El arte urbano de Granada se doctora en la Universidad
Tesis. El artista e investigador Ramón Sendra revisa la historia del arte urbano en Granada, sus hitos, sus autores y sus problemas
Lunes, 21 de diciembre 2020, 00:19
Una cosa es manchar la persiana metálica de un negocio recién abierto con letras mal trazadas, o 'pringar' de pintura una escultura en un parque ... público, y otra cosa es el arte. Y no digamos cuando lo que se mancha es la pared de un monumento. Pero el arte urbano, ese que invade nuestro ámbito cotidiano llenándolo de luz y color, es algo muy distinto, y tiene en Granada uno de sus epicentros a nivel nacional. Ahora, además, acaba de 'doctorarse' en la Universidad gracias a la tesis de Ramón Pérez Sendra, simplemente Sendra en el mundo artístico, titulada 'Escenas del grafiti en Granada. Una esfera pública de tensión estética y política'.
Publicidad
Son muchos los lugares donde se pueden observar pinturas callejeras de calidad. Y luego están los llamados 'hall of fame' –la denominación anglosajona es omnipresente–, donde se reúne la obra de muchos artistas en un amplio espacio de tiempo. Uno de los principales es la antigua cementera de Atarfe, espacio donde centenares de artistas, veteranos y noveles, locales y foráneos, han experimentado y dejado su huella en forma de letra, imagen o mensaje, desde finales del siglo pasado.
Sendra convirtió un trabajo que primero fue de fin de Master y luego se transformó en libro (2014, Ediciones CienGramos), en una tesis doctoral que le ha ocupado cinco años y donde ofrece una visión global sobre este fenómeno en nuestra tierra. Uno de sus mayores valores es ordenar materiales muy dispersos, aportando una línea del tiempo y un 'quién es quién', profusamente ilustrado con fotos históricas y testimonios gráficos de obras desaparecidas.
El panorama de la cementera tiene ciertas conexiones con películas como 'Mad Max': «No me extraña que se vea así», dice Sendra. «En cierta medida, la película y los inicios del grafiti en Granada son coetáneos». En ella se mezclan realizaciones antiguas con otras más recientes. Recuerdos de hermanamientos de artistas de Granada y Dusseldorf que dieron origen a la formación de un 'crew' –en este contexto, unión de artistas–, llamados Los Jinetes del Apocalipsis. «El grupo se sigue reuniendo, impulsado por escritores como LJDA, un año en Alemania y otro aquí, desde 1996», comenta el artista granadino. Era una época en que no había redes sociales, y los integrantes de la red, como Galahad o El Niño de las Pinturas, se comunicaban por carta. «Alemania es una influencia muy fuere en la escena de Granada», asegura.
Publicidad
La escena del arte urbano granadino tiene un inicio relativamente tardío en Granada. En nuestro país, le precedieron ciudades como Barcelona, Madrid o Alicante. «Comienza por la importación de la cultura hip-hop, como un complemento a los dj, el rap y el breakdance. Especialmente de este último, ya que los grupos decoran los espacios donde bailan, como si marcaran su territorio, creando un fondo estéticamente adecuado para las fotos, tal y como se hacía en EE UU».
Influencia audiovisual
Documentales y películas como 'Wild style' (1984) son pioneros en este arte que aún no tenía nombre. En Granada, el punto de partida es 1992: aparecen las primeras firmas, como la de Sex69, luego El Niño de las Pinturas. Los materiales se compraban –a veces, se 'distraían'– en las droguerías. Todo era cuestión de dinero: las pagas semanales daban, como mucho, para comprar dos botes de pintura. Los artistas comienzan desarrollando las firmas como modo de identificación. Desde mediados de los 90, autores como El Niño de las Pinturas o EC13 dinamizan la escena organizando fiestas y alumbran el fanzine Down by Law, contactando con artistas de las provincias vecinas. El crecimiento fue exponencial, y mucho más después de que la Facultad de Bellas Artes se convirtiera en imán atractor para escritores de otras provincias.
Publicidad
Inicialmente, tal y como recuerda el investigador y artista granadino, hubo tres zonas fundamentales para el crecimiento del arte urbano en Granada:Pulianas, la Chana y el Zaidín, especialmente en Los Vergeles, siendo esta última la principal por ser el lugar de residencia de muchos de los principales artistas de esta especialidad. En su tesis, Sendra analiza tanto el marco espacial como los estilos, la conflictividad derivada de la inclusión de este arte en el espacio urbano, y la relación entre el grafiti y el 'sistema del arte', donde se da cuenta de las exposiciones y manifestaciones artísticas 'de masas' donde participan los escritores de grafiti. Además, se incluye una introducción histórica global que termina centrándose en nuestra provincia.
En las escrituras se mezclan letras y formas, y se usan técnicas que simulan el aerógrafo para profundizar en texturas, o rodillo y palo, dando lugar a imágenes que recuerdan a los protagonistas de los juegos de la consola Atari. Cada pintura esconde una historia, como la de aquel artista canario que probó a pintar sobre una pared y dejó los soportes móviles, o declara una influencia, como la de esa figura que podría aparecer perfectamente en una película de Tim Burton. Incluso, una observación de experto delata la urgencia en la realización, como una gárgola que lleva el sello de El Niño de las Pinturas y que es apenas un boceto. También hay credos: «No es importante el cuerpo, sino lo que hay bajo el pelo», reza una inscripción.
Publicidad
La historia del grafiti en Granada comienza con un vacío, continúa con una persecución y termina con una cierta normalización. El vacío legal en torno al arte urbano se extiende hasta 2008, con la llegada de una ordenanza en la capital que restringía y limitaba la 'decoración' de paredes y espacios públicos. Desde entonces, ha habido tiras y aflojas, desde ayuntamientos que han querido dar vida a espacios sin atractivo contando con el arte urbano, hasta elementos descontrolados que más que decorar, manchan espacios que debieran ser disfrutados por todos, dejando una mala imagen de la ciudad. Sendra no disculpa estos comportamientos: «Destrozar o manchar un monumento no tiene excusa».
Una fecha clave
Si se puede hablar de una fecha clave para marcar el antes y el después del arte urbano, es el 8 de mayo de 2005, domingo. El lugar, la plaza de la Presentación. «Hasta ese momento, se pintaba a plena luz del día, muchas veces sin permiso municipal, y con la complicidad de los vecinos –nos sacaban cervecillas y todo–. Aquel día, diez agentes de la policía local nos desalojaron de aquel sitio, y comenzó la relación con la autoridad que se prolonga hasta hoy», recuerda Sendra.
Publicidad
Desde entonces, el arte urbano se ha repartido en la capital por distintos lugares, algunos hoy desaparecidos, como el antiguo Estadio de la Juventud, muros de edificios abandonados, paredes de parques como el García Lorca... En la mayoría de los casos, con el estigma de la urgencia y el miedo a la multa. Es evidente que no va a desaparecer, y también lo es que cada vez perfecciona más su técnica y diversifica más su estilo. Yahora, se ha doctorado en la Universidad, nada menos.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión