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Un momento del concierto de ayer sábado. Alfredo Aguilar
Mañana con Bach, día perfecto
Crítica

Mañana con Bach, día perfecto

andrés molinari

Domingo, 19 de junio 2022, 01:07

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Primera jornada de los famosos conciertos matinales del Festival en el San Jerónimo. Y, de nuevo, largas colas en el compás monacal para luego llenar por completo el templo y escuchar a una septena de miembros de la Orquesta Barroca de Sevilla, interpretando un largo concierto dedicado a Juan Sebastian Bach.

Rebuscando en el inmenso repertorio del genio de Eisenach, los sevillanos hojearon un álbum de arias, preludios y tríos para alegrarnos la mañana. No fue difícil, pues toda la familia Bach intercambiaba papel pautado y la música del padre es tan proteica que puede tocarse con casi cualquier instrumento. Los sevillanos optaron por el eclecticismo, un ardite de afinación antigua y mucho son de querencia romántica.

Junto a Pedro Castro, destacadísimo y atinado oboe, e intervenciones ocasionales de Rafael Ruibérriz a la flauta barroca, una cuerda compacta y un órgano a la vez continuo y dirigente. Ante ellos el tenor Ariel Hernández con una voz de amplio peregrinar: con ribetes afilados cuando asciende y densidad cavernosa, casi inaudible, cuando baja los mamperlanes del pentagrama. Lástima que, al igual que sus compañeros, la excesiva longitud del concierto melló las piezas finales con las muesca del cansancio. Antes tuvo el acierto de no coger la partitura con las manos sino depositarla en el atril. Así notamos mejor su ahincada entrega, su sincero gesto, su expresividad en manos y rictus.

A pesar de ser páginas sueltas, de diferentes cantatas y otras obras, escritas por Bach en diferentes épocas, todas formaron un armonioso concierto, con el arcaísmo justo y el clasicismo contenido. Los músicos llevando el compás con sus cuerpos, que se cimbrean con los melismas y reverencian con los finales de compás.

Entre pasajes ligeramente insípidos, una música deleitosa con fraseos limpios y ecos catedralicios. Sin detenerse demasiado en los renglones lentos ni convertir los rápidos en una verbena.

Y siempre dialogantes cuando cuerdas y vientos acompañan a la voz humana.

Jornada de reflexión electoral. En una papeleta el nombre de Sevilla asido a su Orquesta Barroca. En la otra el de Granada acompañando al festival que la acoge. No cabe duda: siempre ganará la candidatura de Bach, pues cumple lo que promete sin necesidad de geografías.

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