Enrique Ponce | Matador de toros

«Hice la mili en Granada; la ciudad y la Plaza me traen muy buenos recuerdos»

–Ha escogido la Monumental de Frascuelo para su vuelta a los ruedos en España. Somos conscientes del enorme cariño que se le tiene en esta tierra, pero ¿que representa para usted Granada?

–Me hace mucha ilusión que sea la primera corrida en España, en la temporada de mi despedida. Ha sido una plaza muy especial e importante en toda mi trayectoria, en la que siempre me he encontrado muy a gusto, reconocido y comprendido. Me ha motivado mucho torear en ella. Hice la mili en Granada y tengo un recuerdo muy bonito de mi primera tarde con una corrida de Benítez Cubero, en la que entré sustituyendo a Pedro Castillo. Luego, he tenido otras tardes muy especiales.

-¿Con cuál se quedaría?

-Se me vienen a la cabeza muchas porque ha habido tardes muy redondas. Echando la vista atrás, aquella primera en 1991 con un toro de Benítez Cubero. También una faena muy importante a un toro de Peralta, castaño, en 1992, otra a un toro de Alcurrucén, la tarde en conjunto con la corrida de Pablo Romero y, de las últimas corridas, una faena a un toro de Juan Pedro Domecq. También recuerdo aquel brindis tan especial a Enrique Morente en una tarde muy bonita. La verdad es que Granada ha sido una plaza mágica.

-¿Lo ha sentido toreando?

-Siempre se ha hablado del duende de Granada y creo que es de esas plazas que invita a torear. Tiene algo especial y una afición que sabe paladear el toreo bueno. Con ella he tenido un feeling especial. Desde que salía a la plaza sentía el calor de la gente.

-¿En qué ha cambiado aquel primer Ponce que vino a Granada en 1991 hasta convertirse en la gran figura del toreo que es usted ahora?

-Han pasado muchos años y corridas, pero creo que el concepto ha cambiado poco y ha estado muy definido desde siempre por el toreo clásico y la naturalidad. Lógicamente, ha habido una evolución y ahí ha estado el secreto de permanecer tantos años.

-A usted se le debe el impulso del festival a beneficio de Granadown. ¿Qué siente cuando lo ve tan consolidado con 26 ediciones?

-Me llena de orgullo. Es cierto que fui el impulsor de ese festival y lo organicé durante muchos años hasta que David tomó parte también en la organización. Es uno de los motivos por los que me llena de satisfacción el haber sido torero, y por lo que he logrado y aportado a una ciudad como Granada y a la asociación.

-Siguiendo con el maestro 'Fandi', será uno de sus compañeros de cartel en el día grande de Granada, el Corpus Christi. ¿Le motiva especialmente?

-Creo que es un cartel muy bonito, rematado y muy del gusto de la afición para un día tan 'granaíno' como es el del Corpus. Solo con pensarlo se me pone el vello de punta. El día del Corpus, mi despedida en Granada alternando con David y con Sebastián que son dos grandiosos toreros y, además, buenos amigos. Todo invita a que sea una tarde para el recuerdo.

-Vuelve en esta temporada a lo que ha sido su razón de ser durante toda su vida, pero lo hace para despedirse del toro. Imagino que sus sentimientos serán encontrados.

-Lo tengo muy claro. Me voy con una trayectoria que ya está hecha y lo escrito, ahí está. No tengo ninguna otra pretensión que sentir, crear y decir adiós de la forma más bonita que puedo y eso es lo que llevo en mente. Lo único que deseo, y lo digo con el corazón, es que la gente pueda disfrutar de mi toreo en esa última tarde. Por eso le pido a Dios que me ayuden los toros, no egoístamente para mí, sino para poder ofrecer lo que la gente espera poder ver de mí en esa última tarde.

-Y si no hay toros, usted los hará buenos. Eso lo hemos visto también en Granada.

-Algo aportaremos porque he sido un torero que se ha adaptado muy bien a las diversas embestidas de los toros. He sacado el máximo partido a la calidad del toro y más virtudes que defectos en los toros medios y regulares.

-¿Cómo ve el maestro de maestros el panorama del toreo?

-Ahora mismo está en un momento de remontar. Hemos pasado una etapa complicada, que se ha visto afectada por dos motivos muy fuertes. En primer lugar, una crisis tremenda en el país que fue el principio del declive en cuanto al número de corridas e, incluso, de asistencia de público. Esa crisis hizo mucho daño y luego vino la pandemia que, prácticamente, vino a rematar la cosa. Ahora veo que hay mucha afición, con ganas, y a la gente joven acudiendo a las plazas de toros con ilusión y presumiendo de ser aficionados, de ser taurinos y de que no nos pueden quitar esa libertad de poder sentir lo que siente un aficionado cuando va a una plaza de toros. Se ha visto en Sevilla, se está viendo en Madrid y en todos los sitios, pese a todas las trabas y las bofetadas absurdas que nos pega el Gobierno, porque es un tema político más que otra cosa. El antitaurino puede hacer o deshacer, pero que no se nos olvide que quien cierra una plaza es un político, no un antitaurino. En ese sentido está habiendo una reacción de la gente en contra de esa injusticia y esa dictadura que nos quieren implantar de cortarnos la libertad de poder disfrutar de nuestra pasión, de nuestra cultura y de un arte tan arraigado aquí como es la tauromaquia.

-Ha conseguido todo cuanto un torero puede soñar, pero ¿de qué se siente más orgulloso?

-He podido realizar lo que un día soñé. Hice lo que he sentido y lo he podido expresar. Me siento orgulloso de haber ido siempre por derecho y con la cara alta.

-En declaraciones recientes ha manifestado que no se cortará la coleta. ¿Nos promete que volverá a Granada, aunque sea para torear su festival?

-No prometo nada porque no sé lo que haré después de torear pero siempre me sentiré torero. Tampoco cierro la puerta a que algún día vuelva a torear ese festival que, además, nació conmigo.