El escritor granadino Ángel Ologoso, autor de 'Astrolabio' IDEAL

'Astrolabio', el libro del granadino Ángel Olgoso, vuelve a la vida

Una de las obras claves del fantástico español contemporáneo, se ha publicado en Reino de Cordelia con ilustraciones de Marina Tapia

Lunes, 23 de marzo 2020, 23:06

'Astrolabio' es una de las obras de referencia de la literatura fantástica contemporánea, a decir de una crítica que se rindió sin excepción ... a esta colección de relatos, publicada originalmente en Cuadernos del Vigía en 2007. Ahora, 13 años después, ha vuelto a la vida de la mano de la editorial Reino de Cordelia, que ha publicado una edición especial ilustrada por la granadina de adopción Marina Tapia. Una serie de exitosas presentaciones –ahora paradas por la crisis del coronavirus- confirman el interés por una obra, en muchos aspectos, premonitoria: la adoración al televisor, el eremitismo, el lavado de manos compulsivo, el mundo como una pantomima de sombras… Este es un tiempo en que las fantasías –aun las más terribles– se están convirtiendo en realidad.

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El propio Olgoso afirma, parafraseando a Lobo Antunes, que «esperar que un escritor diga cosas interesantes es lo mismo que esperar de un acróbata que, en su vida diaria, vaya dando saltos mortales por la calle». El autor dice que el libro está compuesto por una serie de saltos mortales, relatos como asteroides que giran en torno al planeta de la novela y que, en cierta medida, se asoman y desaparecen enseguida, dejándonos una poderosa impresión de vida. «Lo sorprendente es la solidez que, utilizando muy pocos recursos, consiguen alcanzar esos cuerpecillos nerviosos y versátiles», destaca. Y es así. Por eso, más allá de la oportunidad –que no oportunismo, ya que la edición tiene ya varios meses–, 'Astrolabio' se nos antoja tan sumamente cercano.

Tal y como dice Olgoso, los relatos que componen la obra son textos estéticamente autosustentados, textos independientes sin común denominador. Cada uno de ellos cristalizó según la necesidad interna que gobierna su extensión, su estructura, su voz narrativa, su ritmo, de lo cual resulta –por debajo de su planteamiento poético y concentrado– una abundante variedad formal. Las distintas piezas que componen el puzzle de la obra basculan entre los desdoblamientos, las apariciones fantasmagóricas –especialmente emocionante la del padre–, ensoñaciones líricas y fantasías sádicas. «En 'Astrolabio'», dice Olgoso, «opté por una libertad total de enfoques; es un libro poliédrico, versátil, un pequeño caleidoscopio hecho de sueños disparatados». El resultado, continúa, es un puñado de miniaturas un tanto desaforadas sorprendidas en esta deliciosa edición de belleza casi artesanal a cargo de Jesús Egido, gentil mago, incansable hombre orquesta y quijotesco regente del Reino de Cordelia, donde brotan libros hechos para la fruición de los sentidos, con un papel, unos detalles gráficos y una tipografía que son toda una tentación para los lectores ávidos de belleza.

Fragmentos de las ilustraciones 'Todas hieren' y 'Las nubes', y portada del libro. MARINA TAPIA

Olgoso confiesa su deseo de 'zarandear' un poco el cuento tradicional, apelando a otros registros y texturas más lúdicos, cuestionando sus límites, «no por desamor o por pura experimentación, sino para ayudar dentro de mis modestas posibilidades a que no se apague su llama primigenia». Es la obra de alguien a quien no le interesa reproducir la calderilla de lo cotidiano o lo que Eça de Queirós llamaba «la impertinente tiranía de la realidad», sí gusta en cambio reinterpretarla o suplantarla, sí le deleitan esos disparos a la luz de cuyos fogonazos se pueden ver de pronto y quizá por primera vez rincones escondidos; en definitiva, una literatura de imaginación, de torsión de lo real, pero más acicateada aquí por los retos narrativos y por una experimentación con géneros y subgéneros.

Navegación

El título, 'Astrolabio', designa el instrumento de navegación (etimológicamente «el que busca estrellas») y N el astro y el labio, lo colosal y lo diminuto, la explosión y la implosión, lo ardiente y lo tibio, lo lejano y lo cercano. «Tal vez este Astrolabio lleve al lector hacia algún lugar desconocido o imposible, hacia diversas latitudes geográficas y temporales», comenta el autor granadino. De este modo, el lector podrá navegar a través del infinito mar de las posibilidades y toparse con revisitaciones históricas, con relecturas mitológicas, con piezas policíacas y metaliterarias, con bibelots orientales, paradojas científicas, epifanías, juegos temporales, universos autocontenidos, personificaciones de objetos y animalizaciones de personas, experiencias místicas, placeres inefables, percepciones extrasensoriales, metamorfosis, bilocaciones…

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«Las ilustraciones de Marina Tapia son un espejo sensible de los relatos de 'Astrolabio', pero por supuesto no un espejo fiel, lo que resultaría redundante y empobrecedor. Al contrario, la visión de Marina enriquece los textos dialogando con ellos, dotándolos de otras facetas, de otros ángulos que permiten ampliar el foco y, con ello, los límites del texto», comenta Olgoso. Por su parte, la ilustradora afirma que «esta obra fue el primer libro de relatos de Ángel Olgoso que leí, y supuso todo un descubrimiento. Desde ese momento, fascinada, devoré el resto de su obra. Más que reproducir lo que estas poéticas narraciones contaban, traté de aportar otros conceptos y otras visiones que pudieran dialogar con los espléndidos textos del libro». Tapia escogió los relatos que tuvieran como hilo conductor el mundo de lo mínimo, de los objetos, donde la presencia humana es solo un eco o una sombra. «Quise, además, utilizar un recurso sencillo, a la vieja usanza, como es la tinta sobre papel, sin ninguna herramienta informática para retocar la imagen. Solo dos colores de tinta –negro y rojo– para acompañar al lector por ese camino fronterizo y vibrante que nos propone Ángel».

Una conspiración de amor

En estos tiempos en que la autoedición –desgraciadamente, muchas veces poco cuidada–, y la prisa imponen sus reglas en el mundo editorial, esta nueva edición de 'Astrolabio' rompe con muchos de esos corsés. La calidad del papel y de la tipografía, los cuadernillos cosidos, las guardas decoradas, las sobrecubiertas, los motivos gráficos de color diseminados a lo largo de las páginas, hasta el grato olor del volumen, todo conspira para enamorar al lector. Dice el autor que «construyo los cuentos como decía Horacio Quiroga de aquel que fabricaba cañones, haciendo un largo agujero que luego rodeaba de bronces. O, para decirlo de forma más plástica, empiezo la casa por el tejado, partiendo de una premisa imposible hasta conseguir –a fuerza de detalles y de una atmósfera peculiar pero coherente– hacerla verosímil».

La primera edición de la obra, ilustrada con ese teléfono que hoy, con esta crisis sanitaria, se nos ha convertido en instrumento imprescindible para la vida, se agotó. Ahora, la compra a distancia permite acceder al volumen. «Confío en que en la reedición por Reino de Cordelia sus relatos aún mantengan esa saludable inquietud, esa cuidadosa concentración de detalles, esa rítmica emoción y esa chispa sensual si las cuales cualquier texto está muerto», dice el autor. Así sea.

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