«Hago pensar al lector sobre qué pactos matrimoniales está dispuesto a firmar»
Tras el éxito de 'Ordesa' y 'Alegría', el autor oscense presenta mañana en el Aula de Cultura de IDEAL 'Nosotros', con la que ha ganado el Premio Nadal
José Antonio Muñoz
Granada
Sábado, 18 de febrero 2023, 23:56
El escritor Manuel Vilas (Barbastro, 1962) es una de las grandes figuras de las letras españolas. Tras una reconocida trayectoria como poeta, narrador y autor ... de relatos, dio un quiebro a su producción con 'Ordesa' (2018), traducida a más de 20 idiomas. Tras ser finalista del Premio Planeta con 'Alegría' en 2019, ha ganado este año el Premio Nadal con 'Nosotros'. Mañana hablará sobre su obra en una nueva edición del Aula de Cultura de IDEAL, que cuenta con el patrocinio de Fundación 'la Caixa'. El acto tendrá lugar a las 19.30 en el antiguo Colegio de Niñas Nobles (Cárcel Baja, 3).
–Hay una canción de Joaquín Sabina que se lamenta de que algunas parejas sean «cada vez más tú y cada vez más yo sin rastro de nosotros».
–El título del libro habla del deseo de una persona por construir una vida en plural. Se ha dicho a veces que la historia del ser humano es la del tránsito de un yo a un nosotros. Cuando vienes a este mundo, eres un yo. Conforme vas teniendo uso de razón, te das cuenta de que la gran aventura de la vida es la construcción de un nosotros. Luego, claro, está el bolero de Los Panchos.
–La realidad que Irene, la protagonista, cuenta, es solo suya. Pero ella cree que su realidad es 'la' realidad. Es curioso cómo nos contamos solo lo que queremos oír.
–Ella, efectivamente, vive para su fantasía. La novela es algo complicada, porque hay un giro de trama muy fuerte un poco más allá de la mitad, y sin estropear la sorpresa, se pone de manifiesto el papel de la memoria como fantasía. Todos hacemos mucho esto, aunque Irene lo haga de manera patológica. Podría tener un equivalente cervantino con la locura del Quijote.
–A Irene se le cae la casa encima, literalmente. Qué poder tienen los entornos que observamos habitualmente con indiferencia, pero que, de repente, adquieren un nuevo sentido.
–Mi protagonista huye y comienza en Málaga un viaje de evocación de Marcelo, su marido, a partir de aventuras amorosas trepidantes, y que muestran a una mujer especial, con una sed pasional peligrosa, voraz y al límite. Paralelamente, muestra un sentimiento de soledad que le daña, y que mitiga con encuentros sexuales donde cree ver a su marido. Creo que es una historia amorosa muy original… (sonríe). Luego, el lector irá viendo el pasado de la pareja, y atará cabos. A partir de ahí, todo gira hacia un final inesperado en el que el lector se observa cómo testigo. He procurado convertirle en mi cómplice, dejando 'miguitas' que le hacen acompañarme en el descubrimiento de qué ocurre en realidad.
«Irene es una mujer especial, dotada de una sed pasional peligrosa, voraz, que la lleva al límite»
–El deseo de dormir juntos parece haberse quedado antiguo en un mundo en que muchas parejas duermen no ya en dormitorios separados, sino en casas separadas.
–Ella es muy clásica en eso. Efectivamente, estos casos son cada vez más frecuentes. Irene estaría en este aspecto inmersa en una tradición romántica muy reconocible; ahora bien, luego su ejecutoria desmiente mucho algunas de las impresiones que tenemos sobre ella.
–Es una mentirosa, en realidad.
–Durante mucho tiempo, sí. Pero todos nos mentimos a nosotros mismos.
–Irene pasa de ser una mujer sin soledad a una mujer para la soledad, y no está preparada para ese cambio.
–En absoluto, porque la presencia de Marcelo le organizaba la vida, y le daba gravedad y sentido. Todos los problemas graves de la vida los resolvía él, y la cuidaba. Su desaparición la sume en un caos que la deja sin recursos para continuar.
Utopía
–¿Quizá la mayor utopía de esta obra es considerar que se puede vivir 20 años enamorado sin ningún esfuerzo de la voluntad, y no tener ni un solo problema?
–La novela surgió precisamente con ese germen narrativo. Quería poner al lector ante esta hipótesis. Una pareja que durante 20 años mantiene sexo, pasión, alegría, festividad, conversación, interés… Lo que tienen los seres humanos cuando se enamoran, pero en lugar de mantenerlo seis meses, hacerlo durante dos décadas. Mucha gente dice que esto es imposible; la mayoría de los lectores me lo han dicho. Pero formular la imposibilidad de esto implica algo terrible, porque la mayoría de la gente lleva 20 años casados o más… (risas). Todo esto me hace pensar a qué aspiramos los seres humanos, y qué consideramos importante: si vivir una relación amorosa salvaje o claudicar ante la realidad de que la vida es otra cosa. Si somos capaces de firmar pactos de convivencia, y qué incluyen esos pactos. O si firmamos esos pactos por miedo.
–Casio es el nombre de un gran traidor; Cartier es el nombre prohibido del lujo; Irene significa «aquella que trae la paz»... No hay ningún nombre baladí en la obra.
–(Risas) Pues no lo había pensado... Pero sí, los nombres son muy importantes.
–Marcelo aborrece los hospitales, y los llama «casas de la fealdad».
–Sí, hay un debate estético en la novela. Los hospitales son horribles, en eso estoy de acuerdo con mi personaje. Quien entra en un hospital, automáticamente se siente peor. Hago casi una critica política aquí, porque como creación arquitectónica son de una fealdad incomparable.
«Al crecer, te das cuenta de que la gran aventura de la vida es construir un nosotros»
–Y hablando de belleza, usted afirmó en su última visita en el Festival de Poesía que pocas ciudades había más inspiradoras que Granada.
–Y lo sigo pensando. Cada vez que vengo descubro algo nuevo. Por eso me encanta poder estar de nuevo con ustedes.
Los datos
Quién. Manuel Vilas, que presenta su obra 'Nosotros'.
Dónde y cuándo. Antiguo Colegio de Niñas Nobles (Cárcel Baja, 3). Lunes, 20 de febrero. 19.30 horas.
Entrada. Libre, hasta completar aforo.
Con la colaboración de Fundación 'la Caixa'
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