Ver 42 fotos

Derecchazo de Jorge Martínez al 'marmolillo' que le tocó en suerte para doctorarse. La Revolera
Toros

Carretera y jaleo gordo, pero muy gordo

Feria de Almería ·

Arrebatadora faena de Jorge Martínez para abrir la puerta grande en compañía de un Roca Rey que derrama clase en una tarde de detalles de Juan Ortega

Martes, 22 de agosto 2023, 09:12

juanjo aguilera

Publicidad

Parece como si el sorteo escondiera algo. Éste había sacado los nombres de dos toros para la historia y cada uno con sus ... interioridades. El primero inscrito en los anales por ser el que permitiría hacer torero a Jorge Martínez oficialmente –por personalidad y formas ya lo era–, el segundo porque permitió redondear la personalidad que le valió para triunfar sin hacerlo en el primero. Para ser torero hay que hacer kilómetros y kilómetros de carretera –el nombre del primero de la tarde–, para montar 'Jaleo' –como se llamó el último–, hay que hacer las cosas con esa personalidad, temple y firmeza, sin achicarse nunca, como lo hizo Jorge Martínez con ese último. Y lo expuesto dio el premio de merecida puerta grande por la que salió con la compañía de un rey del toreo como Andrés Roca Rey, que ya se había apuntado ante el enclasado tercero, puede que el toro de mejor recorrido de un encierro con claroscuros.

Y es que el toro es la base de este espectáculo que se desangra como cuando el animal entra al caballo porque ese principal elemento está mal mirado. Se busca el triunfo y se elige mal, bastante mal. Elegir seis toros que embistan de principio a fin no es fácil. Siempre se dice que el comportamiento de este animal es como saber si un melón está bueno o malo sin abrirlo. Sin embargo, hay fórmulas que tienen que ver con la reata a la hora de elegir. Si no se mira es como echar a la lotería sin la seguridad de que llegará el primer premio. La tarde de ayer fue de claroscuros. Pésima por el comportamiento de los dos primeros de un encierro que, con peso y formas que desmerecen el cartel, no sirvieron como sus hermanos a partir del tercer toro y que influyen en el valor de los triunfos, pues el encierro fue casi 'anovillado–, con pesos entre los 500 kilos del tercero y los 450 del cuarto. Nobles y con clase algunos sí, pero con trapío de portátil y así 'nos cargamos' la fiesta.

Tocado para triunfar

'Carretera', marcado con el número 20, de 470 kilos y negro de capa, pasó a la historia como el toro ante el que Jorge Martínez estrenó su doctorado. Lo hizo de blanco y oro y con buenas maneras desde el inicio, intentando mandar. Tras varias verónicas, resultó prendido cuando se disponía a ejecutar una chicuelina, con la que, a la vuelta, llevó al burel al caballo, con un gustoso galleo. Y es que fue una lidia alborotada, porque también Curro Vivas, tras su primer par de banderillas, cayó con fortuna ante la testuz del animal que no hizo por él, dando proceso a una ceremonia en la que Juan Ortega le aconsejó en presencia de Roca Rey.

Juan Ortega aconseja a Jorge Martínez. La Revolera

Con la franela en la mano, Jorge toreó pausado, templado, por bajo y con torería, sobre todo con su segunda tanda al natural, con la que instrumentó la primera parte de la lidia, ante un 'Carretera' que parecía sin salida, porque el burel se entregó pronto, dejando claras sus intenciones de buscar los chiqueros de forma continua. Pero el joven toricantano, en una faena muy inteligente, no dudó en buscar el triunfo al hilo de las tablas. Que quieres tablas, te vas a hartar. Muy firme en las formas, lo dominó en ese sitio donde el 'toro' había plantado la 'bandera', como si se tratara de una estatua de mármol negro como el azabache, que aseguran es el más caro. Éste 'azabache' de ayer era caro de ver moverse. Jorge no dejó de intentarlo, voluntarioso y valiente, con muletazos de uno en uno y lupecinas en la puerta de chiqueros.

Publicidad

El festejo

  • Plaza de Toros de Almería: Tercer festejo de abono de la Feria de Almería, con tres cuartos de entrada.

  • Toreros: Juan Ortega (tabaco y oro), dos pinchazos y estocada y pinchazo, ovación, y pinchazo y estocada, una oreja; Andrés Roca Rey (blanco y plata), estocada, dos orejas, y pinchazo y gran estocada, saludos, y Jorge Martínez (blanco y oro), que tomaba la alternativa, dos pinchazos y dos descabellos, ovación y gran estocada, dos orejas.

  • Ganadería: Toros de El Parralejo, que sustituyeron a la inicialmente anunciada de Álvaro Núñez. Desigual juego, de mala presentación por falta de trapio de presencia, casi 'anovillados'. Tercero, cuarto y sexto, salvables por comportamiento.

  • Presidencia: Actuó como presidente Francisco Javier Torres, con el asesoramiento artístico de Ramón Magaña y el veterinario de Juan Fco. Ortega. Se lucieron en palitroques, Antonio Chacón y Paco Algaba, de Roca Rey.

La vida tiene momentos duros en un paso de dos horas. Con el que cerraba plaza, el último alumno de la Escuela Municipal Taurina de Almería en tomar la alternativa, mostró sus buenas formas en el toreo de capa para luego lucirse con unos primeros lances con la franela en la derecha con doblones basados en la utilización de ese temple intrínseco en modo, con el tiempo y la distancia como base, enseñando sin enseñar, mostrándose dominador para atemperar la embestida del último de la Feria. Al natural, cuajó muletazos bajo protesta, que no acabaron pese a que al animal sí se le acabaron las fuerzas. Insistió para sacar meritorios muletazos, con un par de tandas por el derecho a base de dominar , con firmeza, y atemperar, con clase, la incierta embestida del de El Parralejo. Trasto interesante con manoletinas y engaños y una estocada de lujo.

'King' Roca

Roca Rey se comportó con ganas desde el inicio para ejecutar una buena serie con el capote, primero con verónicas, con la mano baja, cerradas con una chicuelina muy ceñida y una revolera, a un enemigo ante el que se lució Ortega. Con la franela, el entendimiento de Roca Rey le llevó a ser dominador ante un cornidelantero alto de agujas, con más clase y recorrido que sus hermanos, al que le administró la medicina del dominio por ambos pintones, entregándose y haciendo que el de El Parralejo también se entregara. El limeño, desmayado en los pasajes, utilizó muletazos largos, sobre todo por el pitón izquierdo, toreando con gusto al natural. También utilizó la clase para lidiar con la derecha. En ambos casos, profundo, templado y largo. No le faltó exquisitez por ese pitón, con formas basadas en la proximidad, las propias de un estilo personal e intransferible, que acabó con la firma de una gran estocada.

Publicidad

Gustoso trincherazo de Roca Rey a su primero, al que desorejó. La Revolera

No varió sus formas con el quinto, un jabonero que, con algunos 'atranques', no deslució las intenciones de Roca Rey. El actual rey del toreo por sus formas buscó el triunfo precisamente con ese estilo propio en el que siempre sabe lo que hay que hacer, dónde pisar y tocar a la 'puerta' precisa. Por eso, su faena quedó marcada por una línea de regularidad en las formas que tuvo pasajes de una liturgia preciosa, sin altibajos, con series por ambos pitones, aunque con un animal que sí los tuvo en su comportamiento. Aun así no logró impedir que la largura, la ligazón y la profundidad con la que el peruano cuajó la faena le quitara brillo a los hechos, algo que sí consiguió la estocada caída.

De menos a más

Juan Ortega lleva dentro un estilo de una escuela en la que las formas suelen ser exquisitas, sobre todo con el percal. Se lució el sevillano en el recibo al 'escaso' de carrera segundo, rodilla en tierra y llevando muy a un 'astado' con los cuernos de un/a soltero/a sin novio/a. Delicado a la hora de lidiar para no 'hacerle' daño y que aguantara, 'Barlovento' no fue el viento que moviera la muleta, a pesar de que el diestro estuviera de frente. La franela, en manos de Ortega, se movió al compás, con buenos trazos en una faena con un hilo musical concreto, el de mugir del burel y el de 'qué vergüenza' de ganado que sonaba en los tendidos. El 'padrino' del festejo cuajó una faena templada por el pitón derecho –no había para más–, sin ocasión ni para intentarlo bajándole la mano por peligro de 'derrumbe'.

Publicidad

El sevillano tuvo más fortuna con su segundo, con mejores 'intenciones' que su primero. Ortega se lució moviendo las manos al compás en los lances con el percal para ejecutar un brillante toreo al que puso inicio rodilla en tierra, que prosiguió con un buen quite por chicuelinas.

Detalle de toreo de mano baja de Juan Ortega. La Revolera

Con la franela planteó su estilo para darle vida al cuarto, que metía la cabeza con clase, que no miraba nada más que muleta –virtud del torero que no dejó de ponérsela para llamar su atención– y que casi planeaba al son de los hilos de la franela, movida con gusto. Permitía el lucimiento en las tandas templadas de toreo al natural 'superlentas', bien trazadas y rematadas casi como si toreara en redondo. Además, ese 'buen vicio' de plantarle la franela enseñó a un astado con ritmo para que no se rajara y seguir la liturgia con ambas manos, con elegancia y un gustoso remate con molinetes y desplantes que dieron más brillo a la ejecución.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad