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La puerta grande se abre de par en par para la pureza y las ganas
Gran faena de Emilio de Justo al segundo de la tarde;triunfo para un Morante que se armó de ganas y de mucho querer para Pablo Aguado
Baltasar Gálvez
Sábado, 24 de septiembre 2022, 22:46
A Emilio de Justo le da igual el lugar, siempre busca el triunfo y lo hace con un catecismo de toreo puro, que le valió ... para abrir la puerta grande del coso de Vera en una tarde en la que se vio acompañado por los otros componentes de la terna. Morante porque, escasa o no, su torería es innegable y también por sus continuas ganas de triunfar, pese a que no tuvo demasiada suerte con los dos de su lote, pero en el cuarto bordó momentos de mucha enjundia. Aguado, obligado, no expuso menos. En sus dos faenas puso empeño y voluntad.
Ficha del festejo
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Plaza Plaza de toros de Vera. Buena entrada.
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Ganado Toros de Zalduendo, con buena presentación, pero un desigual juego, impidiendo el lucimiento.
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Toreros Morante de la Puebla (negro y oro), estocada, una oreja, y estocada (dos orejas), Emilio de Justo (verde esperanza y oro), estocada, dos orejas, y estocada, una oreja, y Pablo Aguado (berenjena y oro), estocada, una oreja y estocada, una oreja.
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Presidencia Pedro Ramírez actuó como presidente, asesorado por Francisco de Haro, en la parte veterinaria, y por Pedro López, en la artística. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos, el último Virgilio Gimeno.
Morante no tuvo suerte con su primero, muy basto y una embestida reservona, además de flojo de los cuartos traseros. El de la Puebla, con el capote de recibo, lanceó por verónicas, sacando alguna aseada. Con la franela, apoyado en las tablas para evitar el molesto viento, hizo embestir al animal. En su intento de hacer faena, llegó a cuajar algunos muletazos al natural, como también potables series por el derecho. De todas formas, la falta de fuerzas del toro en cuestión le hizo que estuviera siempre a la defensiva, no se dejaba hacer las cosas, además tirando gañafones que Morante, dándose cuenta, no le impidieron intentarlo. En el tramo final de la lidia, pinceladas de un toreo, estando siempre por encima del de Zalduendo. Con la espada no tuvo suerte, pero, tras dejar una buena faena, se ganó la ovación del respetable, que pitó al toro en el arrastre.
La faena a su segundo, pese a ser de altibajos por las pocas facilidades del enemigo en cuestión, estuvo en tramos altos en cuanto a predisposición, lo que permitió llegar a los tendidos con una faena de mucha torería. Con muchos altibajos, las ganas jugaron a favor del diestro de la Puebla, con pases sueltos, pero de mucha enjundia y predicamento taurino, sin reservarse nada ante la compleja embestida del burel. el diestro quiere agradar a los asistentes. Siempre en la cara del toro, cuajó un final de faena interesante ante un astado demasiado reservón. La excelente estocada sumó para cortar las dos orejas.
Dulce
Emilio de Justo, que volvía a Almería tras su sonora tarde en la feria de la Virgen de Mar, protagonizó una interesantísima faena al segundo de la tarde. Brillante con el percal, dejó un buen remate con media verónica. Con la muleta, toda la llevó a cabo toreando al natural, cuajando unos grandes naturales por el pitón izquierdo y buenos muletazos por el derecho, llegando a los tendidos, que no pararon de jalearlo. De Justo lo puso todo, no se dejó nada reservado. Una serie final de mucha brillantez, por manoletinas, fue el epílogo a una gran faena, en la que al extremeño se le vio siempre a gusto para cerrar con una gran estocada que le reportó el billete para salir por la puerta grande.
Con su segundo, De Justo compuso una de muchísima pureza ante un toro desclasado, pero el diestro extremeño, siempre estuvo echando arriesgando, con la pierna para delante para enjaretar muletazos que llegaran al tendido, firmando por el pitón izquierdo tres tandas de una calidad exquisita, que nacieron del gusto con el que estuvo delante de la cara del astado. Por el derecho no tuvo ayuda. Tras la estocada, petición fuerte petición de dos orejas, que se quedaron en una.
Pablo Aguado protagonizó una faena con muchos altibajos. Su interés por agradar al respetable de esta pequeña y coqueta Plaza solo le dio pie para conseguir algunos muletazos sueltos, pero tan sueltos que apenas consiguieron ligazón. El diestro se mostró muy voluntarioso y por encima del de Zalduendo, al que mató de un estoconazo para cortar una oreja.
Aguado cerró con una amena faena, ante un sexto rajado que no permitió lucimientos. Él le había visto algo al principio por lo cual viendo al público lo intentó, pero no pudo hacer nada, ya que el toro no se dejaba. A base de empeño se fue ganando al público para matar de buena estocada y asegurarse la puerta grande.
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