La Orquesta Ciudad de Granada queda pendiente de la Junta para asegurar su futuro
El Consejo Rector del Consorcio que la rige deja sobre la mesa la posible solución económica, que se condiciona a las cuentas del ente autonómico
JOSÉ ANTONIO MUÑOZ
GRANADA
Martes, 9 de abril 2019
Tres horas de deliberaciones en el salón de plenos del Ayuntamiento no sirvieron ayer para ofrecer una solución clara, en lo económico, al futuro de ... la OCG. Así, el futuro cuadre de las cuentas, y un plan estratégico a medio plazo que permita enjugar la deuda, queda al albur de las cuentas de la Junta de Andalucía, ahora mismo bastante enmarañadas, o 'entelarañadas', según afirmaron ayer sus representantes en la reunión, la directora general de Innovación Cultural y Museos, Reyes Bilbao, y el delegado de Cultura en Granada, Antonio Granados. «No tenemos disponibilidad presupuestaria», afirmaron, «porque nos hemos encontrado sin consignación».
El Consejo Rector de ayer era esperado como agua de abril por parte de los músicos y del personal administrativo de la OCG, en busca de una decisión política que diera una solución definitiva a la zozobra en la que viven a diario. De hecho, tanto el gerente Günther Vogl –parte doblemente interesada ya que además de ocupar esa responsabilidad, cuando la deje volverá a su puesto de ayuda de solista de contrabajo–, y el presidente del Comité de Empresa, Jaume Esteve, estuvieron presentes. Durante la reunión, ambos hablaron lo justo, porque el debate se entabló entre las instituciones encargadas de sufragar la Orquesta: por orden de importancia, Ayuntamiento, Junta y Diputación Provincial.
Así las cosas, llegó el turno de Vogl para presentar el informe económico. De manera previa, solicitó a los miembros del Consejo una estabilidad suficiente para encarar una programación ya terminada, y que hay que presentar en la primera semana de mayo, a fin de no perder comba en lo que se refiere a la renovación de abonos de cara a la temporada 2019-2020. Del mismo modo, pidió una orientación estratégica para solventar la deuda y «mirar hacia el futuro».
A renglón seguido, dio color –esencialmente rojo– al panorama económico. El déficit llega ya a los 1,6 millones de euros, y solo en el ejercicio 2018 se ha engrosado en casi 200.000. El plan de saneamiento presentado en la etapa de la anterior gerente, Alicia Pire, no puede cumplirse si no hay estabilidad, primero, y subida, después, de las aportaciones. Y la programación debe continuar porque sin conciertos y taquilla no habrá futuro, por más que por ese capítulo se ingrese menos de una quinta parte del presupuesto total.
Vogl habló de un panorama de penuria con los consabidos retrasos en el pago a artistas invitados de dos años –lo que hace difícil que vuelvan si se les requiere–, con pagos a proveedores que como media están en el mismo tiempo, la posibilidad de que se les suspendan suministros tan claves como las redes de comunicaciones, y un bocado cada vez mayor en gastos financieros, que este año estará en el entorno de los 200.000 euros.
Autocrítica
Las instituciones no ahorraron autocrítica. Se habló de presupuestos con capítulos de ingresos irreales que no deberían haberse aprobado, se habló de la incapacidad para generar patrocinios –el propio alcalde, Francisco Cuenca, y la concejala de Cultura, María de Leyva, muy combativos ambos, detallaron algunas de las gestiones que ha llevado personalmente a cabo en este sentido, y que han evitado una hecatombe mayor–, y se habló, en definitiva, de recortes. Mientras Cuenca detalló los esfuerzos que se han llevado a cabo –pérdida de pagas extras, reducción de masa salarial–, la directora general, Reyes Bilbao, tomó exacta conciencia de la situación que vive la Orquesta a día de hoy. En la comunidad, con dos formaciones al día en los pagos y sin problemas –Málaga y Córdoba–, quedan Sevilla y Granada como grandes chinas en el zapato de la Junta, con la diferencia de que a Sevilla le pusieron en su día dos bombonas de oxigeno en forma de aportaciones extraordinarias, y a Granada le dieron una mascarilla con una goma.
Así las cosas, tanto el alcalde, Francisco Cuenca, como la diputada de Cultura, Fátima Gómez, pidieron a los representantes de la Junta el compromiso concreto de implementar un plan de viabilidad que incluya la recuperación de las aportaciones anteriores a la crisis, y un calendario de pagos para enjugar la deuda. Una petición que la Junta, en las circunstancias actuales, no va a poder atender. Sí aseguró el mismo cheque del ejercicio anterior –1,4 millones de euros, la mayor cantidad posible con unos presupuestos prorrogados–, pero no dio ni fechas ni cantidades de cara al futuro inmediato, apelando a la falta de disponibilidad de fondos. Así las cosas, las espadas siguen en alto, ya que Cuenca arrancó el compromiso de que la Junta evalúe su disponibilidad real para ayudar y la concrete en una reunión que trate el tema monográficamente, y que aún no tiene fecha.
Los músicos no van a quedarse quietos. De hecho, anuncian que tras el paréntesis de la Semana Santa, habrá encierro en el Falla, más protestas en Granada, y ayer mismo, el presidente del Comité de Empresa –habrá asamblea de trabajadores mañana jueves–, comenzó a hacer gestiones para organizar una manifestación en Sevilla ante la sede del Gobierno andaluz. «Hemos salido muy decepcionados», afirmó Esteve. «Por primera vez hay acuerdo entre Ayuntamiento y Diputación, pero la Junta no ha estado a la altura», dijo.
El concurso para la elección de gerente se paraliza, en busca de un perfil idóneo
Antes de entrar en números cifrados en millones, el Consejo entendió de otro mucho más pequeño:el tres. Porque tres son los finalistas de un concurso convocado para proveer la plaza de gerente de la Orquesta, y tres son los aspirantes que, de momento, no van a ocupar dicha plaza. Ni Francisco Fernández Rico, ni Neus Fontestad ni Jesús Montes eran perfiles del agrado de los músicos, y nadie les considera abiertamente, dentro del Consejo Rector, como personas idóneas para ocupar dicho cargo. De hecho, la directora general, Reyes Bilbao, puso sobre la mesa la posibilidad de traer un técnico desde Sevilla para ocupar dicha plaza en breve, posibilidad que fue rechazada por el resto de los miembros. Así, es más que probable que Günther Vogl continúe al frente de la OCGen calidad de gerente interino, incluso, un año más. Ayer, los miembros del Consejo agradecieron su claridad en la exposición y su implicación en el trabajo, pero buscan un perfil que aúne conocimiento artístico profundo y capacidad contrastada para gestionar equipos y convertir a la OCGen un ente, si no rentable –tarea imposible en España–, por lo menos presupuestariamente equilibrado.
Sobre la mesa quedaron también propuestas de hondo calado, y que supondrían una auténtica revolución en la organización de los tres entes musicales señeros de Granada: Auditorio Manuel de Falla, Festival de Música y Danza, y la propia OCG. Juan García Montero, de Centrados en Granada, en una propuesta que no fue vista con malos ojos por el propio alcalde, Francisco Cuenca, puso sobre la mesa la necesidad de maximizar los recursos humanos y crear una oficina conjunta para los tres entes, donde no se duplicaran responsabilidades ni puestos, o se integraran para crear una organización que pudiera captar, por ejemplo, recursos de patrocinio conjunto.
Ello supondría, prácticamente, una vuelta a los orígenes, fechados en los primeros años 90, cuando tanto la Orquesta como el Festival compartían sede en el Auditorio Manuel de Falla, y los equipos eran los mismos, con una pequeña oficina –que aún hoy se mantiene– para la gestión del Auditorio propiamente dicho.
El juego político no estuvo ausente de la reunión de ayer, como es natural. La concejala María de Leyva se quejó de la «falta de complicidad de la Junta con Granada y su potencial cultural, sobre todo de la mano de una Orquesta con el prestigio de la OCG. Nosotros hemos incrementado nuestra aportación en 200.000 euros, la Diputación en 100.000, pero la Junta no va en esa línea». Por su parte, Reyes Bilbao achacó a la «caótica» situación presupuestaria heredada el hecho de que el ente autonómico esté atado de pies y manos. Fuera de ese juego, lo que parece claro es que urge tomar medidas, porque la situación es insostenible.
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