La crucifixión de Cristo, devoción y arte bajo la bendición de la Catedral
La muestra 'Misericordia Crucifixa. Crucificados en la Diócesis de Jaén, siglos XIII – XXI' está abierta al público hasta el próximo 28 de febrero
Una oportunidad única para contemplar de cerca obras que suelen estar, literalmente, enclaustradas. La exposición 'Misericordia Crucifixa. Crucificados en la Diócesis de Jaén, siglos XIII – ... XXI' trae a la capital jienense, bajo las cúpulas renacentista de la Catedral de la Asunción, los mejores Cristos crucificados de la provincia jienense. Un tesoro visual, digno patrimonio histórico y artístico, que se podrá disfrutar hasta el próximo día 28 de febrero.
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Con cerca de 30 piezas, se trata de una selección «reducida, pero muy significativa», concreta José Joaquín Quesada, uno de los comisarios de la exposición, junto a Francisco Juan Martínez Rojas y José Domínguez Cubero. Detalla que en las piezas se observa la evolución de Cristo crucificado en el arte jienense desde el siglo XIII hasta las obras más actuales. La muestra está organizada por el Cabildo de la Catedral y la Fundación Caja Rural de Jaén, con motivo del 75 aniversario de la fundación de la Cofradía de los Estudiantes de Jaén (1946 – 2021), que rinde culto al Cristo de las Misericordias, una de las obras escultóricas más emblemáticas del patrimonio artístico jienense.
Tomando de referencia no solo la escultura y la pintura, sino fuentes documentales y libros, se amplía la visión del visitante con la idea de hacer un recorrido «lo más completo posible». Desde la Fundación Caja Rural, se confirma que para finales de enero se han superado las 7.000 visitas, y las cifras continúan en aumento desde que se inauguró el 15 de diciembre. «Tiene buena acogida y bastante éxito», manifiesta Quesada, que destaca la curiosidad de los asistentes. «Suelen preguntar bastante, hay muchos detalles que les llaman la atención y quieren saber más, estoy muy contento con cómo se están desarrollando las visitas guiadas», afirma.
Para la selección de las piezas expuestas en la Santa Iglesia Catedral de la Asunción de la capital jienense se tuvieron en cuenta criterios de carácter histórico y artístico, sin olvidar el emocional por la devoción, lo cual se observa en el cuidado de cada uno de los Cristos.
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Sin duda, tal como indica Quesada, hay una parte importante de atracción de la exposición, como es la parte cofrade, con presencia de imágenes de crucifixión de la capital y provincia, aunque no es el centro de la muestra. «Intentamos ser equilibrados a la hora de realizar el recorrido por cada una de ellas, porque todas son igual de importantes, tanto las más grandes como las pequeñas», apunta Quesada.
Entre las obras que más llaman la atención del observador están, por ejemplo, los crucificados del siglo XVI de Sebastián de Solís y Jerónimo Quijano, que se encuentran en la segunda sala de exposición. Otra de las más destacables es el Cristo de las Trinitarias de Andújar, que no es nada fácil de ver, precisamente, porque está en un convento de clausura y parte de un dibujo de Miguel Ángel.
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En la última sala, el Cristo de la Noche Oscura de Úbeda destaca sobre las demás por su gran expresividad y posibilidad de verlo tan de cerca. No hay que olvidar que muchas de ellas, cuando más se contemplan, es en las procesiones de Semana Santa, con la luz del día y al ritmo del paso, por lo que poder disfrutarla con calma y detalle bajo una luz cálida en el interior del recinto catedralicio es una oportunidad que, según el comisario de la muestra, debe aprovecharse.
Delicadeza y cuidado
Ante la gran aceptación de la muestra, admite que les gustaría alargar el tiempo de exposición, sin embargo, «es imposible». Al ser diversas de ellas imágenes titulares de cofradías, deben regresar para cumplir con la función con la que fueron creadas. Aun así, hasta el día 28 hay tiempo para acudir a la Catedral, con visitas guiadas los fines de semana por la mañana.
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«Hay variedad en el tamaño y formato, al igual que en la técnica empleada en las obras, por lo que es una exposición bastante dinámica», subraya Quesada. En una hora, el visitante conoce la evolución de la representación pictórica y escultórica de la crucifixión, uno de los momentos más plasmados en el arte religioso, y que ha mostrado los cambios de estilo de un siglo a otro.
El comisario de la exposición cuenta cómo el montaje de la exposición fue posible gracias a la colaboración de cada una de las partes de la organización, que demostraron una «gran delicadeza y cuidado» en el transporte de las piezas. «Han participado empresas de obras de arte y montaje homologadas por el Ministerio de Cultura, estamos hablando de profesionales que se volcaron por que la ciudadanía pueda contemplarlas y sean devueltas a sus hogares intactas», asegura Quesada.
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El montaje final es «exquisito», donde se permite a cada imagen «respirar» con un importante punto de vista estético. «Es distinto ver una obra religiosa a la luz de velas o de una exposición, así como con luz natural, por lo que aquí se busca que la obra se ensalce a sí misma, sin maquillaje, en su propio esplendor», concluye.
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