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Ana López, junto a algunas de sus obras de peces en el Espacio de Coworking erranT. JORGE PASTOR

Los pececillos de Ana, la pintora granadina que 'venció' al Asperger

La motrileña Ana López trabaja ya en su quinto proyecto expositivo | «Las personas con algún tipo de necesidad especial también podemos ser creativas y aportar mucho al mundo del arte», dice

Jorge Pastor

Granada

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Domingo, 24 de marzo 2019, 03:27

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Ana va camino de los 27, pero aún conserva la mirada limpia de aquella niña de cinco años que se refugiaba en el garaje de su casa, «más amplio y luminoso que mi habitación», bromea, para pintar pececillos de colores, como los que veía en las playas de Motril, su ciudad. «Siempre me han atraído los peces por su colorido, por la forma de las aletas y por cómo se mueven», comenta con el pincel entre las manos mientras remata, quién sabe, una de las obras de la que podría ser su quinta exposición –la última la realizó el verano pasado–.

Y es que Ana, que ante todo y sobre todo es una grandísima artista que aspira, como todos los grandísimos artistas, a vivir de la venta de sus obras, es también un ejemplo de cómo se puede tener una vida normalizada y destacar en el mundo de la creación teniendo Asperger, un síndrome que se engloba en los Trastornos del Espectro Autista (TEA) y que no supone ninguna merma del deterioro cognitivo, pero sí dificultades relacionales.

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Ana López revisa una de sus obras.
Ana López revisa una de sus obras. JORGE PASTOR

Por eso Ana, siendo pequeña y sin entender aún lo que le pasaba, siempre encontró en la creación la mejor manera de mostrar su mundo interior y de conectar, a veces desde la abstracción a veces desde la figuración, con el otro mundo, el exterior. El de los pececillos de colores, el de maravillosos paisajes, el de gatos que se asoman a los tapiales del palacio de Dar al-Horra, el de la calidez y la magia de la Alhambra, el de árboles envueltos en brumas… y todo con color. Con mucho color. Verdes, rojos, amarillos, azules, naranjas. Como Frida Kahlo. Como Dalí. Como Picasso. «Me encantan cómo lo usan y también me encanta esa expresión surrealista de la realidad», comenta Ana López, licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Granada, máster en Producción e Investigación del Arte y una mujer soñadora que cuando habla siempre mira a los ojos. Segura de lo que dice. Cercana. Amable.

Aceptación

Ana López, que empezó a entender el Asperger cuando tenía diez años y a aceptarlo cuando llegó a la edad adulta –se lo diagnosticaron en su etapa de preescolar–, es lo que es gracias a ella, pero tiene muy presente a sus padres, Ana y Francisco, que siempre le ayudaron para que le reconozcan sus derechos como persona diferente, y también a su psicólogo, Lucas, especializado en TEA. «Él me enseñó técnicas para canalizar la ansiedad y para ser más flexible», explica Ana, que no deja de mirar el presente con optimismo –ahora mismo trabaja en el taller de Godel Impresiones Digitales y también, cuando hace falta, de cara al público– y al futuro con algo de incertidumbre. «El panorama está complicado», afirma. A pesar de ello, no cejará en su empeño de 'currar' algún día en alguna pinacoteca, en alguna galería o en algo relacionado con la gestión artística. ¿Sus sueños? «Exponer en museos de Madrid y Málaga, que es una ciudad bohemia, y quizá probar en el ámbito internacional como en Francia».

Ana prepara su quinto proyecto expositivo.
Ana prepara su quinto proyecto expositivo. JORGE PASTOR

Ana López, que acaba de ser reconocida con el Premio a la Igualdad y Nuevos Valores en Motril –aunque actualmente reside en Granada–, toca todos los palos, aunque sus técnicas favoritas son la acuarela y el acrílico. Un ejercicio de superación personal para, como ella misma dice, «mostrar que los que tenemos algún tipo de necesidad especial también podemos ser creativos y aportar mucho en el mundo del arte».

«El talento no tiene barreras; quiero demostrar que las metas son alcanzables»

«El principal motivo de mostrar mis pinturas al público es darme a conocer –confiesa Ana– pero sobre todo es demostrar el concepto de la inclusión a través del arte y cómo mi adaptación social ha formado parte de mi desarrollo artístico y personal». «El talento no tiene barreras; las imágenes son más valiosas que las palabras», agrega. «Quiero demostrar que las metas no son inalcanzables, que todos podemos lograr lo que nos proponemos».

«El arte nos ayuda a conocernos»

Ana, en erranT de Granada JORGE PASTOR

Ana López considera que el arte es un medio de expresión de lo que sentimos y lo que vemos. «Además –agrega– nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y mostrar valores como la sensibilidad humana, la diversidad y la esencia del artista». Los trabajos de su máster se basan en la evolución personal y las etapas de la vida. El tiempo como esencia de todo y que va poniendo las cosas en su sitio.

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