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Un grupo de niños y niñas lee un cuento con su profesora. JAVIER MARTÍN
El Día del Libro Infantil llega en un dulce momento creativo y editorial en Granada

El Día del Libro Infantil llega en un dulce momento creativo y editorial en Granada

Ir más allá de la oferta de los grandes grupos, y la implicación de padres, profesores, bibliotecarios y libreros, recomendación de los expertos

José Antonio Muñoz

Granada

Jueves, 2 de abril 2020, 02:34

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Los libros hechos y escritos para niños y jóvenes constituyen una rama del negocio editorial que en Granada ha contado, desde siempre, con gran predicamento, y que ha dado lugar a productos de notoria calidad, tanto desde el punto de vista conceptual como de contenido y aspecto. En el Día del Libro Infantil y Juvenil, haciendo un repaso a vista de pájaro, entre los autores del sector que tienen su base en Granada se pueden citar los nombres de Miguel Ángel Moleón o Arturo Abad en el terreno de la narrativa, Ayes Tortosa –una de las pioneras de la poesía y la literatura contemporánea par niños, con más de tres décadas de trayectoria a sus espaldas– y Gracia Morales en la vertiente teatral. En el mundo de la ilustración, cabe destacar nombres como el de David Gómez –quien ha publicado dos álbumes ilustrados muy interesantes a partir de la experiencia de niños con autismo–, o José Villena, quien continúa publicando un álbum cada año, como mínimo, e ilustrando proyectos de mucho peso.

Desde el punto de vista editorial, la Diputación mantiene un premio anual de poesía infantil llamado 'El príncipe preguntón', y diversas editoriales, como Esdrújula, Valparaíso o Entorno Gráfico cuentan en sus catálogos con referencias para este público.

Iniciativas no faltan. Una de las más prestigiosas es Barbara Fiore, una editorial radicada en Granada y reconocida por la calidad de sus contenidos. Sus responsables han editado desde libros de autores como Gioconda Belli, hasta cuentos de la tradición islandesa y centroeuropea, pasando por álbumes tan comprometidos como 'La cicatriz', uno de sus más recientes productos, un desgarrador libro que muestra la realidad que se vive a ambos lados de la frontera entre México y EE UU.

El profesor y escritor Juan Mata es, sin duda, uno de los grandes expertos en literatura para los más jóvenes, y califica el momento actual como de «espléndido. Antes de que estallara esta crisis sanitaria, se ha estado publicando más que nunca y la calidad general de lo que se publica es muy alta, sobre todo en el campo del álbum infantil e ilustrado. Ahí se están haciendo trabajos asombrosos». Según Mata, influye la cantera de artistas provenientes de la Facultad de Bellas Artes, así como la globalización del trabajo. También la apuesta editorial que, aunque sea modesta en muchos casos, lleva consigo una sensibilidad importante.

Desde esta base, el profesor aboga por ampliar el foco, llevando al conocimiento general un buen número de referencias que, lejanas al interés de los grandes grupos que mueven el negocio de los libros para jóvenes, merecen sin embargo consideración.

Riesgo y compromiso

Ello es así, según Mata, porque son iniciativas que además de divertir, forman el criterio. «En un libro se puede tratar de cualquier tema, y muchas veces, leer una narración bien escrita ayuda al niño o al joven más que una conversación con sus padres. Los libros son, a menudo, maestros de pensamiento y de vida. Fuera de los más tópicos, los de humor o fantasía, hay otros que hablan de ecología, guerra, malos tratos, y otros temas que el lector joven debe conocer». Este experto aboga por trazar un cuadrilátero en el que estén profesores, familia, bibliotecas y librerías, que ofrezca variedad y calidad en las lecturas, y sea valiente para formar lectores completos.

Por su parte, la crítica de IDEAL y profesora María del Carmen Quiles, afirma que «contamos con un panorama muy amplio de editoriales especializadas, algo que en los años 70 no teníamos. Desde que apareciera Barco de Vapor y autores como Serra i Fabra, hasta hoy, ha habido una evolución constante». Quiles afirma que la poesía es, como ocurre con los libros para adultos, el género menos cultivado. «Sin embargo, en Andalucía tenemos editoriales como Hiperión y su colección Ajonjolí, o Kalandraka, que están haciendo un gran trabajo. En narrativa, hay más variedad».

La profesora defiende, pues, incorporar el corpus clásico tanto como el contemporáneo a las aulas, con una labor consciente de los mediadores –padres, profesores–, en la mejora de la selección. «Los adultos son responsables de lo que leen los niños, y deben formarse para que los catálogos no les deslumbren, descubriendo el camino para formar lectores críticos».

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