«El plástico es un problema preocupante que se nos ha ido de las manos»
Cristina Romera-Castillo, química y oceanógrafa ·
Esta jienense que estudió en la UJA ha ganado un premio por su trabajo de cómo el plástico puede alterar el funcionamiento biogeoquímico básico de los océanosLa química y oceanógrafa jienense del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) Cristina Romera-Castillo, de 37 años, ha sido galardonada con ... el Premio Raymond L. Lindeman 2020 por su trabajo sobre el efecto del plástico sobre las bacterias marinas, publicado en Nature Communication, un premio concedido cada año por la ASLO (Association for the Sciences of Limnology and Oceanography) al mejor artículo en inglés de un investigador joven en el campo de la Limnología y la Oceanografía. Esta jienense y sus compañeros de investigación han demostrado que la presencia de plásticos puede alterar el funcionamiento biogeoquímico básico de los océanos, a través de la liberación de materia orgánica disuelta y la influencia de esta en el metabolismo de las comunidades microbianas marinas, la base de la red alimentaria marina.
-¿Cómo se siente?
-Muy contenta, es un reconocimiento de la sociedad de oceanográficos y limnólogos, que es una asociación muy prestigiosa.
«La clave sería no generar ningún residuo, porque todo tiene un coste medioambiental»
-¿Cuál ha sido su trayectoria profesional hasta llegar hasta donde está?
-Estudié Química en la UJA, y luego hice la tesina, equivalente al máster, y empecé a hacer investigación, pero no recibí beca. Me tuve que ir fuera, porque quería hacer mi tesis doctoral, y encontré una oferta sobre el tema marino, buscaban químicos para trabajar en ciencias marinas en el Instituto del Mar de Barcelona. Lo pedí y me lo dieron. Estudié después cuatro años en EE UU con una beca de la Generalitat que permitía realizar dos años en el extranjero, y estando allí me contrataron, me salió una oportunidad y me quedé dos años más. Luego estuve como investigadora en la Universidad de Viena, y ya volví al Instituto. Siempre he estado vinculada a las ciencias del mar, menos en Jaén, ahí lo que hice fue buscar moléculas antioxidantes en madera de laurel, que es la línea que seguían los profesores que tenía.
-Parece que ser química tiene salidas variadas.
-Puede ir por muchos sitios, cuando estudiaba no sabía que podría trabajar de esto, no sabía que podría hacer al acabar la carrera. Me he dado cuenta que en las ciencias marinas tienen muchas disciplinas, todo tiene cabida: biólogos, geólogos, matemáticos...
Vuelta al mundo
-¿Cómo es su trabajo en el Instituto de Ciencias del Mar?
-Ahora sobre todo experimentos. Participé en una campaña en la que se daba la vuelta al mundo en barco, parando en varios países, y los científicos nos íbamos cambiando, duró nueve meses. Me tocó por el Pacífico, desde Honolulu hasta Cartagena de Indias, fue una experiencia increíble. Allí tenia laboratorios, como en tierra, y se tiraba al mar un aparato que tiene botellas abiertas por arriba, y a la profundidad que quieres las cierras y queda el agua encerrada. Teníamos 24 botellas de distintas profundidades para analizarlas, yo estudiaba el carbono y la materia orgánica disuelta, por ejemplo.
-El plástico es el gran protagonista estos meses, ¿está justificada esta preocupación?
-Es un problema preocupante que se nos ha ido de las manos. Hay zonas del mar donde se concentra una gran cantidad de plástico por las corrientes, lo que afecta a los animales y llega a nosotros a través de la cadena trófica.
Acaban muriendo
-¿Cómo afecta el plástico a las especies marinas?
-De muchas maneras. Algunas comen plástico, ocupa su estómago y reduce su capacidad para recibir alimentos, por lo que acaban muriendo, como es el caso de las ballenas. A algunos organismos les afecta a la reproducción, hay animales que se quedan atrapados en las anillas de las latas, muchas redes de pesca se descuelgan o se tiran... El 20% del plástico que se encuentra viene de actividades relacionadas con la pesca.
-¿Qué hacer para revertir la situación?
-Primero hay que cortar el grifo del plástico que llega al mar. La mayoría llega a través de los ríos, plantas de agua residual o playas, se podrían tomar medidas. Y nosotros como ciudadanos debemos hacer un cambio de conciencia, pensar cuando algo es de plástico si lo necesitamos o si lo podemos sustituir por algo reutilizable. La clave sería no generar ningún residuo, porque todo tiene un coste medioambiental, y eliminar lo de un solo uso, como botellas de plástico, vasos o pajitas.
-¿Somos dependientes del plástico actualmente?
-Sirve para mucho: para hacer ordenadores, móviles... Es un material versátil, ligero y resistente, pero cuando se acaba su vida útil debe gestionarse de manera apropiada y ser reciclado. Cuando era pequeña no se usaba tanto, había más botellas de vidrio retornable, menos cubiertos de plástico. Un ejemplo son los palitos para remover el café, se usan unos minutos y duran años. Otro asunto es que hay gente que cree que está bien si se sustituye por plástico biodegradable, pero puede ser un problema, porque necesita altas temperaturas para biodegradarse, y en el mar no se degrada. Mucha gente no lo sabe.
-Recientemente ha recibido otro premio, el L'Oreal UNESCO For Women in Science, ¿cómo es el papel de la mujer en este mundo?
-Recibirlo fue un honor, estoy muy contenta. Es un premio que busca visibilizar a la mujer en la ciencia, lo cual es muy positivo. Aún hay pocas mujeres en puestos de responsabilidad, cada vez hay más en carreras de ciencias y doctorados, pero luego se quedan en el camino y son siempre ellos los que llegan a puestos más altos.
-¿Qué proyectos tiene ahora mismo entre manos?
Ahora tengo un proyecto de la Fundación General CSIC para dar un paso más allá en esta investigación, viendo las condiciones en las que se favorece que el plástico suelte más compuestos, qué bacterias consumen estos compuestos... Para ver qué formas hay para biodegradar el plástico.
-¿Cómo es su relación con Jaén?
-Mi familia vive aquí y vengo cuando puedo, en Navidad he estado por aquí.
-Y su experiencia en la Universidad de Jaén, ¿cómo fue?
-Muy buena, la carrera estuvo muy bien, con mucha práctica, aprendí mucho. En cuando a la investigación, aprendí mucho de una profesora que tenía buenísima, Sofia Salido.
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