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JOSÉ LUIS GONZÁLEZ
Cazorla
Domingo, 13 de octubre 2019, 00:34
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Era el mediodía de ayer sábado y había finalizado el espectáculo '3 en 1' de la compañía A las circo. La chica que formaba parte del trío protagonista se acercó al público y tomó la palabra. Habló desde el corazón, pero también desde lo más profundo de su intelecto. Dijo: «Agradezcamos a la organización de este festival que, en estos tiempos, siga apostando por algo tan importante como la cultura». Y también se refirió a ellos mismos, quienes son profesionales del circo: «Nunca os riáis de ningún amigo o un hijo que os diga que quiere dedicarse al teatro o al circo, porque este oficio requerirá el esfuerzo y el estudio de cualquier otro, y el beneficio será para toda la sociedad». Se hubiera podido decir más alto, pero no más claro. Como no podría haber sido de otro modo, el público aplaudió a rabiar por la brillantez del espectáculo, pero también por esas sabias palabras.
Las escucharon todos y todas, pequeños y mayores, padres, madres, hijos e hijas. No hay mejor enseñanza. Porque el teatro es diversidad, es respeto, es emoción, es reflexión, es sabiduría y, sobre todo, es humanidad en el más amplio sentido de la palabra. Aquel niño o niña al que apasione el teatro, el circo, la danza o la música, que los disfrute como espectador o como intérprete, alcanzará la madurez con una mentalidad limpia y sana. Tanto como el agua del espectáculo que cerro la noche callejera del viernes: 'Aigua', de la compañía vila-realense Nuc. Desde un cierto punto de vista surrealista y a través de la danza y la acrobacia, introdujeron al numeroso público congregado en el espacio escénico de las Ruinas de Santa María en un ambiente post-apocalíptico al estilo Mad Max. En el interior de la estructura metálica que ocupaba la escena, el agua se adivinaba muy valiosa por su escasez, y tres seres, dos mujeres y un hombre, establecieron contacto con el líquido elemento; primero, como motivo de disputa y, después, como motivo de unión y de amistad. En definitiva, un viaje al alma del ser humano, a sus bajas pasiones y a sus más elevados valores.
Sábado
Ya durante la mañana y el mediodía del sábado se sucedieron cuatro espectáculos. El primero, en las Ruinas de Santa María, abundó en varias disciplinas circenses. La acrobacia, el clown o diversos malabarismos se sucedieron en una composición de ambiente intemporal protagonizada por dos seres errantes. Luego, en la plaza de Andalucía, llegó el turno del montaje '3 en 1' antes referido, redundando en el universo circense pero con un toque brasileño que le otorgó brillantez.
A la hora del aperitivo, en la plaza de la Corredera el público pudo disfrutar del primer montaje musical de este ciclo de calle, el exhibido por The Donelles. Las voces femeninas de las tres pin-up's Litta Wheel, Laura Jam y Elita Falcón, estuvieron acompañadas por Santiago Ruiz -piano-, Leo Aranda -bajo- y Ángel Luque -batería-. En conjunto un muy visual y coreografiado show en directo con la caracterización típica de las vocalistas femeninas de los años 50's y 60's. Y, justo después, la otra propuesta cazorleña del programa, La Sonrisa de Chesire, con su música fresca y desenfadada cerró el mediodía en una plaza soleada y cuyas terrazas se mantuvieron abarrotadas hasta bien entrada la tarde. Prueba de que, aun no habiendo construido la celebración del Pilar un puente festivo, la masiva afluencia de personas al ciclo de Calle del FIT Cazorla sigue levantando puentes con el enriquecimiento cultural de quienes hasta aquí se acercan.
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