La alfombra roja de Los Goya llega hasta el barrio de El Puche con 'Farrucas'

Un desenlace sorprendente, más aún cuando las actrices reconocen que no tenían «ningún tipo de experiencia» y que no sabían «nada relacionado con el cine». La propuesta llega cuando Hadoum, se encuentra con el director en la asociación Ítaca cuando este se disponía a buscar actrices para lo que por aquel entonces aún era una propuesta. Finalmente fueron elegidas cinco, con las que se rodó el primer 'Farrucas', que no salió como deseaban. Con el segundo rodaje se lanzó la versión final.

La quinta chica no pudo estar en esa versión definitiva, y la cuarta, Fatema Benalghani, no pudo asistir al encuentro con Ideal. Son chicas jóvenes, de entre 15 y 19 años, algunas de ellas cursando la ESO todavía. Participar en el rodaje fue una experiencia muy bonita, «con sus pros y sus contras», explica Hadoum, pero se quedan con lo mejor de «una experiencia nueva» con situaciones que «nunca has visto tan de cerca, tan real y tan intensas». Desde que se estrenó lo llevan con cierta normalidad pese a lo extraño que es verse en pantalla. Tan es así, que para las galas de los festivales simplemente «nos vestimos, nos damos vuelta por el festival, cogemos el premio y nos vamos», explica Sheima. Ahora tendrán que pasear esa rutina cuando asistan a la gala de Los Goya, una noticia que todavía no terminan de creerse.

«Ha sido todo muy rápido», explica Sheima, «no nos lo esperábamos ni le echamos tanta cuenta». Al principio lo veían como un recuerdo para «enseñárselo a nuestros hijos en un futuro». En un principio no sabían ni lo que eran los Goya. Su vida en El Puche no es que haya cambiado mucho desde entonces, no se han hecho conocidas puesto que en el barrio todos se conocen per se, aunque a veces les gritan «¡farrucas!» por la calle. Cuando recibieron la noticia Sokayna y Sheima estaban en clase. A primera hora de la mañana el nerviosismo recorría el grupo de WhatsApp donde chateaban los participantes del filme pendientes de si llegaban o no noticias desde Madrid.

Cuando se consumó explotó la alegría, toda su clase «estaba gritando y dándonos la enhorabuena». Hadoum estaba con las prácticas de Enfermería y todavía no terminaba de creérselo. Para ellas este documental es una oportunidad para ayudar a El Puche. Quieren que el barrio mejore, pues «que no haya luces, ni papeleras, nos choca mucho».

Ellas estudian fuera y saben cómo son las calles en otras barriadas, no son las mismas que las de El Puche. Allí hay quien lo ve, quien no lo quiere ver y hay quienes lucha por cambiarlo. Ellas piensan que las cosas pueden mejorar, «si tú en tu casa ves que la pared se está cayendo lo más lógico es que lo arregles, no que te vayas de la casa», dictamina Sheima. Necesitan luz, pero también que no «se nos discrimine por nuestra raza o por nuestro barrio, que no se nos diga que no porque somos de aquí». Quieren demostrar que valen lo mismo que un chico del centro. «Siendo de El Puche estamos nominadas a los Goya», refieren.

Ahora toca decidir si quieren continuar con la carrera de actrices. Un tren que si pasa «intentaremos cogerlo», pero si no «nos quedaremos con nuestro corto y ya». Ni siquiera saben si conseguirían hacer un buen papel si se salieran de ese personaje que de forma tan natural han interpretado al ser a fin de cuentas ellas mismas. Tampoco quieren dejar de lado los planes que ya tienen en mente, pero no dudan de que, si en algún futuro la interpretación llama a la puerta, cogerán ese desvío hacia el estrellato.