«Si la gente estuviera menos idiotizada, estaría de moda otro tipo de música»

–En primer lugar felicidades, ha hecho un disco muy bonito…

–Muchas gracias, lo hemos hecho con mucho cariño y dedicación. Suena a tópico pero es así.

–¿Cómo llega Mario Boville a Granada?

–Pues a Granada llegué por casualidad, me trajo la música. Pero si tengo que ser sincero, me quedé por amor. Soy de Madrid, pero siempre he viajado mucho, desde pequeñito, y el sur siempre tuvo una atracción sobre mí. Aunque llevaba muchos años visitando esta ciudad, ahora empiezo una nueva etapa aquí en Granada. Llevo aquí varios meses y la verdad es que no podría haber caído en un sitio mejor. Granada está llena de grandísimos músicos, hay una cultura musical inmensa aquí, y eso es algo que se debería valorar. A mí al menos me parece importante. Pero claro, yo soy músico, qué voy a decir si no.

–Este disco lo hizo por micromecenazgo ¿qué tal la ronda de gorra digital?

–Pues una experiencia muy gratificante, sobre todo teniendo en cuenta que el disco no tiene apoyo de ninguna discográfica. Al principio me costó porque es un poco como vender papeletas o lotería de Navidad, ¿sabes? Pero me sorprendió mucho cómo la gente arropó el proyecto para que saliera adelante. Tanto amigos y compañeros, como gente desconocida. Es algo motivador.

–Es de Madrid, vive en Granada, pero le ha quedado un disco cubano a más no poder…

–Claro. Tenemos 'Te agradezco una rumba cubana'. Y si escarbas un poco más hay referencias a músicas de Perú (festejo), Puerto Rico, (plena) Colombia (cumbia, joropo), Brasil (baiao)... El folklore latinoamericano es omnipresente en este disco y, claro, Cuba es la joya de la corona, porque fue allí el punto donde confluyeron la cultura hispana, la africana y el jazz norteamericano. Siempre me han fascinado la música y la cultura latinoamericanas, y he tenido la suerte de viajar por Cuba y otros países del continente estudiando sus diferentes géneros musicales. Pero vamos, es tan vasta la variedad de ritmos y géneros que hay allí que yo solo he podido extraer una pizca, una pequeña muestra.

–A eso iba, a que tiene un poquito de este Sur, de los Sures cordilleranos, incluso del 'Undersur' magrebí… etc.

–Justamente. Hay algunos temas con influencias orientales y africanas, como 'la intro' o 'El día de mi libertad', y sobre todo 'Carreteras desiertas', en el que mezclamos la música gnawa con las bulerías. Y también tengo que confesar que una de mis grandes influencias en la guitarra, aparte de Raimundo Amador (salvando las distancias, porque Raimundo es mucho decir) es Ali Farka Touré. A veces se nota más y otras menos, pero está ahí, y sobre todo en ese tema

–¿Santiago Auserón, Habana Abierta y De Pedro son buenos maestros y amigos?

–He coincidido con alguno de los integrantes de Habana Abierta en Madrid. En su momento lo que hicieron fue muy innovador y están en proyectos muy interesantes ahora, como Los Chocolatinos, cuyo tresista Julián Olivares, grabó en este disco. En cuanto a Santiago y De Pedro me parecen dos gigantes de la música española... ¡Claro que me gustaría que fuesen mis amigos!

–Por no citar «en vano» a San Frank Zappa… (risas)

–Ay, Zappa... ¡Que nos pille confesados! Alpargata, mi banda de siempre, se autoproclamó sucesora de Zappa en España. Y razones no nos faltaban. ¡Lo que sí nos faltaba era público que nos entendiera!

–Era el segundo de su «diez mandamientos del músico underground» ¿cumple el resto o hace penitencia?

–Pues la verdad, que lo intento. Pero no prometo nada, ¡eh! Eso, por cierto, forma parte de una serie de relatos musicales que hice para una web musical en Madrid, Frecuencia Urbana. Fue mi primera colaboración con Alejandro Torrecilla, que es el ilustrador de 'Semillas' y de algunas portadas de Alpargata.

–Un conocido músico cantaba que «vivo en el ángulo muerto y nadie me ve», hasta que vendió 30.000 entradas para un par de conciertos… ¿lo de «underground» es vocacional o coyuntural?

–A ver. Yo tengo muy claro que la música que hago, o por lo menos la que he hecho hasta ahora, no iba a ser del gusto de un público masivo. Y claro, cuando uno hace un disco tiene que tomar ese tipo de decisiones, ser condescendiente o no con lo que exige la industria musical. Así que se podría decir que sí, que por una parte es una elección. Pero quizás si la gente estuviera menos idiotizada, estaría de moda otro tipo de música, quién sabe. Y bueno, no voy a decir que no a 30.000 entradas. Si toda esa gente quisiera venir a mis conciertos, pues yo muy agradecido... Pero tal cómo está la cosa, ¡a ver dónde los metemos, eh!

–Y hablando amigos… Anda que no le faltan, arrimando el hombro, las manos y la garganta…

–Tengo muchos amigos en el mundo de la música a los que admiraba mucho: instrumentistas como Arturo Pueyo, Karima Toré, Víctor G. Aceituno o Darío Santamaría, y cantantes como Pedro Pastor o los chicos de Club del Río. A la hora de grabar este disco he recurrido a muchos de ellos para que colaboraran, y la verdad que todos han accedido con mucho cariño y han aportado grandes cosas. Así que, aunque sea un disco en solitario he estado muy bien acompañado. 'Semillas' es un disco muy coral

–Su disco significa que Alpargata se guarda en la caja un tiempo…

–Es una apuesta de algo diferente que quería hacer. Pero Alpargata va siempre en mi corazón: con ellos he crecido como músico y como persona, he viajado durante quince años y grabado cuatro discos con ellos, que se dice fácil, y sé que como banda es difícilmente superable. Estos tiempos están siendo difíciles para el grupo, la situación de la música en este país es la que es, un desastre, y las bandas grandes que están al margen del circuito comercial están sufriendo las consecuencias de la mala gestión cultural de este gobierno, y de todos los anteriores. Pero no, no pretendemos guardarlo en una caja. Al menos, no por demasiado tiempo.