El corto '77', una historia sobre la soledad filmada en la pandemia
El escritor granadino Alejandro Pedregosa hace su segunda incursión en el cine en menos de un año, tras 'El buen samaritano'
José Antonio Muñoz
Granada
Miércoles, 20 de mayo 2020, 01:23
El escritor granadino Alejandro Pedregosa ha intensificado en los últimos meses una historia de amor con el cine que siempre vivió como espectador. La ... culpa de ello la tienen dos cortometrajes, estrenados en los últimos meses, en torno a sendas obras suyas. El primero, 'El buen samaritano', a partir del relato que abre su libro 'O', y el segundo, '77', que acaba de ver la luz (ambos se pueden disfrutar en la plataforma Vimeo), filmado durante la pandemia, utilizándola no como argumento, sino como marco temporal para una historia de amor entre madre e hijo. Pedregosa afirma que «la idea y el guion son míos, y comenzamos a poner en pie el corto durante la última semana de marzo. Es, pues, una idea surgida en el confinamiento, pero no sobre la crisis sanitaria».
Por el contrario, según el autor, «hemos querido reivindicar la lectura como elemento sanador en la soledad obligada. A partir de ahí, hemos intentado establecer la complejidad de las relaciones familiares, que se complican en una situación tan terrible como esta». '77' cambia la lógica vital, en cierta medida, al presentar a un hijo que lee una obra –en este caso, 'Cien años de soledad', no es una elección baladí–, a su madre. Una pequeña trampa de esta propicia el encuentro de ambos a través de las letras, separados por una pantalla por culpa de la Covid-19, aunque la distancia física podría tener cualquier otra razón. El mensaje final es que para quien es joven la vida sigue, y la soledad vuelve a teñir la vida de quien casi siempre está sola.
«El protagonista no es un mal hijo, todo lo contrario», dice Pedregosa. «Se preocupa por que su madre esté bien, que no le falte de nada, que se cuide. Pero no tiene una comunicación real con ella, por más que cada día hablen durante media hora. Son los libros la argamasa que acaba haciendo más cercana esa relación, aunque sea de forma fugaz». Es una historia mil veces repetida, y no por ello menos común: la del hijo que tiene toda, o casi toda, la vida por delante, y la de la madre que se agarra a cualquier evento u ocasión para acercarse a quien una vez tuvo entre sus brazos.
La génesis de '77' tiene como protagonistas al propio Pedregosa, su primo, Francesc Gozalves, director de sonido, y Raúl Mancilla, con quien ya había trabajado en 'El buen samaritano'. «Francesc me dijo que la pandemia era un buen momento para inventar una buena historia, y que veía el confinamiento no como un obstáculo, sino como un reto. Empecé a pensar y en dos días tenía escrito el guion». El autor partió de la vivencia propia de que este periodo excepcional se había convertido en una gran ocasión para descubrir en las lecturas casi eternamente aplazadas un motivo para superar el encierro.
Lenguaje fílmico
Desde el punto de vista técnico, se aprovechó el lenguaje fílmico de la videoconferencia, una realidad que se ha hecho moneda de uso común en este tiempo. El guion se pensó para que dos actores bastaran, «y es que no podía haber muchos más», dice Pedregosa con humor. Fue entonces cuando se produjo la incorporación de Pedro Lanzas, actor en 'El buen samaritano' y director, y su madre, María Cabrera. Ambos son madre e hijo también en la cinta.
En ese momento del proceso creativo se sumó también Antonio Aguilar, quien ejerce como productor y ayudante de realización, completando el equipo de seis personas que repartidas entre Barcelona, Málaga, Granada y Marbella, asistieron en todo momento al rodaje. «Pedro es actor, pero su madre no actuaba desde que hizo con 10 años una obra en el colegio», dice Pedregosa. «Pero ha estado estupenda, y se prestó de forma generosa, actuando de forma muy profesional en las tres jornadas de rodaje, dos de ensayos y una de grabación. Tuvimos la suerte de que Pedro tenía un equipo muy bueno en su domicilio, e incluso había una cámara rodando y otra nos servía a nosotros, que estábamos cada uno en nuestra casa, para ver qué se rodaba en cada momento».
Luego llegó el arduo trabajo de montaje, y el resultado, una obra que Pedregosa califica de «más que triste, generadora de reflexión. Queríamos que el espectador se identificara con la historia y se la creyera; por ello tiene ese barniz casi documental. Y por eso queríamos también que quedara el mensaje de que hay que cuidar las relaciones en los momentos más duros objetivamente y los que lo son menos, porque la soledad puede sentirse mirando por la ventana una calle vacía o llena».
A partir de ahora, comenzará el periplo de '77' por festivales especializados. «No queremos sumarnos a las muchas iniciativas audiovisuales relacionadas con la pandemia», dice Pedregosa. «Pensamos que se mueva por el circuito 'normal', porque el confinamiento solo ha sido la excusa para rodar el cortometraje».
Pedregosa sigue con esta obra la senda que inició con 'El buen samaritano', una historia que mezcla 'noir' y retrato sociológico, a partir de la duda de un joven que encuentra un moribundo agredido por un cacique, y que no tiene claro si llamar a la justicia o al cacique para que lo remate. El autor fue coguionista de la historia, a pesar de que nunca había trabajado en ese medio. «Fue descubrir un mundo nuevo. Sentí que se me abría una puerta, como la que se me abrió cuando IDEAL me pidió que publicara cuentos cortos», recuerda Pedregosa. Muchos de los relatos que integran 'O' tuvieron su germen en aquellos cuentos. «Que se interesen por mi obra es una suerte», finaliza. «Y quisiera seguir en la senda de descubrir las posibilidades de lo que escribo».
El juego de los diversos lenguajes del arte
'El buen samaritano' pasó por el teatro antes de llegar al cine. Manuel Salas, su protagonista (a quien vimos en 'La isla mínima', entre otros filmes), leyó el relato e hizo una adaptación a la escena, en versión monólogo. Luego, atraído por la calidad de otras de las piezas que integran el puzzle de 'O', creó 'Historias dobles' una obra con cuatro de ellas, contando con la colaboración de la directora de teatro argentina Andrea Chacón. A partir de ahí, llegó el contacto con Raúl Mancilla, la tutela de Montxo Armendáriz y el rodaje del cortometraje, que obtuvo el primer premio en el festival 'Rodando por Jaén'.
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