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Una visitante observa la serie sobre Nueva York de Sergio García. J.A.M.

La muestra 'Viñetas desbordadas' mete de lleno al Guerrero en la era del cómic

La exposición exhibe obras de Sergio García, Max y Ana Merino, se inaugura hoy y estará abierta hasta el 22 de marzo en la calle Oficios

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

GRANADA

Martes, 22 de enero 2019, 01:05

La primera exposición de este año en el Centro José Guerrero responde al nombre de 'Viñetas desbordadas', y constituye un experimento con dosis de riesgo ... controlado, según dijeron ayer sus responsables. El control de riesgo viene dado por la entidad de sus autores, Sergio García, Max y Ana Merino, los tres con mucho que decir y con mucho dicho atrás. El antiguo edificio del diario Patria se convierte en un inmenso tebeo de páginas que desafían su propio marco, absorbiendo corredores, paredes y salas. No es la primera incursión del Centro en este género que los franceses llaman 'banda dibujada'. Pero sí es la primera ocasión en que es el propio Centro quien sirve de soporte al trabajo de los artistas, abriendo un proceso con mucho camino por delante, y que supone todo un reto para el céntrico museo.

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¿Forma parte el cómic del arte contemporáneo? Indudablemente sí. «Ya no tiene sentido hablar de arte académico», comentó ayer Francisco Baena, director del Museo. «Hay que hablar de artes visuales. Yen la integración del cómic como una de estas artes en un museo como este somos pioneros, porque el tratamiento que se le da en esta muestra al género es completamente distinto». Baena recordó igualmente os escarceos de Guerrero, por iniciativa propia, con algún fanzine madrileño, a quien legó una portada que hoy es histórica, siguiendo la estela de un arte que comenzó a dignificar Liechtenstein.

Sergio García (Guadix, 1967) y Max (Barcelona, 1956) son autores consagrados, y a la vez se distinguen por su labor experimental. La distribución de la muestra permite acercarse a sus carreras en la sala situada a ras de suelo, para iniciar, junto a la escalera, la ascensión visual que muestra la vida de Ubrut, «encargado de mantenimento». Una serie no exenta del humor tan moderno que ya Chaplin explotara en 'Tiempos modernos'. Y directamente conectada con la ciudad de los rascacielos, la aportación de Sergio García a la muestra, nada menos que seis historias paralelas de otros tantos personajes anónimos, en la más pura línea de Robert Altman y sus películas corales. Una dibujante de cómics víctima de la violencia sexual y que padece agorafobia, un repartidor, un taxista, una rica cleptómana y con síndrome de Diógenes...

La otra historia que el dibujante barcelonés plasma, y que se puede ver en la primera planta del Centro, es la de Vladimir y Estragón, cuervo y caballo, el uno con bufanda y sombrero casi unamunianos y el otro, uno de los protagonistas de 'El público' de Lorca. A sus dos trabajos se une el de Ana Merino, quien aporta seis poemas, que recita con su propia voz y que acompañan al visitante durante este periplo estético tan particular.

Ambos dibujantes rompen con el orden establecido, y arriesgan. De hecho, Max afirmó ayer en la presentación que «la propuesta de Paco (Baena) me dejó patidifuso. Yo lo veo todo en dos dimensiones; nunca he trabajado en tres dimensiones, y mi mundo es el papel. Me dio susto, pero inmediatamente de ese mismo vértigo surgió un caudal de ideas».

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García, por su parte, hace tiempo que superó el formato libro para romper los límites espaciales del cómic, un trabajo que también muestra en su vertiente docente –es profesor en la UGR y en la École Européenne Supérieure de L'Image, en Angoulême–. Su trabajo, primero en el New Yorker y después en el New York Times, le ha permitido romper también los límites de la técnica, y últimamente dibuja con su tableta, obteniendo resultados que quien acuda al Guerrero hasta marzo podrá observar en toda su plenitud.

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