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'El libro de los epítomes', de Hernando Colón, ubicado en la Universidad de Copenhague.
Un investigador de Granada identifica la guía perdida de la biblioteca que soñó el hijo de Colón

Un investigador de Granada identifica la guía perdida de la biblioteca que soñó el hijo de Colón

'El libro de los epítomes', un texto de 2.000 páginas escrito por el propio Hernando, estaba en la Universidad de Copenhague, entre manuscritos daneses

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Martes, 2 de abril 2019, 00:09

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Estaba escondido a plena vista, como el continente sin nombre que se camufla en una tierra plana. Hernando tampoco lo sabía pero, al igual que su padre, nació para descubrir. Cristóbal Colón le sostuvo en brazos por primera vez en 1488, en Córdoba, mientras buscaba dinero para financiar un viaje que le traía de cabeza. A los catorce años, con el mapa del mundo casi por estrenar, Hernando viajó con su padre al Nuevo Mundo, América, y desde entonces su pasión por el conocimiento se mantuvo viva hasta 1539, el año de su muerte.

Hernando compraba libros por toda Europa. A todas horas. Los coleccionaba; los leía; y los resumía. Llegó a completar una biblioteca de más de 15.000 títulos. «Una biblioteca utópica, de una ambición desmedida. Pretendía coleccionar todos los libros publicados, crear para España una biblioteca universal». José María Pérez Fernández, profesor e investigador de la Universidad de Granada, habla con la pasión del estudioso. Conoce a Hernando como si él hubiera descubierto América. Pérez y Edward Wilson-Lee, de la Universidad de Cambdrige, están escribiendo un libro sobre la biblioteca utópica de Colón para la 'Yale University Press'. «En 1539 era la colección privada de libros más importante de Europa», subraya.

«En 1539 era la colección privada de libros más importante de Europa»

La única forma para moverse con destreza por la sobrecogedora colección de Hernando Colón eran las guías que él mismo escribía: resúmenes de las obras compilados en libros de 2.000 páginas. Uno de ellos era el 'El Libro de los Epítomes', desaparecido desde finales del s.XVII. «No lo hemos encontrado nosotros, estaba en la colección de la Universidad de Copenhague desde hace muchísimo tiempo, 'perdido' entre miles de manuscritos daneses de enorme relevancia para la historia cultural de esa zona». Pérez dice que no lo encontraron pero, hasta la semana pasada, nadie podía confirmar que se trataba de 'El libro de los epítomes'. «Nos llamaron a Edward y a mí para dar una conferencia y para viéramos el documento». Lo que no podían imaginar es que el manuscrito estaba en perfectas condiciones, casi al completo, «un festín para los investigadores». Los epítomes (resúmenes) del libros son de lo más heterogéneos, desde críticas de obras hasta precios de libros o detalles curiosos de la edición. «Un testimonio muy valioso para comprender cómo se leían determinadas obras en la época».

Edward Wilson-Lee y José María Pérez Fernández, con el libro.
Edward Wilson-Lee y José María Pérez Fernández, con el libro.

La cámara

Los apuntes de Hernando Colón no están en una biblioteca de madera y telarañas en la sala más recóndita de un castillo legendario. El manuscrito está en una cámara acorazada, dentro del campus de humanidades de la Universidad de Copenhague, rodeado de paredes gruesas y una temperatura constante. «Nos explicaron que usan el mismo sistema que en las bodegas:que los cambios de temperatura no sean bruscos y que el grado de humedad no supere el 15%», dice Pérez. En este edificio moderno, de diseño escandinavo, repleto de tecnología de última generación, estaba escondido Hernando. «Resultó muy emocionante. Habíamos perdido la esperanza de encontrarlo. Y no es un fragmento pequeñito o una referencia más. Es un volumen bien grueso, bien pesado y en un estado magnífico».

Todo indica que el manuscrito ha estado depositado desde finales del siglo XVII en la colección de Árni Magnússon (1663–1730), un experto conocedor de la literatura islandesa y el primer catedrático de Antigüedades Danesas de la Universidad de Copenhague, institución a la que donó su colección tras su muerte. Su colección se compone sobre todo de manuscritos de origen islandés y en general de textos escandinavos, a la que también incorporó una pequeña colección de manuscritos españoles provenientes de la colección del diplomático Cornelius Lerche, embajador danés en España a finales del siglo XVII. El hecho de que un puñado de manuscritos españoles (una veintena de ellos aproximadamente) se encontraran inmersos entre más de 3.000 manuscritos islandeses explica que durante todos estos años pasaran desapercibidos para los estudiosos.

Biblioteca Colombina

«El libro es importante, pero que se conozca la Biblioteca Colombina lo es más». Pérez cree que este descubrimiento es una «magnífica excusa» para reivindicar un patrimonio cultural «poco conocido por la sociedad», una institución, ubicada en Sevilla, donde se conserva gran parte de la colección original de Colón. No obstante, se han encontrado volúmenes pertenecientes a su colección en lugares tan distantes como la biblioteca de John Carter Brown, en los Estados Unidos, o en la Fundación Giorgio Cini, en Venecia. Ahora, el reto es digitalizar el manuscrito y hacerlo accesible a la comunidad académica. Wilson-Lee, además, publicará en septiembre en España una biografía de Hernando Colón, 'The Catalogue of Shipwrecked Book', una oportunidad para descubrir al cartógrafo que diseñó el mapa que usarían todos los navegantes del mundo;al coleccionista que acumuló libros de manera obsesiva; a uno de los miembros fundamentales de la corte de Carlos V; y, también, el hijo de Cristóbal.

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