Luz Gabás

El último Planeta del Parque de las Ciencias de Granada

Gabás ha visitado Granada varias veces desde que publicara 'Palmeras en la nieve', el éxito con el que se dio a conocer al gran público. «Pero sí es la primera vez que participo en un club de lectura de un museo de ciencias –subraya–. De hecho, es el primer caso que conozco. Me encanta que el Parque participe tanto de la vida social de la ciudad». Cuando la escritora aragonesa piensa en Granada, lo primero que se le viene a la cabeza es el rostro de José Luis Corral, catedrático de Historia y referente de la novela histórica. «Él me explicó la Alhambra, imagínate. Qué lujo pasear por las calles de Granada con él, como si viviéramos aquí… Granada es historia, es inspiración pura».

–A ver si le inspira una novela…

–No, no (ríe). Hay otros que conocen más la ciudad y creo que es bueno tener una conexión emocional directa con el territorio. Tendría que conocerla más.

La fusión de Literatura y Ciencia, a través del Club de Lectura, es un éxito fantástico. Ayer, cientos de lectores pudieron charlar con la autora en un auditorio abarrotado. Porque, como dice ella, «en España se lee mucho». «Creo que la pandemia, cuando superamos el shock inicial y ordenamos los armarios y vimos que no faltaba alimento, sirvió para que la gente retomara el hábito de leer». Por otro lado, Gabás considera que en los últimos 15 años han surgido un abanico de voces nuevas que son «auténticas maestras en diferentes géneros». «Voces –continúa– no solo vinculadas a grandes capitales, voces de diferentes territorios de España y esto ha sido muy enriquecedor para los lectores que los hemos recibido con voracidad».

Entre esas voces, precisamente, está la suya. En 'Lejos de Luisiana', Gabás nos lleva a los Estados Unidos para vivir una apasionada, entretenida y didáctica historia de amor a lo largo de cuatro décadas, los 40 años en que Francia cedió a España parte de la indómitas tierras del Misisipi. Esta novela, al igual que todas las anteriores, es fruto de un impulso genuino. «Recuerdo que cuando preparaba 'Palmeras en la nieve' pensaba que era la novela que quería escribir. No pensaba en el género ni me percibía como futura escritora de novela histórica. Aunque, en mi caso, siempre estuvo el gusto de rebuscar en el pasado».

A los miembros de un club de lectura no hace falta convencerles de nada, pero, ¿por qué leer? «Si lees nunca estás solo. Si lees el tiempo discurre de otra manera. Leer es una medicina que tranquiliza, te evade y activa la reflexión. La lectura sirve como terapia y, como todas las artes, ayuda a interpretar la realidad de otra manera. Leer es fundamental en la educación».

–¿Cree que falta un pacto educativo en España?

–Hace años ya. Vamos tarde. Tardísimo. En un país tan politizado es difícil pretender que sean capaces de sentarse en una mesa y formar un pacto por la educación que no se va a tocar según vengan unos u otros. Es un problema de voluntad política. Llevo 12 años hablando de esto, envejecemos y todo sigue igual. La tecnología nos dice que hay métodos pedagógicos absolutamente desfasados, hay que trabajar de otra manera.

La tecnología, precisamente, empuja a Gabás a reflexionar sobre la inteligencia artificial. «Vamos a vivir una transformación muy fuerte, mucho más que con Internet donde éramos usuarios que consumimos. Ahora somos actores y no vamos a poder pararlo. Los escritores igual somos una especie en extinción».

–¿Le da miedo?

–En lo que me da de vida, no. Pero sí creo que en el futuro los escritores quedarán como artesanos. Deja que me ponga en plan visionario. Estás en casa y quieres leer un libro, el libro que tú mismo vas a crear:quiero una policíaca, con dos protagonistas de 30 años que se enfadan mucho y al final hacen las paces y que suceda en Venecia en el siglo XV… Y la máquina creará un texto en 10 minutos, si llega. Literatura a la carta. ¿Pena? Claro que da pena. Pero hay tantas cosas que han terminado en la humanidad… Cada generación crea su discurso y sí, habrá escritores, pero igual de otra manera.

Mientras llega o no esa máquina, Gabás ya prepara su próxima novela, de la que no piensa decir ni una palabra, y que escribirá en cuanto tenga dos meses libres por delante. «Necesito paz para escribir», resopla. Por el momento, pasa por Granada a toda velocidad, como una estrella fugaz. «Los viajes de este año, por el Premio Planeta, son muy rápidos. Sí, soy como una estrella fugaz pero con una larga estela. Como mi nombre, que ilumina mucho», ríe.