
Emotivo concierto de guitarra flamenca a cargo de José Manuel Cano, hoy en El Morato
Un sentido recital de guitarra flamenca a cargo de José Manuel Cano en homenaje a la amistad entre su padre, el gran Manuel Cano, y Constantino Díaz Benete
R. Márquez y J. Pastor
Almería
Jueves, 10 de octubre 2024, 23:07
El concierto de esta noche en la Peña flamenca El Morato va a estar lleno de emotividad, pues será un homenaje en recuerdo de una amistad, la de Constantino Díaz Benete y su padre Manuel Cano.
José Manuel Cano es un destacado guitarrista español, originario de Granada y muy vinculado a Almería. Es reconocido tanto a nivel nacional como internacional por su contribución al mundo del flamenco. Hijo del célebre guitarrista Manuel Cano, quien fue también catedrático de guitarra flamenca. José Manuel ha desarrollado una carrera musical influenciada por su entorno familiar y su formación autodidacta. José Manuel Cano ha tenido la oportunidad de aprender de diversos maestros de la guitarra, tanto en el ámbito flamenco, como en el clásico, lo que ha enriquecido su estilo personal, según palabras de Antonio García, 'Niño de las Cuevas'.
De Granada a Japón
Próximamente emprenderá camino hacia Japón, donde aún se idolatra a su padre, Manuel Cano, y donde se halla la Fundación que lleva su nombre, un edificio construido en 1992 a las afueras de la capital, Tokio, cuyo coste, mil millones de las antiguas pesetas, evidencia la altísima consideración que hay en el país nipón hacia el genio de Granada.
José Manuel Cano dará una serie de conciertos en homenaje a su padre. Conciertos con motivo de que en el año 2025 se cumplirá el centenario del nacimiento de don Manuel Cano. Asimismo, en el mes de enero, día 12, de este año viniente de 2025, se cumplen 35 años ya desde su fallecimiento.
En casa de don Manuel Cano
Extractos del reportaje elaborado por Jorge Pastor y Fermín Rodríguez para IDEAL Granada en 2020
Es uno de los guitarristas españoles más afamado de todos los tiempos, murió de un infarto en la capital de la Alhambra un 12 de enero de 1990, con sesenta y cuatro años. Solía tocar la guitarra en su estudio en la Colonia Cervantes. En su interior hay estantes llenos de medallas y reconocimientos, fotografías junto a leyendas, recuerdos de sus actuaciones más memorables en los auditorios más importantes del mundo, y un aparador acristalado que atesora verdaderas joyas emocionales: las primeras guitarras de don Manuel. Entre ellas, la primera de las primeras. La que recibió de manos de su abuelo Manuel cuando el pequeño Manolito tenía siete años.
En las paredes de la escalera que conecta la planta baja con la primera, donde está el 'despacho' de don Manuel, hay imágenes suyas, de sus actuaciones. También algunos regalos de sus viajes. Objetos que nos sitúan ante la persona y ante el personaje. Ante Manuel Cano. Ante «el instrumentista genial, titular de la primera cátedra oficial de Guitarra Flamenca en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba, compositor y gran impulsor de la investigación de nuestro folclore y un Maestro -con mayúsculas- para las generaciones futuras», como se recogía en la orden de méritos por la que la Junta le otorgó en 1992 la Medalla de Andalucía a título póstumo.
«Mi padre y yo éramos como hermanos, compartíamos todo lo que se puede compartir», aseguró José Manuel mientras enseñaba, allá por marzo de 2020, otro de los tesoros que había en aquel armario. Una copia de una guitarra original fechada en 1882 y obrada por el taller de Antonio de Torres, el 'Stradivarius de la guitarra'. «A él siempre le hizo ilusión que tocara, pero nunca me puso acorde alguno; él defendía que quien tuviera afición, tenía que desarrollarla», dijo José Manuel, que se estrenó con la guitarra con apenas cuatro años, aunque su 'puesta de largo' fue con nueve en aquellos festivales que organizaba en el colegio Sagrada Familia de Granada. Después vinieron «millones de horas» rasgueando, aprendiendo de Sabicas, de Ramón Montoya, de Paco de Lucía. De todos los que, a finales de los sesenta, pasaron por el piso de los Cano Robles en la calle Lope de Rueda, en el madrileño barrio de Salamanca. La casa de don Manuel, convertida en refugio de artistas de la tierra que emigraron a Madrid en busca de una gloria imposible en Granada. Como Enrique 'el Granaíno' -Enrique Morente-.
En esa época José Manuel ya acompaña a Manuel como segundo guitarra. Y debutó, con éxito de crítica y público, en templos del flamenco como la Peña la Platería de Granada. Sus carreras discurrieron en paralelo hasta que en 1974 grabaron su único disco juntos. Después, sin perder la referencia el uno del otro, continuaron el camino por separado. Cada uno con su sello propio. José Manuel más temperamental y con su característico toque de pulgar; entonces Manuel ya estaba en el magisterio. Donde sigue y donde seguirá.
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