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César Girón y la portada del libro 'Granada Dossier Negro'. J. A. M.
El crimen en Granada, al descubierto

El crimen en Granada, al descubierto

César Girón publica 'Granada, dossier negro', donde repasa 30 años de sangre y delitos a partir de una larga investigación

Lunes, 6 de septiembre 2021, 01:03

Granada es una ciudad mediana, de provincias, pero en la que, como en el más pequeño pueblo o en la mayor de las capitales, se repiten de forma invariable las tres principales motivaciones del crimen: sexo, dinero y venganza. A esta conclusión se llega tras la lectura de 'Granada, dossier negro' (Almuzara), el nuevo libro de César Girón, quien ha buceado en la 'verdad judicial' dejando entrever en algunos casos la 'verdad histórica' de casi medio centenar de casos que marcaron la historia más negra de Granada entre 1981 y 2010. En ellos hay desde atentados terroristas de ETA hasta crímenes pasionales, asesinatos capaces de cambiar una legislación, exorcismos, criminales vestidos de 'ninja' o simples rateros que, sin motivo aparente, se ensañaron con sus víctimas dejando un profundo rastro de sangre.

«Granada no es, en lo criminal, una ciudad distinta al resto. Hay lugares más sangrientos, claro. Los crímenes se producen en función de lo que ahora se llama la 'masa poblacional'. Si hemos tenido crímenes rituales ha sido por la presencia de personas venidas de países donde esos rituales se realizan», comenta Girón. Del mismo modo, asegura que en el marco temporal que abarca la obra, no eran comunes los crímenes por narcotráfico ni los relacionados con ajustes de cuentas de bandas organizadas, porque estas tenían en esta tierra una presencia casi testimonial. Otra realidad muy distinta es la que vivimos hoy. Tampoco ha habido, por esas mismas razones, grandes robos de arte, aunque no han sido pocos los 'peristas' –receptores de mercancía robada– que ha habido por estos lares. Tampoco hay, según afirma bromeando el autor, ninguna característica que identifique al criminal granadino, «como no sea la 'malafollá'», ni delitos endémicos.

Destaca Girón igualmente la importancia que tienen los medios de comunicación en la resolución de determinados crímenes. «IDEAL fue en su momento quien más empujó, por ejemplo, para que no se olvidara el llamado 'Crimen de las Conejeras', que, aunque no llegó a resolverse, sí que se arrojaron datos que sirvieron a identificar a un posible autor que nunca llegó a ser acusado por falta de pruebas.

Preguntado a propósito de los crímenes que personalmente más le impactaron, el autor señala, en primer lugar, «el del joyero, con el que se abre el libro, acaecido en 1981 y que sorprende por su extrema crueldad, ya que el botín fue mínimo. De los tres asesinos, solo queda uno vivo». Otro que le llama la atención especialmente es el llamado 'Crimen del Cortijo del Ripio', de 2005, «que modificó la doctrina del Tribunal Supremo sobre el ensañamiento, curiosamente para beneficio de los autores». Finalmente, destaca 'Muerte a martillazos', de 2004, «del que no me permitieron revelar ni las iniciales de los autores, por ser extranjeros y estar sus iniciales protegidas por la ley, lo cual no deja de tener su gracia. La extrema crueldad con que se perpetró da idea de lo que vale una vida aquí y lo que vale en Rumanía».

En la calle

Especial relieve dentro del libro tiene el asesinato del que fuera fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero, a manos de ETA, con una respuesta popular inusitada que sacó a más de 200.000 personas a la calle. Y también el de Conrada Muñoz, la primera víctima de la banda en la provincia, un crimen del que IDEAL hizo también un especial seguimiento.

Ninguno, sin embargo, de tan alta repercusión como el asesinato de Ana Orantes a manos de su marido en 1997, «después de que esta apareciera en Canal Sur haciendo un relato pormenorizado de las barrabasadas que estaba sufriendo», recuerda Girón. «Fue una muerte cruel, que sensibilizó a la sociedad sobre el problema de la violencia de género».

El autor ha buceado tanto en la prensa de la época como en los expedientes judiciales, y manifiesta que «la prensa se ha convertido en el principal medio para seguir la historia criminal, a pesar de que los sumarios, como es de todos conocido, son cada vez menos secretos. Y hay un modo de tratar la información de sucesos que nació a mediados del siglo XX en EE UU y que impregnó también el género en España».

Sobre el futuro, afirma que «se ha demostrado que el tráfico de drogas cambia las reglas del juego criminal. Habrá que esperar para ver cómo evoluciona la historia criminal granadina».

El cuento que Washington Irving dejó sin escribir

César Girón publica libros a pares. Así, de forma paralela, ha distribuido en estos días una pequeña joya, llamada 'El cuento olvidado' (SIC Editorial), en el que, en dos escenarios y épocas diferentes –la Sunny Valley de 1859, el año de la muerte del escritor, y la Granada de 1829–, aparecen desde fenómenos solares hasta personajes tan cercanos como Eugenia de Montijo o Mariana Pineda. Géneros como el realismo social y el mágico se entrecruzan en las apenas 60 páginas con que cuenta el volumen, exquisitamente ilustrado.

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