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Rosario Collado, una de las restauradoras, trabaja en uno de los catorce pináculos de la Real Chancillería. Alfredo Aguilar
Cultura

Los pináculos de la Chancillería pasan revisión

Contaminación, temperatura y humedad han dañado la piedra hasta el punto de disgregarla

Jorge Pastor

Granada

Lunes, 14 de octubre 2019, 23:28

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La campana de la Real Chancillería, fundida en la época de los Reyes Católicos, suena puntual. Uno, dos, tres, cuatro… once tañidos secos y contundentes ... que se escuchan perfectamente en todos los rincones de plaza Nueva. Al lado del campano, en un andamio de unos tres metros de altura, que se suman a los dieciséis del alzado, Isabel y Rosario inyectan con tiento una solución de nano partículas de silicato etílico en uno de los catorce pináculos de este edificio que se construyó en el periodo de tiempo comprendido entre 1526 y 1587. Un trabajo de precisión para consolidar estos elementos arquitectónicos de gran valor –aunque no estaban en la construcción inicial, sino que fueron adosados a modo de ornato en el siglo XVIII– que se estaban disgregando hasta el extremo de que ya caían trocitos de piedra que podían accidentar a cualquier infortunado que pasara por debajo. La faena, realizada por un experimentado equipo de restauradores dirigido por Dionisio Olgoso, comenzó en julio con marbete de urgencia y la previsión es que, antes de diciembre, ya hayan pasado por el quirófano los catorce remates.

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