Árcangel actúa en la noche flamenca en el Palacio de Carlos V

Arcángel es hoy por hoy uno de los cantaores más en forma del panorama actual. El timbre de su voz, su afinación absoluta, su eco flamenco y, por encima de todo, su sentido de búsqueda lo hace imprescindible en un siglo que se acerca ya a su cuarto. Tremendamente morentiano, Arcángel remeda, más que los pasos del maestro, su espíritu, respetuoso por un lado y rompedor por el otro; aúna los cantes; e intercambia tercios.

Con el simple título de 'Arcángel en concierto' se presenta el onubense en el palacio anular alhambreño, con la premura aceptada de quien es convocado a última hora. Se presenta arropado por la guitarra estratosférica de Dani de Morón (flamenco y mucho más); las palmas y los coros, siempre garantes, de sus paisanos Los Mellis (amos del compás); y la percusión de Lito Manez (que sustituye a su percusionista habitual, Agustín Diassera), para hermanar —como es su costumbre— las distintas propuestas musicales que enriquecen al flamenco. De hecho, un deje moruno acompaña toda su entrega.

El formato es el de recital íntimo, como si de un tablao se tratara o de un cuartito cabal; esquema que siempre ha vindicado el cantaor entre sus principios. Rompe el silencio de la noche (sin necesidad de templarse) por tangos de Morente con versos lorquianos ('Como canta la noche, como canta'), que pronto, tras un delicioso naneo, se convierten en fandangos sin abandonar el ritmo binario y Los Mellis se miran en Camarón, antes de proponer fandangos lucentinos y terminal por tangos de Granada. Destaca también en este cantaor la elección de las letras incidiendo así en el lirismo que lo caracteriza. Tras una entrada de percusión y con la cejilla en el sexto traste de la guitarra (ya hasta el final del espectáculo), de ahí los tonos imposibles de Arcángel, suena la caña, que en su ecuador pasa a ser soleá por bulerías y acabar por Triana.

A solas guitarra y voz, se abordan unos cantes mineros, suavizando los dejes de Manuel Torre, y después seguiriyas, para pasar a ese gran poema por bulerías de Lole y Manuel 'Dime' con letra de José Manuel Flores. Es posible que Arcángel sea el único cantaor del momento que pueda abordar con la dignidad que se merece este tema.

Unas bulerías que se acercan a la zambra caracolera y terminan por unos naturales y dan paso al solo por bulerías de Dani de Morón, con concesiones al blues y hasta al rock.

Para terminar, después de reivindicar la «cultura segura» y agradecer a los programadores y al público su valentía, interpretó unas cantiñas a su manera y como bis, después de un gran aplauso merecido, estalla con una gavilla de fandangos, siempre valientes en su decir, que termina a capela coreados por los palmeros.