Edición

Borrar
Bailes populares en el escenario situado por el Ayuntamiento junto a la fuente de las Batallas.
Y la niña se asomó a la reja

Y la niña se asomó a la reja

El Corpus más castizo se vivió ayer con intensidad en el centro pese a los 40 grados a la sombra

Jorge Pastor

Viernes, 16 de junio 2017, 02:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El centímetro cuadrado de sombra se cotizaba ayer al alza en Granada. Bajo los tilos de Bib Rambla no cabía ni un alfiler. Por muchas ganas de fiesta que tenga el respetable -que de haberlas haylas-, salir a mediodía este jueves tenía un punto de heroicidad por aquello de los cuarenta y pico grados a la sombra. Pero sí. Estamos en Corpus y las cervezas las sirven frías. Muy frías. Y terminó la procesión a eso de las doce y media. Y la gente se acomodó en las terrazas como dios manda -bendito invento el de los pulverizadores-. Y el Corpus se vivió en el centro como en aquellos años. Con mujeres de faralaes y floripondios en el pelo. Con algunos hombres -no muchos- vestidos de corto y sudando de forma copiosa. E incluso con flamenquito del bueno junto a la fuente de las Batallas. El Ayuntamiento se ha hecho el propósito de que el Corpus se viva también intramuros. Algo se notó.

Dolores Soria regenta desde hace diecisiete años un quiosco de helados en la plaza de la Trinidad. «Este Corpus está siendo mejor que el del año pasado», comenta. Dolores agradece que el consistorio programe actividades durante toda la semana en Bib Rambla, plaza del Carmen y Puerta Real. «Es un revulsivo para que las familias se den una vuelta por aquí», añade. Las elevadas temperaturas no le están viniendo nada mal a su negocio. El miércoles, por ejemplo, despachó 75 botellas de agua de medio litro, 30 de litro y un centenar de vasos de granizada de naranja y limón. «Éste es un lugar de paso; lo malo son los pájaros», lamenta.

El día del Corpus siempre fue de tiros largos. De princesitas y princesitos de primera comunión. Y también de turistas embutidos en gorros de paja. El paisanaje de una jornada que estaba marcada en rojo en el calendario de muchos granadinos. Los establecimientos hosteleros no daban abasto por momentos. En el Bar la Catedral, en la calle Provincia, Paco Tello no paraba de tirar cañas y servir botellines de Alhambra 1925, la rubia espumosa predilecta de los propios y también de los extraños. En la terraza, al fresco, todo el mundo bien servido. «Ésta en una empresa familiar, con buenos precios y buenas tapas», afirmó Paco, cuyo local vive básicamente del turismo durante la época estival.

A las doce de la mañana ya sonabas la guitarras, los cajones y las palmas en el escenario situado junto a la fuente de las Batallas, donde los termómetros marcaban 41 grados a la una y media de la tarde. Sobre las tablas, el Grupo Municipal de Bailes Regionales, la Escuela Flamenca Fanitas, la Escuela Municipal de Flamenco y el Coro Alcaicería. Muy aplaudido fue el 'Niña, asómate a la reja'. Mucho colorido sobre las tablas. También mucho arte. La Granada más castiza.

El Corpus es alegría. También se mueve el dinero. Muchos paisanos ganándose el sustento. Vendiendo de todo por la calle. Parasoles, zapatillas de deporte, gorras, gorros, garrapiñadas, pitos y flautas, colonias de imitación, compactos pirateados con los últimos 'hits', relojes y pelucos, pulseras, collares, abanicos, latas de refrescos, gafas del sol... de todo.

En ferial

Tras el llenazo de la noche del miércoles en Almanjáyar, el ferial también se fue poblando ayer conforme avanzaba la tarde y el cielo se tornaba gris -los pronósticos daban una probabilidad de lluvia del ochenta por ciento, al igual que para hoy y para todo el fin de semana-. Granada tiene sed. Hace falta agua. Al fin llegaron los caballos al albero. El trasiego de picaderos, caballerizas y y carruajes fue constante. También de jinetes ataviados al uso. Todo un espectáculo para los que tomaron la acertada decisión de acercarse a Almanjáyar para disfrutar del Corpus.

La mayor afluencia se registró a eso de las siete de la tarde. Diferentes casetas habían previsto actuaciones musicales. En Carambirubí ofició 'Calle Botica' y en Tendido de Machaco, 'Aires de las marismas'. Una buena oportunidad para mover el esqueleto y bajar el almuerzo. Y es que muchas empresas aprovecharon que no era laborable para celebrar las tradicionales comidas con sus empleados. Las mesas alargadas -por momentos infinitas- sustituyeron a las redondas de los días anteriores. Copetines para todos los gustos. Los cachivaches comenzaron a funcionar sobre las seis de la tarde. El gran éxito este año está siendo La Catarata y las trepidantes bajadas en sus toboganes. Experiencias adrenalíticas -y refrescantes- que completan la oferta del Corpus 2017. El Corpus de la canícula.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios