El órgano asesor de la Unesco no ve errores en la actuación de la Mezquita de Córdoba

Mientras los operarios continúan con los trabajos de urgencia aprobados el lunes por la Junta de Andalucía para garantizar la seguridad de cara a completar el informe de daños, Molina visitaba el inmueble para conocer de primera mano los desperfectos a causa de las llamas y el humo provocados por el incendio que se originó el pasado viernes 8 de agosto.

Acompañado por el deán presidente del Cabildo, Joaquín Alberto Nieva, Molina lamentó ante los periodistas allí concentrados el siniestro, pero hizo hincapié en que el edificio tiene «unos protocolos establecidos» para su protección. Y aunque dejó claro que se estaba guiando por sus «primeras impresiones», sí apuntó a que desde el Cabildo «han trabajado bastante bien» y han actuado «encaminados a la salvaguarda del edificio».

«Lo único que vamos a hacer -resumió- es a darle una vueltecilla en identificación de lo que son las amenazas, que en este caso son antrópicas» al tratarse de un incendio. Aún así, explicó que en el Cabildo tienen un equipo de técnicos «bastante competente» a la hora de identificar las vulnerabilidades del edificio. «Identificando las amenazas y vulnerabilidades se pueden identificar los riesgos, y en función de los riesgos se pueden tomar las medidas de prevención, y ahí es donde estamos en la mesa de trabajo» que crearon el pasado año el Cabildo e Icomos, organización de la que la institución capitular forma parte.

Fue entonces cuando, preguntado por los errores concretos que se han podido cometer con respecto al incendio, Molina dijo que él «no hablaría de errores». «La palabra error no la emplearía como tal. Ha habido una amenaza, ha habido un riesgo y ha habido unas consecuencias, pero aquí nosotros lo que venimos sobre todo es a ayudar y a identificar, y que esto sirva, de alguna manera, como ejemplo para otros monumentos y otras instituciones que deben velar en el ámbito de la prevención de este tipo de catástrofes».

No desveló, sin embargo, si el origen del incendio, que tuvo lugar en una capilla que el Cabildo utilizaba como almacén para material de limpieza y sillas plegables, pudo ser a causa de un cortocircuito durante la carga de las baterías de una máquina barredora, tal y como apuntaron las primeras hipótesis. «Desde el Cabildo nos han dado todas las explicaciones», aseguró, «y en base a ellas y a la documentación que está elaborando la Policía Científica, los técnicos, los arquitectos y el personal de mantenimiento del monumento, Icomos emitirá el informe correspondiente».

Aseguró, eso sí, que el Cabildo ya había adquirido un inmueble cercano a la Mezquita, y que la intención era habilitarlo para trasladar todos los materiales almacenados en la capilla donde comenzó el fuego, una de las estancias más dañadas del inmueble. «Ese tema lo estuvimos comentando en la última visita», señaló Molina tras la visita. «Y nos consta que estaban detrás de tener ese espacio. Y creo que me estaban comentando que ya lo tenían. Lo han pillado por poco», apuntó, dejando caer, sin explicitarlo, que si el traslado de los enseres se hubiese efectuado antes, quizás el incendio no se hubiese producido.

En cualquier caso quiso resaltar «el gran equipo profesional» con el que cuenta el Cabildo en el monumento, en el que ya se está realizando, junto con la retirada de escombros, la primera actuación de emergencia, que consiste en cubrir las zonas de la cubierta que colapsaron por las llamas, para evitar daños por lluvia, mientras se elabora y ejecuta la restauración anunciada ayer por la consejera de Cultura y Deportes, Patricia del Pozo, que rondará, según las primeras estimaciones, el millón de euros.