Fallece Paul Stocker, «el que era bueno de verdad»

Californiano errante, Paul Stocker había recorrido el mundo con sus saxos, y fue uno de los muchos músicos americanos que encontraron en Europa el calor humano que no tenía en su país. Paul fue un todo-terreno que ha hecho flamenco, rock, ha dirigido orquestas y ha enseñado a centenares de otros músicos en España, Holanda, Francia o Inglaterra. Con más de cuarenta discos grabados, este saxofonista se movió en todas las aguas musicales: en los años setenta se le pudo escuchar entre los grupos de rock progresivo de la Onda Layetana y en la escena catalana con Tete Montoliu y el genial organista Lou Bennett entre otros; en Holanda trabajó con los músicos de jazz locales y también con muchos otros nombres de procedencia sudafricana como Bongi Makeba, Hugh Masekela… y un sinfín de artistas de la más diversa procedencia, desde Alex von Schlippenbach a Fernando Lameirinhas o Rafael de Utrera, porque muy interesado por el flamenco formó parte de proyectos con Carmen Linares, Amargós y el productor Ricardo Pachón.

Antes de llegar a Granada en 2001 ya había publicado con su Big Band 'Caoutchouc Plays García Lorca', con una visión contemporánea de temas como 'La Nana del Caballo Grande', 'La Leyenda del Tiempo' o 'Romance del Amargo'. Aquí se integró rápidamente en el circuito jazzístico en innumerables proyectos colaborativos con numerosos músicos locales como Julio Pérez, Guillermo Morente, Victoria Cruz, Ángela Muro o Teresa Luján entre muchos.

Fue profesor animador de la Escuela de Música Moderna de La Zubia, donde puso en marcha a la Zubi Dubi Band, formación luego autónoma bajo el nombre de Dubi Dubi Band que grabó dos discos con arreglos personales sobre composiciones de Charles Mingus, Sun Ra, Duke Ellington, música portuguesa, música sudafricana y composiciones propias inspiradas en las músicas populares. Dicha formación supuso durante muchos años uno de los viveros de creación musical más importantes de la ciudad de Granada, siendo el promotor de numerosas aficiones y dedicaciones de jóvenes músicos.

Para la cantante Ángela Muro ha sido «una tristísima noticia para tantos que hemos trabajado con él. Era un hombre muy apasionado y un músico de una generosidad inmensa, que ha plantado la semilla de la buena música en mucha gente. En Granada será inolvidable».

Como anécdota de su buen hacer procede recordar aquella noche en la que Stocker estaba tocando en un club de Granada, cuando irrumpió en el local el conocidísimo Jorge Pardo, al que le preguntaron si iba a tocar con Paul, y él respondió: «no, vengo a escucharlo, porque el bueno de verdad es él».