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Panorámica del Valle de Lecrín, cerca de Chite, que tanto influyó en la obra de José Guerrero y donde se origina el amor hacia la naturaleza del artista granadino. JORGE PASTOR

El paisaje que inspiró a José Guerrero

Arte ·

Chite, donde el genio granadino pasó parte de su niñez, reivindica su figura con una residencia donde los artistas se impregnan de la atmósfera guerreriana

Jorge Pastor

Granada

Domingo, 13 de septiembre 2020, 01:03

Fue en 1917. Emilio García, nacido en Loja y chófer de profesión, viajó a Cuba en busca de mayor fortuna. Su familia, de condición humilde y residente en Granada, decidió pasar en su ausencia la temporada estival en Chite, el pequeño pueblecito del Valle de Lecrín donde era natural Gracia Guerrero, la esposa de Emilio, y donde aún vivían sus padres. Y con ella, en una tartana tirada por mulos, se fueron también sus cuatro hijos. El segundo de los García Guerrero se llamaba José y treinta años después se convirtió en uno de los artistas más importantes del mundo.

Allí, entre la casa de sus abuelos Encarnación y Agustín, en el número 5 de la calle Fuerte, y la de Amparo, en el número 12 de la calle Baja, correteaba todos los días el pequeño José. Lo hizo ese verano y también otros muchos en la década de los años veinte. Jugaba con los amigos por las empinadas calles de Chite y, según cuentan, no le dolían prendas cuando tenía que levantarse antes de que saliera el sol para ayudar en las tareas del campo –él hablaba de sus paseos en mulo y de oír a los lobos–. La vida rural le fascinaba. También en aquellos momentos José hizo sus primeros garabatos. Garabatos que ya reproducían ese paisaje de Chite. Un paisaje, el de Chite, el del Valle de Lecrín, el de su querida Granada, que de una manera más o menos inferida está presente –aunque no reconocible– en buena parte de su producción.

Preguntas con respuesta

  • ¿Cuál es la relación de Guerrero con Chite? El artista granadino pasó en el pueblo parte de su infancia.

  • ¿En qué medida sigue presente el espíritu de Guerrero? En Chite se mantiene la casa de los abuelos y hay una calle con su nombre.

  • ¿En qué consiste la residencia? Jóvenes artistas crean una obra que luego exponen y donan al pueblo.

Ahora, tres generaciones después, Chite ha cambiado mucho. Por esas cañadas por donde antaño transitaban las carretas, ahora circulan coches –pocos, muy pocos– con el volante a la derecha. En Chite se habla en inglés. La numerosa colonia de británicos que habita el Valle de Lecrín ha arreglado buena parte de los caserones, organiza ferias, toma el té a las cuatro de la tarde y es feliz disfrutando de la tranquilidad y el benévolo microclima de esta comarca enclavada en el mismo corazón de la provincia de Granada.

Casa de los abuelos maternos de José Guerrero en el número 5 de la calle Fuerte. JORGE PASTOR

También se mantiene indeleble el espíritu del gran José Guerrero, uno de los grandes referentes del expresionismo abstracto, en forma de calles que llevan su nombre, en forma de placas que recuerdan su «entrañable sencillez» y en forma de una residencia artística que, desde hace cuatro años, reivindica la figura de Guerrero y su vinculación con Chite. Este centro de creación, promovido por el Ayuntamiento de Lecrín, la Universidad de Granada, el Centro Guerrero y la Diputación, se ubica en la que era vivienda de Amparo Prats Munárriz, antes referida, que fue adquirida por el consistorio en 2007 y posteriormente restaurada para acoger a artistas contemporáneos que durante dos semanas, a principios de septiembre, crean una obra que posteriormente es expuesta en Chite durante unos meses y que es donada al municipio para configurar, una vez recopilado un número importante de piezas, una colección que pueda ser mostrada de una forma permanente.

Julio Brujis es uno de los dos artistas residentes en la convocatoria de 2020. JORGE PASTOR
Imagen principal - Julio Brujis es uno de los dos artistas residentes en la convocatoria de 2020.
Imagen secundaria 1 - Julio Brujis es uno de los dos artistas residentes en la convocatoria de 2020.
Imagen secundaria 2 - Julio Brujis es uno de los dos artistas residentes en la convocatoria de 2020.

En esta edición de 2020, un tanto singular por la pandemia, los seleccionados son Julio Brujis (presencial) y Paloma González (virtual). El primero, nacido en Lima aunque afincado en el Padul, está ejecutando el proyecto 'Chite panorámico. Paisajes de Lecrín', que combina distintas disciplinas artísticas como la fotografía y que finalmente se compondrá de forma digital. «Son imágenes –cuenta Brujis– que representan dos horizontes, en cierta forma lo que estamos mirando hacia delante y lo que estamos mirando hacia atrás». Bosquejos que son utilizados para realizar dibujos y pinturas que luego serán escaneadas para ser recompuestas e instaladas en forma de impresiones en el espacio expositivo. El resultado será una creación de gran formato que representa a Chite y alrededores junto a otras más pequeñas.

«Los paisajes de Chite y del campo se hacen patentes en los colores y sus texturas»

ANA García y PILAR Soto, Coordinadoras de la Residencia

«La naturaleza forma parte de mi padre, y no me cabe duda de que su amor hacia ella nació en Chite»

Tony Guerrero, Hijo de José Guerrero

La granadina Paloma González, graduada en Bellas Artes al igual que Brujis, está llevando a cabo su propuesta 'Lo que el umbral alberga', que consiste en la representación de puertas y ventanas de Chite a modo de retratos arquitectónicos que nos hablan de las personas que viven en estas casas.

Ana García y Pilar Soto, las profesoras de la UGR que coordinan la Residencia Artística José Guerrero, explican que el artista se integró perfectamente en el paisanaje de Chite siendo aún un crío. «No se quejaba cuando tenía que madrugar para trabajar en las labores agrícolas», dice Ana García, quien agrega que la percepción de esos horizontes de olivos, cítricos o trigo están muy presente en el color y en las texturas de su obra. También las montañas, «con diagonales donde se atisban los picos». Pilar Soto comenta que a Guerrero «no le gustaba que se inspiraran en él, sino en los elementos en los que él se inspiraba». Y ésa es la máxima sobre la que trabajan todos los que han pasado por la residencia desde la primera edición de 2017: Andrés Monteagudo, Juan Francisco Segura Crespo, Claudia Fernández, Eduardo Rodríguez y José Manuel Ruiz, y por último este año Julio Brujis y Paloma González. 

Primera planta de la casa que alberga la residencia artística. JORGE PASTOR

Paz espiritual

Pero volvamos a la vinculación de Guerrero con Chite. Según narra Tony Guerrero, hijo de José Guerrero, que hace un año pernoctó en el mismo inmueble que acoge la Residencia y que recorrió todos los rincones de Chite siguiendo la estela de su progenitor, «si la vida en la ciudad proporcionaba a mi padre muchos estímulos y fue su eje cultural y profesional, la vida en el campo le proporcionaba paz y renovación espiritual». «De hecho –añade– tanto en Nueva York como en Madrid, las dos urbes en las que más activamente trabajó como pintor, siempre buscó un lugar en el campo que le sirviera como válvula de escape».

Rincones de Chite. JORGE PASTOR
Imagen principal - Rincones de Chite.
Imagen secundaria 1 - Rincones de Chite.
Imagen secundaria 2 - Rincones de Chite.

«Lo veo paseándose, alzando la nariz al aire, inhalando las brisas cuando soplaban, inmerso en lo silvestre. Luego se frotaba los dedos en las matas de albahaca y en todo tipo de plantas y árboles para nutrirse de sus aromas únicos y delicados. La naturaleza formaba parte de sí mismo, y no me cabe duda de que su amor hacia ella nació en Chite», dice Tony Guerrero.

Los artistas residentes este año son Julio Brujis (presencial) y Paloma González (virtual)

La prevalencia de la naturaleza en los cuadros de José Guerrero es innegable. Está muy patente en la serie 'La era' pintada en La Alberca, en sus paisajes de Bélgica y en las imágenes de palomas y bueyes que aparecen en sus primeros lienzos abstractos. También se aprecia en las gamas fuertes de color por las que es conocido Guerrero y en títulos como 'Tierra roja', 'Aurora gris' y 'Verde oliva'.

Llave de la casa que alberga la residencia artística. JORGE PASTOR

José Guerrero nació en Granada el 27 de octubre de 1914 y murió en Barcelona el 23 de diciembre de 1991. Estudió en los Escolapios de Granada hasta 1928. En 1931 se matriculó en el nocturno de la Escuela de Artes y Oficios de Granada. En 1940 se trasladó hasta Madrid para estudiar en la Academia de San Fernando. Y en 1945 viajó a París donde conoció la obra de la vanguardia europea. Entró en contacto con Picasso, Miró y Juan Gris, entre otros. En noviembre de 1949 se instaló en Estados Unidos y adoptó la nacionalidad estadounidense. Se convirtió en uno de los grandes exponentes del expresionismo americano.

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