Página de los libros
Estos son los libros recomendados esta semana por los críticos de IDEALRemedios Sánchez y Francisco Morales Lomas
Sábado, 23 de marzo 2024, 00:01
El vendedor ambulante
Por Ana Recio Mir
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La obra de Christian Bobin, en su versión española debe mucho a la traductora sevillana Alicia Martínez. No solo edita y ... traduce el libro sino que lo acompaña de un hermoso prólogo, de acendrado lirismo: «Tu última palabra queda en el corazón. Pero no es una palabra muerta. Está viva y es engendradora de vida. Seguirás cosechando sus frutos, allá donde estés. Seguirá floreciendo en nosotros, avivando nuestra esperanza».
'El vendedor ambulante'. editado en Bilbao por el sello el Gallo de Oro, es un camino, una búsqueda de lo esencial que para Bobin es aquello que ningún conocimiento puede alcanzar.
El fuego del amor al que se une lo soñado, el silencio como instrumento de verdad y plenitud absoluta, como camino hacia la paz, la lectura como actividad que enriquece el alma y la acerca a la luz son algunos de los motivos que desarrolla Christian Bobin en esta obra, libro breve y hondo, de delicada belleza, que Alicia Martínez, con mano maestra, nos da a conocer en una traducción impecable y diáfana, colmada de emoción y de lirismo.
Los amos del aire
Por Fernando Barea
El inagotable tema de la II Guerra Mundial es tratado con un especial rigor en este libro de Donald L. Miller, catedrático del prestigioso Lafayette College y experto en historia norteamericana. En este denso volumen repara en la historia de los aviadores norteamericanos que ganaron la guerra en el espacio aéreo europeo en la contienda contra los nazis y sus aliados, una tarea, por cierto, nada fácil. Más allá de la glorificación de los héroes, Miller entra a fondo en sus sentimientos, a veces de culpa, por la tarea que realizaron, ofreciéndonos un mosaico muy interesante de testimonios y una completa bibliografía e índice analítico.
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Nueve cuentos republicanos
Por Juan Peregrina Martín
Recordar tiempos pasados de nuestra historia con un acento en la verdad no siempre es bien recibido y en estos relatos podemos comprobar cómo la autora Elena Prado-Mas se esfuerza por mostrar dolores desde una literatura comunicativa, comprensiva con los momentos que utiliza y que es capaz de conjugar pasadas escenas donde García Lorca se cuestiona sus planteamientos morales o más actuales con nuestro ritos y supersticiones: los valores republicanos del bien común, la libertad y la igualdad prevalecen por debajo de lo contado, dejándonos una sonrisa de complicidad al mirar hoy a nuestro alrededor.
El reino invisible de Ángel García López
Por Mauricio Gil Cano
El gran poeta Ángel García López (Rota, Cádiz, 1935) ha publicado su testamento lírico, 'Testamento Hecho en Wátani' (Reino de Cordelia: Madrid, 2023), donde afronta el vértigo del tiempo para afirmar que «nada tengo, de lo que tanto tuve». Un canto existencial dividido en fragmentos donde los alejandrinos se deslizan como en un río que asciende al manantial de la memoria. Pero este largo poema es sobre todo un aullido de protesta contra la deriva de la poesía española última.
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El poeta añora la voz de grandes maestros: «Espríu, Rosalía, Juan Ramón, Luis Cernuda» y se siente expulsado de la casa de la poesía, violentada por manos rapaces: «Nuestra casa dejaba/ de ser del sol, y nuestra, al final de ese día». Rinde homenaje a los clásicos: «los dioses que otros llaman fray Luis,/ Luis de Góngora, Lope, Quevedo, Juan de Yepes,/ Garcilaso, Manrique y el coro de los ángeles» de una tradición literaria que hoy se ve despreciada por la ignorancia y la envidia. En esta suerte de autobiografía poética que despliega García López, tan vinculado a Jerez, no faltan referencias a los lugares entrañables que han conformado su ser: «La brisa transportaba el perfume/ de un vino que embriagaba desde los tapiales/ que ocultaban bodegas blancas como la luna». Por donde transitará adolescente, al encuentro de la poesía –«y me hirió de esa muerte que me daba la vida»– para nacer de nuevo. Asume su condición de poeta como destino de pájaro ebrio que ha descubierto «la manera de acercar a los labios/ la palabra y su útero». Y apunta los nombres de creadores excelsos: «Gerardo, José Hierro, Rosales», que cultivaron, como él, la luz precisa del lenguaje. Finalmente, avista «las hondas procelas de la muerte» y lega a la posteridad «lo tanto inexistente que es mi reino invisible», su amor a la poesía.
Testamento Hecho en Wátani nos ofrece la plenitud de un maestro que maneja como nadie los recursos del idioma, para obtener de las palabras una sensualidad deslumbrante y el claroscuro de sus conceptos. Su lectura resulta deliciosa y reveladora, pues nos adentra en el bosque sagrado de quien ha consagrado vida y alma a la palabra. «En estos lentos días de vejez apagándose/ otra vez me he ocupado del roto pergamino/ que escribiera con llanto no se sabe qué mano», desliza el poeta, porque el hecho creador de la poesía sigue siendo un misterio y continúa seduciéndole con el mismo hechizo que en sus años juveniles. No en vano los versos constituyen su único patrimonio y el solar impalpable donde su verdadero ser se manifiesta. Un bello legado, a disposición de los lectores.
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La búsqueda de la identidad
Por José Sarria
La primera novela de Karima Zialli, 'Una oración sin Dios', revela una voz que resuena a autenticidad, y a través del espejo de su protagonista, nos confronta a un intenso caleidoscopio de emociones y desafíos, invitándonos a cuestionar la esencia misma de nuestra libertad y sus batallas internas.
Desde las páginas iniciales, nos encontramos en la piel de Morad despertando: «Morad abre los ojos…» –así comienza la novela–, al caos dulce y amargo de una vida que se debate entre dos mundos: su cotidianidad, marcada por la cultura familiar–marroquí recibida, las realidades de una tierra ajena y el reconocimiento/aceptación de su propia identidad personal y sexual: el debate del joven por anclar sus tradiciones en la fluidez de un mundo nuevo y líquido.
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Una convocatoria a entender y abrazar la complejidad de vivir entre dos mundos, elaborada con una delicadeza que propone la introspección, no el juicio: «ser moro es una mierda», a lo que Domenech, su profesor, le responderá: «Ser moro no es lo que hace que tu vida sea una mierda …/… esto es lo que mata al mundo: pesar que somos distintos».
Karima ilustra con gran habilidad, la coexistencia y, a veces, el choque de culturas dentro de la propia vida de Morad: su madre, Farida, anclada en los ritos y tradiciones, «la mujer de las manos de hierro con piel de jazmín» que le ha amputado a su hermano Moha quien huyó para irse a vivir con una 'tarumecht' o su padre Saleh, de quien se avergonzaba «por su tez, por su acento, por sus dientes amarillentos, por su pelo de oveja negra en un país de rebaños blancos». Morad navega por este terreno caliginoso de lo identitario, con una humanidad que nos insta a empatizar con su situación: un musulmán que no quiere serlo, un moro que «con su vodka almidonado de limón corrompe el mes sagrado del Ramadán. El más infiel entre todos los infieles», el enemigo de su propia libertad (como le dijo aquella mora extravagante), el hijo dócil que respeta y obedece a Farida y que cuida de su hermana Salma o el magrebí entre blancos cuya meta alcanzada ha sido trabajar recogiendo mesas en una de las franquicias sin alma que existen en el aeropuerto.
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En última instancia, Karima Ziali nos deja con la impresión de que la identidad es un viaje sin fin, una serie de preguntas y respuestas que se despliegan a lo largo del dédalo de nuestras vidas.
'Una oración sin Dios' es una invitación a abrazar este viaje, con todas sus incertidumbres y alegrías, sus desafíos y deslumbramientos.
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