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En los carteles han puesto un nombre: Jorge Martínez
Primera de Feria ·
El novillero de la Escuela Municipal Taurina de Almería se 'encumbra' con una faena pluscuamperfecta que le permite abrir de par en par la puerta grande y las 'puertas' del toreoJuanjo Aguilera
Almería
Viernes, 19 de agosto 2022
Dicen que el que avisa no es traidor y, para lo bueno, Jorge Martínez ya había dado muestras de su exquisitez en las formas, puede ... que sin cuajar una tarde redonda. La destreza de su toreo la vieron con faenas incompletas en Sevilla, Madrid o Pamplona, pero a todas les faltó la 'guinda' de un estoconazo que cerrara méritos. Lo de ayer en Almería, fue de otra dimensión, por torería y por liturgia taurina. Si salió por la puerta grande no fue por 'paisanaje' –aunque de Totana, sus pasos como novillero los da desde Almería–, sino por un toreo profundo, hondo y brillante, de mando y envuelto en 'papel de regalo'.
Se sintió torero desde el principio, en los andares, los gestos y los hechos. Jorge Martínez paró a su primero con mucho gusto y un primoroso toreo a la verónica, llevando al novillo muy 'enganchado' al percal para lucirse en terrenos prohibidos, en los que no hay ventaja, consiguiendo administrar al animal tres pases por la espalda, rematados con una revolera.
Torería por los cuatro costados
Las fuentes de las que bebe se aprecian en las formas, cada paso es una muestra de esas que verten de frascos pequeños. Jorge 'anda sobre las aguas' con un mando pasmoso delante de la cara del novillo. Su faena al del triunfo la comenzó con una liturgia que hay que saber llevarla. Con doblones, junto a las tablas, lo fue sacando con gusto, moviendo el percal como si fuese de seda, a base de mucho dominio y templando la embestida con parsimonia, muy suave. Eso con la diestra, con la 'siniestra' le fue dando 'doctrina' taurina de calado, cada pase era un 'tirón' hacia el triunfo. Decidido y pulcro en sus formas, cuajó una faena de las que no precisa petición.
La cróniica
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Plaza de toros de Almería: Primer festejo de abono de la Feria de Almería. Menos de un cuarto de plaza.
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Ganado: De Guadaira, bien presentados, nobles y con buen juego.
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Novilleros: Víctor Hernández (rosa palo y oro), estocada, una oreja, tras un aviso; Jorge Martínez (nazareno y oro), estocada, dos orejas, y pinchazo sin soltar, pinchazo y estocada, vuelta al ruedo, después de recibir un aviso, y estocada y descabello, palmas, tras aviso, y Álvaro Alarcón (rioja y oro), pinchazo sin soltar y estocada, ovación tras aviso, y estocada, palmas.
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Otros datos: Javier de Torres actuó como presidente, con el asesoramiento de Ramón Magaña y Juan Francisco Ortega. Curro Vivas y José Ruiz Magaña, de la cuadrilla de Jorge Martínez, se desmonteraron, soberbios en banderillas. El novillero Víctor Hernández fue atendido en la enfermería de una cornada de 12 centímetros. Infiltrado, continuó la lidia.
Los pañuelos tardaron en aparecer con tanto tiempo entre uno y otro que debe asumirse como un error porque debieron aparecer en el balconcillo de presidencia al unísono, tras interpretar una faena de otra dimensión, que seguramente calará conforme basan pasando las horas, por el poso de lances cuajados en base al talento que el novillero apadrinado por Ruiz Manuel atesora.
Con su segundo, que fue el primero de la segunda parte por estar Víctor Hernández en la enfermería, lo adoctrinó de salida con el mismo gusto con el percal. Más difícil que su primer enemigo, no le perdió el gusto por esa exquisitez con la que se desenvuelve. Con la muleta en la derecha, tras brindar a su mozo de espadas –Pablo Ruiz–, administró tantas por ambos pitones. La primera, tras el cambio de mano, la llevó al natural con gusto. Toreo hondo, tragando y haciendo tragar a un novillo que empezó a quedarse corto en la embestida, en faena con riesgo, con ajustados molinetes para poner el punto final.
Con avisos
Muy pinturero en los lances de capote, Víctor Hernández recibió a su primero con larga cambiada para iniciar un primer tercio con mucho gusto en los pasajes y un buen remate. Lucido en el quinte por gaoneras y afarolados, comenzó la faena de muleta rodilla en tierra, tras brindarle la muerte del novillo a Ruiz Manuel. No hizo caso a los avisos y su atrevimiento le costó un disgusto por cambiarle el engaño por la espalda al segundo muletazo, aún arrodillado. La 'pelea' en el albero conllevó una cornada que no le impidió seguir su lucha. En la enfermería luego se vería el mal de la 'paliza' con una cornada de 12 centímetros con orificio de entrada a «3 por debajo de cresta iliaca anteroposterior izquierda».
Incorporado, el alcarreño sacó una primera tanda de derechazos interpretados con mucho mando. Probando y no sacando al natural, se empeñó por la derecha para conquistar muletazos con gusto, hilvanando con la mano izquierda un muy sentido final de faena.
Con el deslucido tercio de varas y banderillas como inicio, al segundo de su lote, corrido en sexto lugar y brindado al equipo médico, el alcarreño trató de hacer una faena en la que el novillo no permitió su lucimiento por su mansedumbre y falta de casta. Sin entrega en la muleta y con el novillero infiltrado por el percance de su primera faena, se juntaron 'el hambre con las ganas de comer' para una faena voluntariosa que no tuvo premio.
Se topó con un novillo que atesoró problemas por el pitón derecho y, con el percal, Álvaro Álamo sacó mejores lances en el viaje por el pitón izquierdo para lucirse con riesgo en el quite por gaoneras. Con el mismo defecto, que no se arregló, el toledano ejecutó una faena iniciada con ayudados por alto para luego sacarle buenas tandas por ambos pitones, aunque encontrando dificultades que le hicieron perder lucimiento, con mucho toque en la embestida, en gran medida por la escasa colaboración del de Guadaira, que metió la cara rebrincado.
El de Torrijos, tuvo más dificultades con el quinto. Decoroso con el capote, su actuación con la muleta tuvo pasajes por ambos pitones, aunque con dificultad para darle continuidad a las tandas. Toreo de cercanías, le fue encontrando el pulso a la embestida deslucida del de Guadaira, casi siempre con la cara alta y sin permitir la ligazón en las formas. Por el derecho, la sosería del novillo tampoco permitió lucir.
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