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Rosa Montero, en el despacho de su casa, en Madrid. Iván Giménez
Rosa Montero, en Granada: «Los humanos somos así, todo lo que se pueda hacer lo hacemos, aunque sea horrible»

Rosa Montero, en Granada: «Los humanos somos así, todo lo que se pueda hacer lo hacemos, aunque sea horrible»

La autora de la trilogía de Bruna Husky recibe hoy el premio 'Viajera del tiempo' que otorga el Festival Gravite

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Viernes, 31 de enero 2020, 00:34

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Rosa Montero (Madrid, 1951) no camina por un desierto de arena al empezar esta entrevista. Tampoco es, que sepamos, una replicante. La escritora responde con naturalidad, como lo haría un ser humano convencional. Sin embargo, a mitad de este test de empatía sobre la verdad de las historias, la ciencia ficción y la inteligencia artificial, una voz invisible, robótica y amenazante interrumpirá la charla y descubrirá que hay alguien más escuchando; algo más.

La escritora y periodista recibe este viernes, en el Teatrillo del hotel Alhambra Palace, a las 18.00 horas, el II premio 'Viajera del Tiempo' del festival Gravite, que reconoce el trabajo artístico realizado por creadores españoles que nos invitan a viajar a través de la imaginación, abriendo puertas que conectan el pasado, el presente y el futuro. La última novela de Montero, 'Los tiempos del odio', es la tercera entrega de la saga de Bruna Husky, una detective tecnohumana en el Madrid de 2111.

Premio viajera del tiempo. ¿Se imagina, poder viajar?

–Lo del premio suena bonito, suena a H. G. Wells. Y viajar, me encantaría. Viajar al futuro, qué curiosidad. Aunque en el presente tenemos elementos que nos pueden ayudar a calcular lo que viene, como el calentamiento global. Tengo tres novelas que pasan dentro de cien años y son realistas.

El otro día vi un vídeo de Kobe Bryant en el que decía que nunca viajaría al pasado, porque hacerlo le restaría valor al presente.

–Yo no iría al pasado de mi vida, no puedes cambiar eso. Sería absurdo. La persona que hoy decide cambiar esa vida, su vida, ya no sería esa persona. Date cuenta -ríe- que sigo las normas de la ciencia ficción: no se pueden cambiar las circunstancias.

Alejandro Ruesga

Escribir como forma de viajar en el tiempo, de permanecer...

–No -corta, tajante-. No existe la posteridad. Me alucinan los escritores que, por cierto, sobre todo son hombres, no he encontrado todavía una mujer que lo diga, me alucinan los escritores, digo, que piensan en su obra como pasaje a la posteridad. Me parece ridículo. Cuando mueren su obra se muere con ellos. Es raro que sobrevivas a tu tiempo y que tengas una etapa de lectura y fama después de tu muerte, tan raro como que te toque la bonoloto. A mí me importa un pito la posteridad.

«Me alucinan los escritores que piensan en su obra como pasaje a la posteridad. Es ridículo»

Le he leído decir que las historias hacen el mundo habitable.

–Sí, también lo cambian. El artista importa poco, lo que importa es el arte en conjunto, es esencial, nos define como humanos. El arte nos permite habitar y soportar la vida; es esencial.

Como viajera del tiempo, ¿tiene tiempo para disfrutar de las historias?

–A mí me gusta todo y el tiempo es terriblemente breve. Tiempo para el deporte, para mi familia, para pasear a mis perros, para estar con mis amigos, para leer una tonelada de libros que tengo pendientes, para ver cine, para ir a la ópera, para escribir mi próxima novela... Es horroroso, me falta tiempo para todo -ríe-. Últimamente me ha gustado la novela 'Kentukis', de Samantha Schewblin; y las series 'Mindhunters' y 'La voz más alta'.

¿Qué está escribiendo?

–Estoy terminando el primer borrador de una novela contemporánea, nada que ver con Bruna Husky. Está protagonizada por un mujer y hay una mujer con un papel muy importante. Dentro de mi narrativa, va más en la línea de 'Instrucciones para salvar el mundo'. Como muy pronto, estará en librerías a finales del año.

En sus novelas de Bruna Husky usas la ciencia ficción para hablar de temas muy actuales: política, xenofobia, el sentido de la vida...

–Ya no creo en los géneros, las novelas de Bruna tienen la misma ambición expresiva, emotiva, literaria y expresiva que las otras. Los escritores hablamos siempre de los mismos temas, de nuestras obsesiones. 'Los tiempos del odio', por ejemplo, es ciencia ficción, pero también es novela negra, psicológica, existencialista, política, social, de amor, de aventuras... son veinte mil cosas. Bruna es mi personaje favorito, la siento muy cercana. Bueno, yo no soy una replicante de combate como ella, pero su manera de estar frente al mundo, su obsesión por el paso de la muerte...

«No veo a muerte en tus contactos, ¿busco negocios con ese nombre?»

Siri

...Aquí, justo aquí, una voz mecánica interrumpe la conversación: «No veo a muerte en tus contactos, ¿busco negocios con ese nombre?». Rosa Montero mira a ambos lados y descubre que es su reloj el que le habla. «¡Se ha activado solo!», dice divertida la escritora mientras la conversación deriva en la extraña posibilidad de que el reloj sea, en realidad, un robot dotado con una inteligencia mayor de la que sospechamos. «¿Por dónde íbamos?», pregunta Rosa.

Íbamos por Bruna.

–Bruna vive intensamente, que es algo comprensible cuando eres consciente del paso del tiempo... A mí me pasa igual. Estoy muerta de curiosidad por saber lo que va a pasar con Bruna, porque hasta que no escriba el siguiente libro no tengo ni idea. Te lo juro.

-Oye, quién sabe, lo mismo ya hay replicantes reales en el mundo...

–Mi Bruna es en realidad un clon humano, criada en un tanque durante doce meses hasta que alcanza el desarrollo de una persona de 25 años. Y, ¿sabes?, clones humanos va a haber, si no los hay ya. La clonación va a existir. Los humanos somos así, todo que se pueda hacer lo hacemos, aunque sea horrible.

«La ciencia ficción es una poderosa herramienta para hablar de la realidad»

Dicen que vamos a un mundo donde la Inteligencia Artificial (IA) lo cambiará todo.

–La IA está a muchos años vista de lo que vemos en las películas, pueden hacer una única cosa de puta madre, pero para que tenga esa capacidad de aprender... Ahora bien, si la IA sería la máquina pareciéndose al humano, lo otro, que el ser humano se parezca a una máquina, eso sí es real. Estamos en la transhumanidad: implementación del ser humano con la tecnología. Eso sí que es una revolución real.

Patricia A. Llaneza

El subtítulo de 'Los tiempos del odio' es «sin amor no merece la pena vivir». ¿Es el amor un motor de la Historia?

–Sí, en un sentido extenso. Si no te sientes amado socialmente, si falta la solidaridad de los demás, puedes desarrollar rencor, venganza. Por eso la novela es muy realista. La ciencia ficción es una poderosa herramienta para hablar de la realidad, para hablar de lo que vivimos ahora: la democracia sufre una falta de credibilidad tremenda, gente que no se siente representada por la democracia y se dejan engañar por falsas creencias. Así crecen los totalitarismos. Todas esas ultrademagogias, ideologías que no están apoyadas ni en la razón ni en lo real, y que para conseguir seguidores se basan en el odio, en buscar un enemigo. Así se fomenta el odio. Trump y Bolsonaro han llegado al poder con programas electorales llenos de odio. Es preocupante. El subtítulo del libro, en efecto, no se refiere al amor pasional únicamente, también a eso, a otra manera de relacionarnos socialmente.

Espero que en Granada encuentres algo de eso.

–Granada es una maravilla siempre. No conocía el festival, pero sus organizadores, Jesús y Gustavo, me han parecido majísimos. Es un honor el premio.

Despídase de Siri de mi parte.

–Jajajaja.

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