«Escribir y contar historias es la ocupación más importante que se pueda imaginar»
Dos actos multitudinarios testimonian el cariño de los lectores hacia el autor de más de 530 libros, el más vendido de la historia de la literatura juvenil
José Antonio Muñoz
Granada
Viernes, 29 de abril 2022, 10:25
El escritor Jordi Sierra y Fabra (Barcelona, 1947)sigue, más de 530 libros después, en plena forma. Y este año ha regalado al Festival Internacional ... de Poesía su presencia. Aquí ha leído poemas –por primera vez– y ha recibido el cariño del público en dos actos multitudinarios, en Granada y Monachil.
–¿Escribir comenzó siendo un escape para convertirse en una actividad de la que no pudo escapar?
–No sé si fue un escape. Mi primer libro se llamó 'Asalto al First National Bank' y tenía tres páginas. De repente, aquel niño que tartamudeaba se dio cuenta de que al escribir no lo hacía. Leer era un escape; escribir se convirtió desde el primer día en un deseo y una vocación.
–¿Cuál fue su tabla de salvación: la letra, la música, ambas?
–La letra, sin duda. Me metí en la música por puro azar. Los Beatles me cambiaron la vida. Yo tenía 16 años, y me hacía cada día 15 kilómetros andando para ahorrarme el billete de metro y autobús y gastarlo en un disco de vinilo que me compraba, con suerte, cada semana. Pero oía todo lo que salía, leía las contraportadas, las letras... Así aprendí inglés, y lo supe casi todo de la música.
–Y entró en el mundo de las revistas especializadas, siendo el artífice de Super Pop, que hoy sería casi una hoja parroquial.
–(Risas) Sí, cuando mi amigo Mariano Nadal dijo que creáramos una revista que vendiera un millón de ejemplares, yo no le di mucho crédito. Fue una bocanada de libertad, para lo que era 1977.
–Y dejó de ser un 'vip' en el mundo de la música para escribir.
–Sí, llegó un momento en el que me dije que si seguía subido en Concorde y limusinas, nunca sería escritor. Para mí, escribir es la ocupación más importante que imaginarse pueda.
–Sus novelas tienen mucho de cinematográfico.
–Sí, soy un hijo del cine, y mis novelas son películas que antes de estar sobre el papel, se estrenan en mi cabeza.
–¿Qué papel tiene la cultura en el cambio social?
–Es imprescindible. Lo he comprobado en Medellín, que pasó de ser la ciudad más violenta del mundo a ser conocida por su amor a la cultura.
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