La Rakky del Zaidín se va para Benidorm
Su tema, 'Tracción' ·
Es una de las candidatas de España para el festival internacional. «Ahora agradezco no haber entrado en 'Operación Triunfo' porque no estaba tan preparada para lo mediático»Las uñas largas y rosas golpean primero el cristal de la puerta. La joven, de un estudiado negro a retales, recorre a grandes zancadas el pasillo del McDonalds, en Emperador Carlos V. Cada paso hace bailar una gafas de aviadora rosas que le cuelgan del cuello, paralelas a un flequillo igualmente rosa que hace los coros. Entre medias, unos ojos pintados con tiempo que parecen dos hermosas plumas negras. De fondo, por el hilo musical, suena 'Don't Let The Light Go Out' ('Que no se apague la luz'), de la banda estadounidense Panic! at the Disco. «Me encanta esta canción», dice al llegar a la barra. «Entonces, ¿eres candidata a Eurovisión?», le pregunta la camarera. «Sí», responde ella, sonriente y agradecida. «¿Pero de dónde sales tú?», insiste curiosa la del McDonalds. «Yo soy Rakky Ripper, de Graná de toda la vida, del Zaidín. ¡Mi casa está aquí al lado!», señala divertida. «La de Menús4U (hamburguesa, patata y bebida por 4 euros) que me he tomado yo aquí…».
Raquel García Cabrerizo, Rakky Ripper, nació en Granada hace 27 años, pero ahora vive en Madrid, donde se abre paso en la música. En 2019 lanzó 'Neptune Diamond', su primer álbum y, desde entonces, no ha parado. «He venido a casa a descansar un poco y a ver a mis padres, que con todo lo que me ha venido encima lo necesitaba». Lo que le ha venido encima es que es una de las 18 participantes del Benidorm Fest, de donde saldrá el representante de España a Eurovisión.
Este año había un casting abierto en Internet. Cualquiera podía subir su propuesta musical, acompañada por la letra y una pequeña biografía. Llegaron miles y miles de solicitudes a Televisión Española. «Yo envíe la mía cinco horas antes de que cerraran el plazo, en plan que casi no llego. Pensé que no la escucharía nadie». Diez días después, un lunes, se pasó la mañana trabajando en el estudio, salió a comer al mediodía y, justo cuando estaba recogiendo su bandeja de montaditos, le llamó su mánager. «Rakky, ¿tú has estado en Benidorm?, me preguntó. No, ¿por?, respondí. Prepárate porque te vas para allá... Me quedé blanca. En shock. Empecé a temblar de pensar en todo lo que se me venía. No me lo creía. Y nos pusimos a llorar de emoción. Fue súper chulo, súper intenso».
No lo sabía nadie excepto su madre, claro. La señora Cabrerizo nunca tuvo dudas: «Antes de mandar la propuesta me dijo que me iban a coger, que estaba segura. Yo le dije que era más fácil que nos tocara la lotería. ¡Y mira!», ríe la granadina. «Pero es mejor no ilusionarse antes de tiempo. Es mejor ir al día». En 2018, Rakky estuvo a punto de entrar en 'Operación Triunfo' y eso es algo difícil de superar; pero no imposible: «Cuando algo no está para ti se nota, no es el momento. Ahora agradezco no haber entrado en OT en aquella época porque no estaba tan preparada como ahora para lo mediático».
Lo mediático es, literalmente, que el día después de anunciarse su candidatura al Benidorm Fest llenó un concierto en Bilbao con gente que quería hacerse fotos con ella. «He notado mucho cambio. Antes me paraban en Madrid y en Granada, pero ahora es mucho más. Aunque, en el día a día, estoy a mi bola y sigo viviendo mi vida, sin darme cuenta de lo que se está generando fuera».
Rakky Ripper, eurofán
Rakky es una Eurofán genuina. De pequeña veía el festival en casa, con sus padres. Luego empezaron las quedadas con los amigos. «Incluso en el Erasmus hicimos la noche de ver Eurovisión», ríe al recordar la escena. ¿Se ve cantando en Liverpool? «De momento me cuesta creerme que estoy en el Benidorm Fest, imagínate en Eurovisión. El shock grande va a ser plantarme allí, en Benidorm. Y para eso hay que entrenar duro».
La coreografía que tiene planeada es dura y, para eso, hay que mejorar la forma física. «Tengo una resistencia un tanto nula», confiesa. Bailará al ritmo de 'Tracción', el tema con el que concursa que ya podemos escuchar, pero todavía no hemos visto en directo. «Todavía es secreto. No puedo cantarla todavía, pero te puedo decir una frase –se toma unos segundos, con la mirada perdida en el cielo–. Venga, esta: 'No me digas que no sientes la tensión'», ríe misteriosa. «Y es una frase del estribillo», ríe otra vez.
«Ayer estuve con un amigo de la carrera y me dijo que los profesores flipan al verme ahí, en la tele»
La vida de Rakky, amante del anime japonés, ha girado siempre entorno a la música. Ella, autodidacta, pasó de cantar delante de la tele a producir sus propios temas con tutoriales de Youtube. Tras el instituto, estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Granada. «Ayer estuve con un amigo de la carrera y me dijo que los profesores flipan al verme ahí, en la tele». «Mi Granada es la de Pedro Antonio –sigue–, mi zona, donde más he salido y mejor lo he pasado. También Gonzalo Gallas. Y donde más a gusto estoy, donde me tomo las tapas, es en mi barrio, en el Zaidín».
¿Hay un plan B, por si falla la música? «No me planteo un plan B porque sería quitarle foco al plan A». Durante la pandemia, Rakky abrió un canal en Twitch de ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma; vídeos de sonidos que producen sensaciones agradables) con cierto éxito. «Pero lo de ser streamer no me compensa emocionalmente, es agotador».
La música de Rakky Ripper es una de las grandes representantes del Hyperpop español, un género moderno, psicodélico y alegre. Un estilo que puede sorprender a ciertos oídos. «Entiendo que cuesta adaptarse a los tiempos, a las cosas nuevas, pero creo que todas las generaciones pasan por ahí. También te digo que la mayoría de gente mayor que ve lo que hago lo aprecia, no me he encontrado con muchos cascarrabias. Porque no estés en redes sociales o en TikTok no significa que no puedas entenderla y disfrutarla. Muchos me dicen que les suena al bacalao y claro, viene de ahí, del mákina, del pop de los 2000... ¡Ahí queda todo!».
Antes de salir del McDonalds, Rakky se coloca las gafas de aviadora en su sitio y se arregla el flequillo rosa con sus uñas largas. «A veces cansa un poco cuidar tanto la imagen y te apetece hacerte un moño y ya está. Pero yo también expreso con mi apariencia, con mi pelo, con mis looks... Me gusta transmitir y compartir una idea, un concepto de personaje. Cansa, pero luego es gratificante cuando te ves en el escenario con todo».
–¿Cuándo se tomó su último Menú4U aquí?
–No hace tanto... Porque tengo la comida preparada en casa, que si no... (ríe).
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