Todos los personajes que interpretan la obra, en escena. J. L. G.

Harold Pinter deja el teatro de Cazorla tan frío como la temperatura exterior

Su obra 'Retorno al hogar', versionada por Daniel Veronese, no logra conectar con un público perplejo

José Luis González

Cazorla

Domingo, 3 de diciembre 2023, 22:45

Así como se ha impuesto la malhadada moda de microfonar las voces de los actores y actrices sobre el escenario de un teatro, también parece ... ser muy 'moderna' la costumbre de revivir obras de autores anglosajones del siglo pasado. Es decir, coinciden con demasiada frecuencia dos circunstancias en la escena teatral española que, como mínimo, resultan de un atractivo muy discutible para los sufridos espectadores y espectadoras: ni se sienten estos y estas demasiado concernidos por el entorno físico y social en el que se desarrolla la acción –por mucho que la versión retuerza el texto para acompasarla con un lugar que resulte más familiar- ni tampoco es de gran interés el momento histórico que reproducen.

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Retrato social

Hasta los nombres de los protagonistas, ingleses como es lógico, adolecen -por así decir- de estética teatral en castellano y en ocasiones son vocalizados con un cierto tono ridículo. Como si en pleno siglo XXI aún no acabáramos de escapar de aquel maravilloso retrato social que fue 'Bienvenido Mister Marshall'.

Y siendo España el extraordinario vivero de dramaturgos que siempre fue, es muy extraña esta obsesión con rescatar a autores como Harold Pinter. Cuya trayectoria literaria, además, también se caracteriza –para más inri- por una presunta irreverencia y por una provocación aún más presunta. Ambas cualidades verosímiles desde el prisma de aquella España o aquella Europa de 1964 –año en el que escribió la obra 'Retorno al hogar'-, en la que toda creación para ser publicada tenía que pasar el filtro de la censura y la moral imperantes; pero que vistas con los ojos de hoy resultan de una cierta puerilidad.

Mucho más si el texto se presenta manteniendo ese quiero y no puedo, ese vano intento de acercarse al teatro del absurdo de los españoles Fernando Arrabal o José Sanchis Sinisterra. Consiguiendo tan solo que el público se aburra en exasperantes diálogos, esperando durante 90 minutos que ocurra algo interesante que llevarse a la boca. Y si permanece sentado en sus butacas no es más que por el respeto que merece el buen trabajo que, a pesar de todo, realiza el elenco de seis actores encabezado por un Miguel Rellán en plena forma. En el que también destacan las interpretaciones de Alfonso Lara y Fran Perea, junto a Alicia Rubio, David Castillo y Alfonso Torregrosa.

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Sinopsis

Ellos solos insuflan algo de oxígeno a este montaje que parece tratar las contradicciones y tensiones familiares entre un padre viudo que vive con dos de sus hijos, ya adultos, y un hermano. La llegada del hijo mayor, aparentemente el triunfador de la familia, con su esposa, parece desatar algo parecido a un desencuentro provocado por la envidia y el desprecio mutuos entre todos los miembros del clan.

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