Jóvenes y quienes se sienten como tales, en el Festival de Poesía
La tercera jornada se cerró con la participación del rapero y poeta Rayden, quien mostró el secreto de su éxito entre las nuevas generaciones
José Antonio Muñoz
Granada
Jueves, 28 de abril 2022, 00:24
La tercera jornada del Festival Internacional de Poesía tuvo el aire fresco de la juventud. No en vano era la que, en su parte central, ... se desarrolló en el Espacio V Centenario de la Universidad de Granada. Por la mañana, en otro espacio universitario, la Facultad de Ciencias de la Educación, acogió un aplaudido taller de poesía con Tirso Priscilo Vallecillos, al que siguió un debate-recital donde participaron Manuel Francisco Reina, Farid Othman-Bentria Ramos y Jorge Pozo Soriano. Poetas jóvenes y un taller de Sergio Arlandis completaron el programa. Lleno estuvo el acto de Mohammed Bennis con Ramón Martínez en Valderrubio. Y por la tarde, llenos también los actos de Antonia Vicens y Ángeles Mora en Alfacar, y en el de Ana Merino con María Bastos Amigo en Fuentevaqueros.
Por la tarde, el Espacio V Centenario acogió una jornada donde el compromiso social y la juventud volvieron a darse la mano. Primero, un debate–recital en el que participaron el turco Ataol Behramoglu, que tuvo que salir de su país por la persecución política, el iraquí Abdul Hadi Sadoum, el cubano Eduardo Herrera, la mexicana Carmen Boullosa y el argentino chileno de adopción Daniel Calabresse. Impresionante el testimonio de lucha contra el narco de la mexicana, y la experiencia plasmada en versos de Calabresse, reclutado a la fuerza para combatir en la Guerra de Las Malvinas.
El invitado estelar del día fue David Martínez, conocido como Rayden en la farándula. Un artista que desde el rap ha evolucionado hacia letras complejas y de hondura lírica, que estuvo acompañado por la cantautora Adriana Moragues. El rapero contó que su carrera comenzó con un reto en una noche de feria en Alcalá de Henares, que cambió su vida. «La poesía me hizo crear mi propio universo; entendí que podría ser la mejor madre posible viendo crecer a mi obra. Creé una familia de letras», dijo.
Rap y poesía están íntimamente comunicados en la obra de Rayden. «Los caminos de unión son infinitos, pero tienes que crear un 'packaging' atractivo. La fuente de inspiración de ambos es común. A veces, he reformulado poemas como canciones, y el público entra en mi obra por la puerta que quiere». Cuando Moragues y Rayden preguntaron quién le conocía por la música y quién por las canciones, la primera opción fue mayoritaria.
Son ya 21 años los que jalonan la trayectoria del madrileño, «pero nunca he variado el discurso, más allá de que al principio estaba más embrutecido, y luego fui creciendo en complejidad sonora e instrumentación». No se arrepiente de casi ninguna canción, salvo, quizá, de '28.800', una donde su ciudad de origen no salía muy bien parada. «Cuando me nombraron pregonero de las fiestas, quise borrarla de Spotify, pero no pude...», dijo entre risas. Una larga cola de admiradores –sobre todo admiradoras– esperando su firma fue el colofón de una interesante y amena conversación.
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