Adiós con el corazón al Festival de Magia de este año. Un adiós mostrando sin escamoteo un seis de diamantes, porque seis fueron los magos ... en escena. Y los seis brillaron como gemas, para deleite de los muchos asistentes, alcalde y concejala incluidos. Como era de esperar mucha baraja y ese viaje de nuestra mirada al mago agachado sobre su franela y a la pantalla ahíta de píxeles, no siempre con el contraste bien calculado ni con la luminosidad debidamente mesurada. Pero lo que importa es el hombre y no la máquina que lo aumenta pero nunca lo sustituye.
Publicidad
Desde el joven Rubi Férez, con sus monedas jugando al escondite y su yogurt a medio comer, hasta el silente Rubén Vilagrand, zampador de anzuelos y tijerilla de sus cuerdas, ya vistas, pasando por el muy expresivo Miguel Gea extrovertido como actor y correcto como mago, para terminar con el odontólogo filósofo Javi Benítez, todo fue un disfrute en esta antevíspera de los Reyes Magos. Porque nunca ambas magias se acercaron tanto en fechas y sentidos, que para estas coincidencias Granada se las pinta sola. Noche muy masculina como aquellos tres magos orientales, que si ellos vienen de lejos, la fría noche fue para disfrutarla de cerca.
Humor entreverado con las cartas, unas veces más propicio y algo desternillante, como cuando el presentador Mario quiere hacer desaparecer la sal. Otras veces más esquivo, que es difícil mantener alto tanto tiempo el listón haciéndose el tontorrón. Los seis usando el mimo como tarabita y enjundia de su actuación. Y con frecuencia usando al público de la primera fila, y a alguna niña espontánea de más atrás, para elegir una carta o decir párate ante una cascada. Bien hacen las autoridades en alejarse a un palco y no exponerse. Pero todos nosotros, sin excepción, con un ¡oh! siempre en la boca.
Esperemos que el 2021, que acabamos de estrenar, nos traiga mucha salud y más magia. El maldito esférico, que nos está amargando la vida, sin embargo, propiciará dos festivales mágicos en un mismo año. Y todos seguiremos contagiándonos la ilusión y la bonhomía. Porque en la baraja del Hocus Pocus todo son ases y las cartas de nuestros sueños todas son de corazones.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión