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Dos de los grandes

Dos de los grandes

La UJA conmemora la muerte de Gaspar Becerra y el nacimiento de Martínez Montañés con una pieza escultórica de cada autor

FRANCISCO JAVIER OCHANDO

Jueves, 1 de enero 1970

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Coincidiendo con el 450 aniversario del doble hecho de la muerte de Gaspar Becerra (Baeza, 1520-Madrid, 1568) y el nacimiento de Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, 1568-Sevilla, 1649), la Universidad de Jaén está mostrando en su sala de la antigua Escuela de Magisterio dos piezas de sendos escultores: Santo Toribio y san Francisco de Borja, respectivamente. Ambos giennenses pertenecen a esa minoría de artistas que alcanzaron la cima de la fama y supieron mostrarse igualmente hábiles en el empleo de diversos lenguajes plásticos: la escultura, la pintura y el retablo para Becerra, quien a pesar de su importancia como iniciador del romanismo en la península ha quedado relegado a autor de culto para minorías; y el entallado de retablos y la escultura para Martínez Montañés, siendo la pintura un campo que le estuvo vetado, en tanto no formó parte del examen que realizó en 1588 para ser habilitado como escultor, entallador y arquitecto, lo que derivó en más de una disputa con Francisco Pacheco en torno a la policromía de las obras que se le encargaban.

A mi entender, estás dos nombres tan significativos de nuestra provincia se hacen aún más grandes si se comprende que su posición en la Historia del Arte responde a un sentido de continuidad entre dos momentos de importantes cambios artísticos. Gaspar Becerra debió iniciarse a las artes en el taller baezano de su padre, Antón Becerra, dentro de un gusto gotizante de reminiscencias castellanas que se verá transformado tras su marcha a Roma, donde es discípulo de Giorgio Vasari y Daniele da Volterra, ahí es nada. A su vuelta a España, con la mirada ya impregnada del manierismo imperante en aquellas latitudes, se convierte en el principal introductor del estilo romano en la península: el ajuste anatómico de las partes al todo, la composición serena y sus innovaciones en la traza de retablos le granjean una rápida fama -será nombrado pintor de la corte de Felipe II- y no pocas envidias, como la de Juan de Juni, que se niega a continuar su proyecto para el retablo para la iglesia de Santa María en Medina de Rioseco. Al menos si vio culminado con éxito el retablo de la catedral de Astorga, pieza que va a marcar la senda para esta clase de encargos durante todo el XVI y que se ha sido mostrada con éxito en más de una edición de 'Las Edades del Hombre'.

  • Título Gaspar Becerra y Martínez Montañés. 450 Aniversario

  • Lugar Sala de la Antigua Escuela de Magisterio.

  • Plazo Finaliza hoy, 21 de octubre.

Por su parte, Martínez Montañés va a ser el heredero de este romanismo renacentista de talante sobrio que iniciara Becerra, al que añade el componente didáctico que se había promulgado desde los púlpitos de la Contrarreforma, y que se hallará en la raíz de la hondura espiritual que respira a partir de su producción la escuela barroca andaluza.

El ínclito Hegel, que tan bien entendió el sentido de la arquitectura y la pintura, no supo dirimir con claridad el aliento de espíritu que anima el universo de la escultura. De haber contemplando la obra de estos dos colosos de la madera quizás hubiese visto más aclarada su postura con respecto a esta disciplina.

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