.
La periodista Sagrario Luna, igualmente hueteña y testigo privilegiada del devenir del Espárrago, destacó que el libro –que en una báscula de pesar espárragos arrojaría unos guarismos de kilo y cuarto, como curiosidad– es el testimonio de toda una generación que vivió el encuentro entre distintos estilos musicales, distintas sensibilidades, como algo perfectamente natural, porque el rock y el flamenco, en realidad, no estaba tan lejos.
Como afirmó Juan Antonio Muñoz. 'Chico' entre sus paisanos hueteños, uno de los primeros activistas del festival, el Espárrago está más vivo que nunca. Al margen del proyecto editorial, en el que han participado 41 firmas de periodistas, estudiosos, gestores culturales y aficionados, el corpus documental y archivístico será custodiado por la Asociación A Contrapelo, que echará a andar la próxima semana con su primera asamblea. Pero más allá de lo científico, el rock volverá a sonar en Huétor Tájar con un festival estable y recuperado, cuya segunda época comenzará la próxima primavera.
Un recuerdo para Jorge Martínez, líder de Ilegales
Fue el 11 de marzo de 1989. En la segunda Feria del Espárrago Verde se incrustó un concierto en el que se anunciaron las bandas Los Dementes y Los Ilegales. La entrada, a 600 pesetas de la época. Y en lo alto del escenario, la figura pelilampiña por entonces de Jorge Martínez, líder de la banda de 'Soy un macarra', quien hace 36 años era una figura del rock nacional y ayer mismo falleció, como recordó Antonio Rodríguez. Su imagen se apareció en un vídeo que emocionó al público.
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