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Rubens Cortes en el zaguán de acceso a la casa con el patio como fondo. RAMÓN L. PÉREZ

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La casa de los cinco sentidos del Realejo

El estudio de Rubens Cortés reinterpreta la tradición para diseñar una espectacular vivienda con patio convertida en una experiencia sensorial

Jorge Pastor

Granada

Jueves, 22 de junio 2023, 00:34

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El riesgo siempre conlleva dos consecuencias: que las cosas salgan bien o que salgan mal. El arquitecto Rubens Cortés se la jugó con la Casa R, situada en el barrio del Realejo, y la jugada le ha salido muy bien. De matrícula de honor. «Me une una estrecha relación de amistad con los clientes, me dieron vía libre y experimenté haciendo una reinterpretación de la típica casa con patio andaluza», explica Rubens Cortés en referencia a un proyecto que ha llevado cuatro años de trabajo desde el diseño a la construcción. El resultado es, sencillamente, espectacular. Lo dicen los propietarios y lo puede observar usted mismo viendo las fotos con las que se ilustra este reportaje.

El símil culinario es muy oportuno en este caso. Los ingredientes de la tortilla de patatas son los que son: o sea patatas, huevos y aceite de oliva –la discusión de la cebolla la dejamos para otro momento–. Y a partir de ahí, los cocineros innovadores se inventan, por ejemplo, la tortilla de patatas desestructurada. ¿Qué ingredientes tenía el estudio de Rubens Cortés para cocinar la Casa R?

Huecos y ventanales. RAMÓN L. PÉREZ
Imagen principal - Huecos y ventanales.
Imagen secundaria 1 - Huecos y ventanales.
Imagen secundaria 2 - Huecos y ventanales.

Los dueños le pidieron que su nuevo hogar tuviera poco mantenimiento. «Rubens, no queremos ser esclavos de la vivienda», le dijeron. Le solicitaron también la mayor eficiencia energética. Y, por último, le requirieron amplitud para que los dos 'reyes de la casa', los perros Ron y Yaco, pudieran campar a sus anchas. A partir de ahí Rubens y los moradores de la Casa R empezaron a buscar terrenos en Granada y encontraron un bonito solar de 1.200 metros cuadrados en el Realejo –las vistas de Sierra Nevada son formidables–. Todo esto sucedió antes de la pandemia. Ahora la Casa R ya es una realidad y, lo más importante, Ron y Yaco son unos tipos felices.

La construcción integra en el paisaje elementos de viviendas adeladañas como esta cipreses. RAMÓN L. PÉREZ
Imagen - La construcción integra en el paisaje elementos de viviendas adeladañas como esta cipreses.

Casa R es el nombre que Rubens and company han puesto a la finca, pero también podría llamarse perfectamente la Casa de los Sentidos. Porque la Casa R es vista, es olfato, es gusto, es tacto y es oído. Vista por la experiencia de la geometría. Olfato porque la vegetación aporta un aroma distinto según la estación del año. Gusto por el sabor a tradición que recorre cada estancia. Tacto por la porosidad de los materiales. Y oído por esa música celestial que mana del agua de la alberca –convertida en piscina–.

Dentro y fuera

«Una de las grandes singularidades de la Casa R es que los espacios se prolongan, de tal forma que a veces no sabes si estás dentro o fuera», dice Rubens. Una sensación de continuidad que se consigue también con el pavimento de porcelanite, que es el mismo en el interior que en el exterior. Los grandes ventanales garantizan luz natural durante todo el día, sacando de esta forma el máximo rendimiento lumínico a la orientación de la parcela. Los focos ornamentales aportan un alumbrado sugerente durante la noche.

Detalles de la Casa R. RAMÓN L. PÉREZ
Imagen principal - Detalles de la Casa R.
Imagen secundaria 1 - Detalles de la Casa R.
Imagen secundaria 2 - Detalles de la Casa R.

LaCasa R, en la que han intervenido un equipo de profesionales como Paco Vilches y Rafael Vega (ingeniería), Juan Fernández (instalaciones),Marta Gamarro (interiorismo) e Ignacio Morón (paisajismo), se estructura en un sótano para servicios y dos alturas sobre la rasante, en total unos seiscientos metros cuadrados. En la primera se sitúa la zona de día, con un amplio salón cocina y el dormitorio de los padres. Arriba, las habitaciones de las hijas –cada una con su cuarto de baño– y un vestidor compartido. «Todo pensado para las necesidades presentes y también para las futuras», apostilla Rubens.

La vegetación se adueña poco a poco de la Casa R. RAMÓN L. PÉREZ

Aunque, sin lugar a dudas, el corazón de la Casa R es el patio, 'cubierto' con una celosía que dibuja cuadros en el cielo. Ahí, en el centro, hay un estanque que cumple una doble función.Para darse una zambullida y para generar ese punto de humedad que, gracias a la ventilación cruzada, aporta frescor en los meses en los que el mercurio pica hacia arriba. Lo hacían los romanos, lo hacían los árabes, lo hacían los castellanos y ahora lo hacemos también los contemporáneos. «Lo que he dicho antes –recalca Rubens– una relectura de lo que siempre se ha hecho».

Salón cocina. RAMÓN L. PÉREZ
Imagen principal - Salón cocina.
Imagen secundaria 1 - Salón cocina.
Imagen secundaria 2 - Salón cocina.

El concepto porche, entendido como ese lugar semidescubierto donde comer, cenar, leer o mantener una animada conversación a la fresca, también es clave en Casa R. Un ambiente acogedor gracias al césped y gracias a la cuidada selección de plantas y árboles estratégicamente ubicados por todo el recinto. Había previamente un cedro y un pinsapo, magistralmente integrados en la Casa R –hasta el extremo de que hubo que adaptar los planos–. Posteriormente se sembraron naranjos, limoneros, palmeras, granados, lavandas, magnolias y jacarandas. También se han previsto agarraderas para que crezcan las trepaderas.

La alberca y la ventilación cruzada garantizan el frescor en los meses de verano

El aprovechamiento energético es clave. ¿Cómo? «De una manera muy sencilla, manteniendo el calor o el frío mediante inercia térmica y aplicando un aislamiento a los muros de hormigón que ejercen como escudos de los rayos solares durante el verano». El círculo se cierra mediante un sistema de placas solares.

La piscina, en el centro del patio, es un generador de frescor para toda la casa. RAMÓN L. PÉREZ

Dijo McGarvie que los arquitectos son los dibujantes de sueños. Sueños como la Casa R, donde corretean Ron y Yaco.

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