Rafael Fandila y Gustavo Martos, finalistas del Certamen de Tentaderos de la FTL

Rafael Fandila, de la Escuela Taurina de Motril, y Gustavo Martos, de la Escuela de Atarfe, obtuvieron la mayor puntuación del jurado en la semifinal celebrada en la plaza de tientas de la ganadería de Castillo de la Reina con gran asistencia de aficionados. Entre ellos, el diputado de Agua, Promoción Agraria y Medio Ambiente, Antonio Mancilla, y el alcalde de Lanteira, Francisco Muñoz.

En el tentadero, los dos finalistas actuaron junto a Pablo Fernández (Escuela Taurina de Atarfe), Cristian Pedrosa 'El Mini' (Escuela de Baza), Armando Bustos (Escuela de Motril), Emilio Espigares (Escuela de Jaén), Jesús Cobo (Escuela de Alcudia de Guadix) y Jesús Pérez (Escuela de Sevilla-Amate).

La condición de las cuatro vacas que saltaron al ruedo, de nombres Taicum, Eider, Rigurosa y Eider, supuso una prueba muy exigente para los ocho espadas por su falta de clase y entrega. Todas acusaron mansedumbre en distintos grados e impidieron que los novilleros estuvieran cómodos y dejaran constancia de sus progresos. El tentadero acabó convirtiéndose en un examen técnico en toda regla, que precisaba de un conocimiento y una experiencia que, lógicamente, aún no dominan. Eso sí, contaron siempre con la puya infalible de Gustavo Martos, que picó muy bien a cada una de las vacas, y las indicaciones y el quite siempre oportuno de Fernando Díaz, responsable técnico del certamen.

Rafael Fandila marcó distancias en la primera collera protagonizada junto a Pablo Fernández por entender mejor a una vaca que no humilló nunca y les sorprendió en más de una ocasión. Por ello, la torería de Pablo sólo pudo lucir a medio gas y a Fandila no le quedó otra que aprovechar la inercia del astado para arrancarle los muletazos.

Esfuerzo máximo

'El Mini' y Armando Bustos tampoco lo tuvieron fácil ante una vaca encastada en mansa, sin fijeza y a la defensiva. Les costó meterla en el canasto y se esforzaron al máximo para conseguirlo. Gustavo Martos y Emilio Espigares fueron la pareja más completa por el mayor contenido de su tienta. Mientras Gustavo demostró ser un novillero que pisa fuerte y es capaz de sobreponerse a los problemas, Espigares sorprendió por su forma innata de asimilar conceptos y concebir el toreo. Los dos Jesús, Cobo y Pérez, lucieron a oleadas y tampoco se dejaron ganar la pelea por una vaca muy teclosa que salió con muchos pies y cantó pronto sus carencias.

Sorprendieron, y mucho, los alumnos más jóvenes de las escuelas taurinas, anunciados fuera de concurso ante la que resultó ser la vaca de mejor condición y duración de la tienta.

Ilusionaron los progresos e incipientes maneras de Rafael Espigares, Ismael Contreras, Antonino Villalba, Antonio Velasco, Alejandro Martínez, Javier Hidalgo, Álvaro Díaz y César Martos.