El COVID-19 deja al teatro ante un futuro incierto
En el Día Mundial de esta disciplina artística, que se conmemora hoy, hay poco que celebrar, según los profesionales granadinos
Viernes, 27 de marzo 2020, 07:20
Una de las provincias andaluzas con mayor pujanza teatral es Granada, y en sectores como el del teatro infantil y familiar, una de las ... primeras potencias a nivel nacional. Hoy es el Día Mundial del Teatro, pero quienes en Granada se dedican al noble arte de la escena tienen poco que conmemorar, y mucho menos que celebrar.
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Las salas están, obviamente, cerradas. Para Enrique Gámez, director del Teatro Alhambra, dependiente de la Junta, «va a haber una pérdida importante en los gastos ya afrontados: programas, publicidad… Y se va a afectar toda la maquinaria, porque también se han parado los montajes en preproducción, que ya se estaban ofertando a las salas para el próximo otoño». Salas grandes como el Teatro Pavón de Madrid han anunciado ya su ERTE, y el sector vive sumido en la incertidumbre, según Gámez. «Es preciso ayudar, y se puede abrir el granero público para que todos cojamos coger grano, pero, ¿qué ocurrirá después?».
Periodismo y compromiso
Este veterano gestor cultural apuesta por una fórmula de corresponsabilidad, donde los impuestos se flexibilicen, y se den facilidades a las empresas que puedan, con unas mínimas garantías, seguir adelante. «El modelo cultural debe ser reformado globalmente. No hay que olvidar que ha sido usado por los políticos de forma ancestral para sacar pecho, porque tenemos unos grandes creadores. Pero debemos fijarnos en otros modelos, como el francés, que tratan a su cultura mucho mejor que nosotros. Ojalá de esta crisis salgamos fortalecidos», afirma.
Yanisbel Martínez (Etcétera): «Me preocupa que este encierro cambie el paradigma, y que el público piense que la cultura es gratis»
La declaración del estado de alarma alcanzó a la compañía granadina de teatro familiar Claroscuro actuando en el Festival de Música Antigua de Sevilla. De las cinco representaciones que tenían programadas con 'La increíble historia de Juan Latino', ofrecieron cuatro. Pero aún no las han cobrado, y no saben si cobrarán los gastos. Es una de las constantes de este sector: gastan primero y cobran después. Y no se les aplica el 'criterio de caja' (pagar los impuestos cuando se genera el beneficio), porque la Agencia Tributaria no considera 'fiables' a sus pagadores. Y paradójicamente, sus pagadores son, en buena parte, instituciones públicas.
El daño que ha sufrido la compañía de Francisco de Paula Rosales y Julie Vachon ha sido grande: «Teníamos gira con 'Juan Latino' gira por Almería, actuación en el Festival de Úbeda, otra gira con 'Donde van los cuentos' en Almería… Todo ha sido pospuesto. Y no podemos decir nada, porque en este mundo nuestro el contrato se nos entrega solo en el último momento. Es decir, se nos anuncia, nosotros reservamos hoteles, viajes, pero no tenemos el contrato, que nos permite pedir resarcimiento de daños, hasta tres o cuatro días antes de la actuación. Y ahora, determinadas instituciones se están amparando en la falta de contrato para no pagar el caché o los gastos de una actuación que tenían anunciada desde meses atrás».
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Este profesional del teatro destaca «el vértigo que tenemos ante el futuro, más que el daño que se nos está haciendo en el presente. Somos un elemento imprescindible para la sociedad. En esta situación de enclaustramiento, si no fuera por la cultura, por el arte, muchos niños y jóvenes, y muchas personas mayores, se verían psicológicamente afectados».
Para Yanisbel Martínez, de Títeres Etcétera, «todo esto ha sido un shock. El teatro siempre es tiempo presente, un aquí y un ahora, un espectáculo que cada día se renueva para ser único. Me preocupa que este encierro suponga un cambio de paradigma. Hay quien habla de un público 4.0, el cual va a entender a partir de ahora que la cultura debe ser gratuita, porque ahora mismo, con toda la buena voluntad del mundo por parte de teatros y compañías que están siendo solidarios con sus públicos, la están ofreciendo gratis». Martínez afirma que su compañía ha perdido una gira muy importante en Alemania con su gran montaje 'El carnaval de los animales', y actuaciones en España con sus montajes más pequeños. «Deberemos hacer mucha pedagogía con el público para que entiendan que un montaje cuesta mucho esfuerzo y dinero, que hay muchas personas implicadas, y que no nos hacemos de oro», enfatiza.
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Repensar el producto
Histrión Teatro ha perdido 20 funciones de ahora a junio. Para su productora, Nines Carrascal, «el COVID-19 nos ha mordido la moral, y va a hacernos un daño mayor incluso que el de la crisis de 2008. Entonces, se fraccionaron las compañías, y la industria cultural, que para mí no es tal, entró en una situación de precariedad que esta nueva crisis acentuará. Y llamarnos titiriteros, decir que vivimos del Estado, como hacen algunos, no nos dignifica. Luego, no se nos puede considerar un producto de lujo, con un IVA del 21%, como hemos tenido. El Estado debe ayudar a mantener la base cultural, pero ojo, distinguiendo esa cultura de base de lo que es ocio o entretenimiento. Y no estoy de acuerdo con el 'todo vale':las compañías deben aportar calidad en el producto para que el público las apoye. No solo hay que pedir ayuda, hay que reflexionar hacia dentro y saber en qué nos hemos equivocado», afirma.
El taquillero del Teatro Isabel la Católica, Francisco Redondo, es uno más de los damnificados por la crisis: «Soy autónomo. Si no vendo entradas, no tengo ingresos. Y tengo que pagar un canon, unos impuestos... Desde el 12 de marzo estamos cerrados, y aunque hay quien aplaza los espectáculos, ya ha habido muchas suspensiones. El Corpus está en el aire, y pienso que desde que acabe el confinamiento, vamos a necesitar al menos 45 días para que todo se normalice».
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Por su parte, el crítico de IDEAL, Andrés Molinari, opina que el sector está sufriendo en su conjunto, y que 2020 se va a convertir en una especie de 'Año Cero' para el teatro:«Va a tener que replantearse el modelo de forma general», afirma. «Las claves de la cultura occidental son comer y pensar. El comer lo tenemos organizado, pero sin alimento para el espíritu, vamos muy mal». Y añade: «En estos días, en lugar de ir nosotros al teatro, es el teatro el que está viniendo a nuestra casa, y podemos ver Estudio 1 en el archivo de TVE, por ejemplo. Invito a la gente a que lea teatro, obras como 'Cyrano', la última que pudimos ver, o 'La fierecilla domada', que la tendremos en ballet en el Festival, si es que se celebra». Finaliza diciendo que «esta crisis invita a la unión del sector, a crear entes que acaben con la fragmentación y fortalezcan la oferta, porque muchas compañías pequeñas van a sucumbir».
'Donde van los cuentos', una premonición
Uno de los montajes más exitosos de Claroscuro es 'Donde van los cuentos'. Han pasado 112 años desde que un virus acabó con la mayor parte de la humanidad. Los libros han desaparecido… ¿Todos…? No. En un búnker al que acceden sus protagonistas hay toda una biblioteca y descubrirán la mentira que sirvió de excusa para hacerlos desaparecer. Si se quedan en la biblioteca conocerán la historia de Claudius, el creador de todos los cuentos de la humanidad. Y de Mateo, un niño que tendrá que encontrar el cuento perdido que jamás regresó con los humanos. Su misión es decisiva pues de ella depende que la Humanidad siga teniendo cuentos.
En la situación actual, este montaje se ha convertido en premonitorio. Mantener la cultura en pie se convierte, tras el mantenimiento de la propia vida, en una necesidad fundamental para los humanos.
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