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Comienza la Feria del Libro en Granada: Cartas a Miguel de Unamuno

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Alfredo Aguilar

Comienza la Feria del Libro en Granada: Cartas a Miguel de Unamuno

Antxon Alberdi revela en el pregón su vinculación familiar e intelectual con el escritor vasco

PABLO RODRÍGUEZ

GRANADA

Sábado, 21 de abril 2018, 13:46

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«Quiero compartir una pequeña confesión familiar que me relaciona con el mundo del libro: mi tercer apellido es Unamuno», arrancaba ayer Antxon Alberdi, director del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), pregonero de la Feria del Libro y pariente del autor de 'Niebla'. El investigador reivindicó la figura del escritor vasco y su legado epistolar en una intervención en la que abordó los puentes que unen Ciencia y Literatura y con la que dio la bienvenida a la «fiesta del libro».

En el Paseo del Salón, con la Granada cultural como testigo, el científico tomó el testigo de la poeta Ángeles Mora con un discurso en el que puso en orden sus recuerdos de la infancia. Alberdi habló de Tintín, de Astérix y de Los Cinco, personajes con los que se encontró «en una estanterías que cubría toda una pared» de su casa y «vivía las aventuras que yo querría vivir».

En esa biblioteca estaba presente Miguel de Unamuno, con el que está emparentado a través de su bisabuelo. El director del IAA recordó la visita que hizo junto a su padre a Fuerteventura, lugar de destierro del pensador en 1924, y el legado epistolar que ha pasado de padres a hijos. «Unamuno fue un epistológrafo único, escribía alrededor de cuatro cartas diarias, y esa una herencia familiar: desde que salí de casa a los 18 años recibía una carta semanal de mi padre, documentos que se han convertido en testigo de su tiempo y de una madurez vital», explicó. Esas epístolas familiares, contó Alberdi, están en línea con las que reivindicaba Bernardo Atxaga en Obabakoak -«se convertían en la motivación para vivir de Esteban Werfell»- o las que Henrik Vanger recibía cada año -«con una flor seca»- para arrancar toda la trama de la saga Millenium.

«La literatura no puede olvidar a la ciencia porque perdería elementos clave»

El investigador del IAA recordó también el encontronazo intelectual entre Unamuno y Ortega y Gasset a cuenta del papel de la ciencia y la cultura en la transformación de España. Alberdi explicó que la visión de su familiar «reflejaba el punto de vista más clásico», un planteamiento que justificó como procedente» de una época de su vida muy afectada por su crisis espiritual y que fue fielmente reflejada en 'San Manuel Bueno, mártir'», mientras que el filósofo madrileño, junto a los poetas del 27, proponía que «las ciencias eran tal vez el campo donde más avance se requería si España quería ponerse al nivel de otros países europeos».

Conflictos

Alberdi mencionó también el conflicto entre el científico y escritor Charles Percy Snow y el crítico literario Frank Raymond Leavis por el mismo motivo. Mientras que el primero, según recordó el director del IAA, mostró su preocupación «por una confrontación entre una 'cultura literaria' y una 'cultura científica' separadas por la ignorancia y los prejuicios recíprocos» y reclamó un «acercamiento de la universidad a la ciencia y técnica», Leavis atacó a su oponente y propuso un marco en el que «no se debían confundir lo que era una actividad asociada a la cultura de lo que es una mera adquisición de nuevos conocimientos».

Para el investigador, 60 años después de aquellas polémicas, las posturas de Unamuno y de Leavis eran demasiado estrictas. Por eso ayer celebró que «las distancias entre las dos culturas, la científica y la humanística, se han ido reduciendo» y destacó que «el muro que dificultaba la comunicación entre los integrantes de cada una se ha ido derruyendo». Hoy en día, según explicó el director del IAA, «la cultura científica no entra en conflicto con la humanística, sino que ambas forman parte de una cultura integral más amplia en la que tienen cabida tanto los conocimientos científicos y posibilidades de intervención tecnológica como los valores humanísticos y sociales al servicio de los cuales se sitúa la ciencia».

Para el investigador, la Feria del Libro de Granada es la mejor muestra de este puente que une ambas culturas y puso como ejemplo el funcionamiento de la Carpa de la Ciencia, con un programa «que hace un hincapié especial en las grandes olvidadas, las mujeres científicas, investigadoras para las que el acercamiento a la Ciencia como a todos los campos de la vida pública, supuso más trabajo y esfuerzo».

Recuerdo a Hawking y Forges

Antxon Alberdi tuvo también un recuerdo muy especial a Stephen Hawking y Antonio Fraguas 'Forges', «dos personas que han fallecido este año y que están muy relacionados con esta fiesta del libro y su temática de este año».

Del científico, cuya aportación calificó como «fundamental», reivindicó sus dos teorías revolucionarios, la de la Relatividad General y la de la Mecánica Cuántica. «Son dos teorías aparentemente inconsistentes, pero que conviven en la naturaleza en dos escenarios como la formación y evolución de los agujeros negros y la evolución del universo en su conjunto».

De Forges celebró sus personajes de ficción -entre los que destacó a Mariano, los viejos y viejas del pueblo capaces de comentar toda la actualidad, el funcionario profundo, los blasislos o los náufragos- y una capacidad para representar España «mejor que nadie». «En sus viñetas -dijo el científico- tenían cabida la política, la cultura, la ciencia abandonada que le dolía especialmente y Haití».

Alberdi cerró el pregón reivindicando la Feria de Libro de Granada como un espacio «donde hay sitio para todo» y donde se citan «Lorca, la ficción, la ciencia, la música y la literatura». «Compren un libro», concluyó el científico, «ustedes mismos se lo merecen».

Rafael Guillén recibe el máximo galardón de la Feria del Libro

La Feria del Libro reconoció ayer a Rafael Guillén por su «brillantísima» trayectoria. El poeta recogió la máxima distinción del certamen, una plegadera diseñada por Soledad Sevilla, de manos del presidente de la Diputación de Granada, José Entrena. El creador, primer pregonero de la feria allá por 1981 como él mismo recordó, confesó su predilección por el libro «en una sociedad que se encuentra en un cambio de era en el que todos los datos están en la nube» y agradeció la labor de los libreros por desarrollar su actividad «en un momento tan complejo».

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