Borrar
Isabelle Faust, en el patio de los Arrayanes. F. R.

Vencejos, avionetas, audífonos y móviles

Anécdotas del Festival ·

Desde el patio de butacas, una crónica alternativa del ciclo granadino

José Antonio Muñoz

Granada

Martes, 12 de julio 2022, 00:47

Comenta

Han sido 28 días con sus respectivas noches las que hemos vivido en este 71 Festival de Música y Danza de Granada. Un ciclo que desde la llegada de Antonio Moral se ha extendido en el tiempo, provocando que, como oí hace unos días en un corro, «tengamos que repetir indumentaria». Quien ama la música y la danza hace encaje de bolillos económico para ir allí donde quiere, pagando de su bolsillo una entrada que no siempre es barata. Luego están quienes, por el mero hecho de estar invitados o ser patrocinadores de un concierto, se creen con derecho a saltarse las normas.

Lo de los móviles ya empieza a ser bastante escandaloso. He vivido en este festival situaciones abracadabrantes. Una de ellas, en un cinematográfico concierto en el que delante mía se sentaron varias personas que no oyeron a Iñaki Gabilondo cuando dijo «apaguen sus móviles y guarden silencio». Una señora llegó a levantar el móvil en el momento culminante de una de las obras para inmortalizarlo. Y encima se enfadó cuando se lo impedí. Antes, su vecino se empeñaba en hacer una exégesis de cada obra a su pareja, a voz casi en grito. Son esas personas que van una vez, se visten bien, y no vuelven, porque ese no es su mundo. Otro tanto me ocurrió en el espectáculo del Ballet de Eslovenia, cuando a mi vecina de asiento, invitada, le sonó el teléfono móvil y en lugar de apagarlo lo cogió tan campante y contestó a la llamada en mitad del 'paso a dos' del primer acto.

Los conciertos del Patio de los Arrayanes han sido prolijos en anécdotas. Además del lógico selfi ante la alberca que hacía difícil el trasiego hacia los asientos a veces, las visitas de los gatos de la Alhambra al podio han sido más que frecuentes. Llegaban, bebían en la fuente y seguían su camino, o se tendían tranquilamente a escuchar en primerísima fila. Los vencejos se empeñaron más de una tarde en ejercer como bajos continuos de los intérpretes, y una avioneta de recreo fastidió el tramo final del concierto de Isabelle Faust. Cuando queremos ser catetos, no hay quien nos gane.

Y por cierto, eso de que no ha habido presencias de relumbrón en el Festival es un mito. Les hago una pequeña lista de 'celebrities' que han pasado en estos días por los conciertos. Nobles como el duque de Wellington –habitual de las matinales de San Jerónimo–, con Ana Gamazo y Simoneta Gómez-Acebo, el barón Lorne Thyssen-Bornemisza, el duque de San Carlos, la filántropa Cristina Heeren, el embajador de Eslovenia, Margareta y Hernod Hauschild y un largo etcétera de 'vips' han asistido a los conciertos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Vencejos, avionetas, audífonos y móviles

Vencejos, avionetas, audífonos y móviles