El cantante estuvo arropado anoche por unos músicos de primera en el teatro del Generalife. Ramón L. Pérez

Lorca y Poveda, incombustibles

El cantaor catalán llena el teatro del Generalife con su espectáculo 'Flamenco EnLorquecido'

Jorge Fernández Bustos

Granada

Sábado, 25 de julio 2020, 01:59

Tan antiguo como tan fresco, el disco-espectáculo 'Flamenco EnLorquecido' —un concepto romántico acuñado por vez primera por Juan de Loxa—, basado en ... los textos de Federico García (principalmente en los poemas del ciclo neoyorquino y los 'Sonetos del amor oscuro') del cantaor Miguel Poveda llegó nuevamente a Granada, en el día de ayer, en el teatro del Generalife, para asentar la huella inmarcesible que ya supo dejar en diciembre de 2018 en el Palacio de Congresos, la cual comenzó en junio de ese año en Barcelona, recorriendo toda España y contagiando a sus miles de seguidores con ese virus lorquiano. El generoso quehacer del catalán le llevó a ocupar más de dos horas de espectáculo arropado por unos músicos de primera (Jesús Guerrero a la guitarra, bel sevillano Manuel Reina a la batería, el bajista José Manuel Posada 'Popo', el sanluqueño Paquito González a la percusión y, haciendo compás y arropando con sus voces, 'El Londro' y Kiko Peña, con la precisión del compás de Carlos Grilo) bajo la dirección musical del pianista Joan Albert Amargós, combinando inestimablemente el decir flamenco con una cuidada instrumentación. Un montaje audiovisual a sus espaldas, con fotos, anotaciones y dibujos de Federico van ilustrando cada uno de los temas. Y para terminar, los artistas invitados, Jesús Carmona al baile y el actor Ángel Ruiz, redondean la noche imbricando alguna de las proposiciones de Poveda.

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Las dos horas largas de concierto, patrocinadas por Covirán y con la mascarilla puesta, dieron tiempo —como pueden deducir— a dividir el concierto en varias partes, siendo la primera (en la que nos centraremos mayormente) un minucioso recorrido por el 'EnLorquecido' trabajo que nos ocupa, dándole a su cuadro musical el protagonismo exclusivo entre parte y parte para volver, con nuevas fuerzas y nuevo vestuario, y acometer un flamenco más tradicional, junto con la copla y el bolero que siempre le han acompañado.

«Es mi guía»

Cada uno de los temas dedicados a Lorca fueron presentados, no solamente en su aspecto formal, sino también en un plano pasional de admiración y estudio, como llegó a reconocer: «Estoy contentísimo de cantar en la tierra de Federico», agradeciendo al poeta granadino por todo lo que le ha aportado a nivel humano, su filosofía de vida, su compromiso social. «Es mi guía», terminó diciendo.

Con metodología casi exacta el cantaor de voz limpia se acerca a su trabajo, que es como decir que se acerca a Federico, que es como decir que se acerca a Granada, desmenuzando cada tema e ilustrando, con la perspectiva que le han brindado estos dos años de su concepción y la crisis presente que estamos padeciendo, cada paso que nos ofrece. Así rompe aguas con 'No me encontraron', el primer single que fue en su día de 'EnLorquecido', que es un fragmento del poema 'Fábula y rueda de tres amigos' publicado en 'Poeta en Nueva York'. Continua en distinto orden con 'El silencio', 'Grito hacia Roma desde la Torre Chrysler Building' se salpica de fragmentos del poema lorquiano leído por el mismo cantaor, continúa con un lamento y una importante aportación coral arropada con un traqueteo de batería que nos recuerda a Pat Metheny. 'Alba', emocionante y emocionada, es canción flamenca con geniales arreglos al piano. A capela, sin instrumentación alguna, en el centro de un círculo que forman sus palmeros, Poveda se desgarra con la 'Oda a Walt Whitman'. El único tema que no es poema es la adaptación de una 'Carta a Regino Sainz de la Maza' donde el poeta confiesa que hay «mil Federicos», idea que deslumbró al cantaor desde un principio. Después de tanta introspección, Miguel nos brinda '¡Ay, voz secreta del amor oscuro!' en forma de rumba.

El recital recoge igualmente 'El amor duerme en el pecho del poeta'; 'Canción de la muerte pequeña'; 'Federico y las delicadas criaturas', un recorrido por los poemas populares ('Los cuatro muleros', 'Los pelegrinitos' y 'Anda jaleo'), ilustradas por Jesús Carmona al baile, quien también intervendrá en 'La oda a Walt Whitman'. Termina la parte lorquiana con 'Son de negros en Cuba', como no podía ser menos, en clave de son cubano.

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En la segunda parte, el artista se acerca a la granaína, con letra del dramaturgo jienense Alberto Conejero, a la guajira de Niño Marchena, a los tangos de Triana, a la soleá por bulerías, en la que da paso a sus compañeros y las cantiñas de Cádiz, Córdoba y del Pinini.

La tercera parte es un recorrido por la copla y el bolero que lo acompaña desde hace y tiempo, en donde es muy aplaudida la composición de Manuel Alejandro 'Voy a perder la cabeza por tu amor' por bulerías, que incluye en su disco 'El tiempo pasa volando'. El colofón llega con su pequeño homenaje a los Chichos y una pincelada agradecida de 'Alfileres de Colores'.

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