Leila Slimani, en un camerino del Centro Lorca. J. A. M.
Leila Slimani - Escritora y ganadora del Premio Goncourt

«Leer es una forma de rebelión y de libertad, muy especialmente para las mujeres»

La francomarroquí pasó por el Festival de Poesía para leer algunos pasajes de sus obras y explicar sus vivencias

Lunes, 2 de mayo 2022, 00:06

La francomarroquí Leila Slimani (Rabat, 1981), ganadora del Premio Goncourt por su segunda novela, 'Chanson douce' en 2016. La escritora participó en el Festival Internacional ... de Poesía de Granada, donde leyó algunos fragmentos de sus obras en el Centro Lorca.

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Mirar a todas partes y a ninguna, ¿es eso la literatura?

–Sí, es estar disponible para el mundo. Te dejas invadir por lo que pasa alrededor, pero también por las emociones propias.

¿La literatura necesita ejemplos, o es mejor dejarla fluir libremente?

–No se puede escribir sin leer. Y se escribe para entrar en una especie de diálogo con los escritores que nos precedieron. De hecho, cuando una lee un libro que le gusta, suenan ecos de otros. Al mismo tiempo, somos libres, pero herederos de una larga tradición.

¿De quién heredó el gusto por la lectura?

–Vengo de una familia que lee mucho, pero creo que la literatura está en mí desde mi nacimiento. Cuando era pequeña y leía un libro, me perdía dentro de él y el mundo real dejaba de existir.

¿Qué música 'oye' cuando escribe?

–Tengo una voz en la cabeza, pequeñas frases que a veces no quieren decir nada, pero que son las notas de la música de una futura novela. Es necesario que esta melodía exista dentro de mi cabeza para poder escribir. Por ejemplo, cuando escribía mi primera novela, tenía dentro de la cabeza la frase «el jardín del ogro», y a partir de esa frase nació toda la novela.

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¿Cómo se escribe sobre la rebeldía sin incitar a la rebelión?

–Leer ya es una forma de rebelión. Sobre todo, para las mujeres, porque es una forma de ser libre, sin cocinar, sin cuidar de los hijos. Y cuando leemos tenemos sueños, secretos, fantasmas, lugares donde huir, algo que antiguamente estaba prohibido para las mujeres. No es poco.

Usted habla en sus obras de esas otras mujeres que dejaban la escuela muy pronto para cuidar una familia o trabajar. ¿Pretendía ser un catalizador para cambiar esa situación?

–Durante mucho tiempo, pensé que no podía ser un ejemplo de nada, porque lo encontraba arrogante. Pero ahora, cuando voy en Marruecos a reuniones donde encuentro a chicas que no tienen dinero pero ahorran para comprar sus libros, me doy cuenta de que es un deber ser un ejemplo.

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«Espero que el Goncourt no me cambie. Es muy peligroso para un escritor dejarse embaucar por el éxito»

¿Ganar el Goncourt le hizo más francesa? ¿Qué supuso para usted ganarlo?

–Sí, claro (Risas). Todo cambió: tengo más lectores, más entrevistas, más viajes, más traducciones, mi voz se oye en más lugares... Pero espero que esto no me cambie, porque para un escritor es muy peligroso dejarse embaucar por el éxito.

Porque la escritura es una carrera de fondo.

–Exactamente. Pide tiempo, resistencia; siempre hay libros que están por llegar y hay que pensar en ellos.

¿Siente la presión de crear?

–La única presión viene de mí misma, no de los otros.

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¿Existe el 'método Slimani' de escritura?

–No, soy un desorden total.

¿Tiene un editor exigente?

–Mucho, y cuanto más éxito tengo y más libros vendo, le pido que sea más severo.

¿Qué significa para usted venir a Granada?

–Es volver a mis orígenes. He venido a Andalucía con mi familia muchas veces, y Federico es el ídolo de mi editor, así que hablamos mucho sobre él.

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