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Óscar Linde (Granada, 1986) pasea por el Polígono de Asegra con su bastón blanco. Entra en la nave de Grupo Axfito y saluda sonriente a toda la tripulación. «¡Buenas!», grita, mientras sube las escaleras que llevan al departamento de innovación. Allí le esperan Daniel Cucharero, CEO de la empresa; José Manuel Roco, director del departamento; y Julio Alberto Ramírez, responsable de la parte electrónica. Linde se sienta y pregunta dónde está. Al momento, le colocan las manos sobre una hermosa maqueta que reproduce el Palacio de Comares de la Alhambra. «Ya estoy aquí», dice, paseando sus dedos por los relieves y las formas, hasta que su índice roza un sensor que manda una señal a un móvil que reproduce el audio: «Pórtico Norte –dice una voz de mujer–. Presenta una arcada de siete arcos semicirculares reforzados con una decoración de baños de seda...».
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«Es muy difícil expresar cómo es la Alhambra con palabras. Es una sensación. Sentirla es un sueño hecho realidad», explica Linde. Esta maqueta del Palacio de Comares pertenece a Tifloactiva, un proyecto de innovación social que nace para cumplir los criterios de accesibilidad universal en el ámbito de la museografía y del patrimonio. «Es lo que se denomina turismo inteligente», apunta Cucharero. «Hemos registrado un modelo de utilidad, que no es exactamente una patente –sigue el CEO–. Hemos creado un producto que no existía y que funde dos ideas: la maqueta tiflológica (pensadas para que una persona ciega pueda interpretar un plano o un monumento) y la tecnología capacitiva. Unimos las dos y hemos creado la maqueta accesible inteligente».
Hace ya muchos años, Óscar Linde, vendedor de la ONCE, entró en una cafetería de Albolote acompañado de su perro guía. Daniel Cucharero se acercó a acariciar al animal y entablaron una conversación que terminó en una amistad inesperada. En 2016, Cucharero, amante de las nuevas tecnologías, decidió crear un departamento de innovación en Grupo Axfito. «Se me ocurrió que podía fusionar varias ideas para crear un sistema que permitiera a ciegos como mi amigo Óscar descubrir un monumento de una manera fácil y autónoma». La idea ha revolucionado el sector y, en el último Fitur, se convirtió en una de las estrellas de la feria.
Óscar Linde es ciego de nacimiento, por una enfermedad congénita. Los domingos emite un podcast en radiosinbarreras.com en el que habla de inclusión, de proyectos innovadores y de problemas reales de personas reales. «Cuando Dani empezó con Tifloactiva me pidió que les echara una mano –cuenta Linde–. Yo les ayudo en lo que puedo, orientándoles en necesidades o circunstancias que quizás ellos no caen porque no son ciegos: etiqueta los botones, mejora este sonido, el tamaño de los sensores... todo lo que pueda para que las maquetas funcionen mejor».
Pertenecer al equipo y ver cómo crece el proyecto ha sido «una experiencia muy gratificante». «Sentir la Alhambra igual que cualquier otra persona gracias a las audiodescripciones es genial. Estas maquetas te hacen partícipe del mundo, nos permiten a las personas que no podemos ver con nuestros ojos descubrir lo que tenemos a nuestro alrededor». Y sentencia, con rotundidad: «Hay que apoyar todos los proyectos que destruyan barreras».
El gran reto de estas maquetas (porque no hay solo de la Alhambra, claro, hay varios proyectos en marcha, como la Torre del Oro o el Castillo de Peñafiel, entre otras) es otorgar una autonomía real para los invidentes. Ahí ha jugado un papel fundamental José Manuel Roco: «La parte clave es la autonomía –insiste–. Hasta ahora, los ciegos buscaban con sus manos zonas clave en una maqueta y luego se movían a una leyenda para leer en braille su contenido. Se tenían que desplazar mucho y las descripciones no podían ser muy largas, por el espacio. Lo que hemos hecho es mejorar el sistema con maquetas más accesibles y con más información que dan independencia al usuario».
Así, cada maqueta tiene unos puntos táctiles que, cuando se tocan, un circuito registra la señal y la envía a un servidor. Ese servidor devuelve al instante la señal a la aplicación, normalmente instalada en un móvil, y reproduce la audiodescripción relacionada. Desde fuera, la maqueta es una réplica exacta, con relieves y texturas similares a las reales. Pero, por debajo, en el interior de sus muros, hay un complejo entramado de cables. «Si José Manuel (Roco) es el cerebro de la maqueta, yo soy la red neuronal», explica Julio Alberto Ramírez, responsable de la electrónica. «Me encargo de todo lo que no se ve, de que las señales lleguen a su destino», añade.
Óscar, sin separar sus manos de la Alhambra, sonríe sin parar. «Cuando recorres con tus dedos la maqueta, sientes cosas. Imaginas. Igual que con el audio, como cuando escuchas un programa de radio, te metes en tu mundo y, de alguna manera, puedes vivir la Alhambra como una persona sin discapacidad».
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Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Jon Garay
Amanda Martínez | Granada, Amanda Martínez | Granada y Carlos Valdemoros | Granada
Jon Garay e Isabel Toledo
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