«La opresión y el oscurantismo no tienen género»
La intérprete, jienense de nacimiento y granadina de adopción, es Poncia en 'La casa de Bernarda Alba' que se representa en el Teatro Isabel la Católica
José Antonio Muñoz
Granada
Miércoles, 2 de junio 2021, 01:03
La actriz Rosario Pardo (1959) es jienense de nacimiento pero granadina de adopción, por múltiples motivos sentimentales y emocionales. Con esa misma emoción que transmite ... en el escenario y que la hace igualmente apta para la comedia y el drama, incorpora a Poncia en el montaje de 'La Casa de Bernarda Alba' que estará en cartel en el Teatro Isabel la Católica hasta mañana jueves.
–Qué alegría, volver a la carretera, y además en Granada.
–Volver a Granada siempre es un placer, pero yo he tenido mucha suerte, porque he podido trabajar algo durante la pandemia. De hecho, llevo cuatro años haciéndolo casi sin parar, y la carretera, a veces, cansa. Pero en el sector teatral, la norma general ha sido un parón en el que todos hemos perdido unas funciones y hemos tenido que aplazar otras.
–Es usted Poncia en 'La casa de Bernarda Alba'.
–Sin duda, mi personaje favorito de la obra. Es la que sabe todo, la que se relaciona con todos, la que está en todas partes, por lo que es un papel muy rico.
–¿Qué tiene de particular este montaje de José Carlos Plaza?
–Cada director tiene su propio punto de vista en torno a clásicos como este. José Carlos plantea esta Casa como el ejemplo claro de una situación que no debiera repetirse nunca. Ese maltrato psicológico de que son víctimas las hijas por parte de la madre, especialmente en el aspecto sexual, es algo que, desafortunadamente, seguimos viendo en determinadas atmósferas sociales. Creo que el mérito de Lorca fue, en el momento de escribir esta obra, poner de pie este conflicto, mostrarlo, para que el espectador saque sus propias conclusiones en torno a un tema que sigue estando de plena actualidad.
–¿Desde el punto de vista de la escenografía o el texto, hay alguna innovación?
–Cada vez que se interpreta esta obra, se hace de forma distinta, porque es una obra muy coral y cada actriz le da un matiz distinto a su personaje. Por lo demás, es una 'Bernarda' muy clásica, sin disgresiones, con una escenografía que, eso sí, sitúa la acción en el patio, no en el interior de la casa, y con un respeto total al texto de Federico.
–El personaje de Bernarda ha sido interpretado tanto por hombres como por mujeres.
–Sí, porque pienso que la opresión y el oscurantismo no son una cuestión de género, sino de actitud. Lorca relata lo que ve en la casa vecina a la suya, pero la opresión de unos sobre otros estaba, con total seguridad, presente de múltiples maneras tan solo dos casas más allá.
–Lleva usted en paralelo su montaje en torno a Miguel Hernández, 'Los días de la nieve'.
–Así es, y espero continuar con él aún durante un tiempo. Pero hacer este título lorquiano siempre es muy interesante. De hecho, he interpretado varios papeles de esta obra a lo largo de mi carrera.
–¿Qué le sugieren estas fechas y este teatro?
–Primero, el Corpus es fiesta, es alegría, bullanguería. Este año, esto va a quedar un poco en segundo plano para dar el mayor protagonismo a la cultura, y eso también es bueno, para que el sector se vaya recuperando. En cuanto al escenario, he tenido la suerte de pisarlo muchísimas veces, y me siento como en casa.
–En una semana de fiestas, una tragedia lorquiana.
–Creo que reírse es muy bueno, pero el público también necesita conmoverse y llorar. Si estás bien llorado, eso da mucha calma espiritual. En general, pienso que las personas que acuden al teatro lo hacen para emocionarse. Lorca nos pone delante de nuestras propias contradicciones, y espero que al público le guste nuestro trabajo.
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